La subasta 5G recogió la mitad del dinero esperado
Los 1,5 billones de pesos ofrecidos por las cinco empresas ganadoras, incluyendo la entrante Telecall, se quedan cortos frente a una meta oficial de 3,3 billones de pesos
El anuncio de una subasta para definir los operadores que ofrecerán la telefonía de quinta generación en Colombia, o 5G, suele despertar atención. Más cuando se envía una convocatoria a las 6.45 de la mañana, sin hora de cierre definida y en la que se explica que se utilizarán dispositivos para evitar que los participantes se comuniquen con el exterior, y así se blinde la puja de interferencias. El objetivo, además de entregar el manejo de las frecuencias del espectro para poder desarrollar la telefonía 5G, era recoger recursos para ...
El anuncio de una subasta para definir los operadores que ofrecerán la telefonía de quinta generación en Colombia, o 5G, suele despertar atención. Más cuando se envía una convocatoria a las 6.45 de la mañana, sin hora de cierre definida y en la que se explica que se utilizarán dispositivos para evitar que los participantes se comuniquen con el exterior, y así se blinde la puja de interferencias. El objetivo, además de entregar el manejo de las frecuencias del espectro para poder desarrollar la telefonía 5G, era recoger recursos para cerrar la brecha digital. Pero el resultado, tras nueve rondas de ofertas entre las cinco empresas interesadas, fue un recaudo de apenas 1,5 billones de pesos (menos de 400.000 millones de dólares), cuando la meta anunciada oficialmente era de 3,3 billones de pesos (más de 800.000 millones de dólares). El saldo también incluye la llegada de un nuevo operador, la brasileña Telecall, y el mayor ancho de banda que tendrán las que ya existen —Tigo, Movistar, WOM y Claro.
El ministro de las Tecnologías de Información y las Comunicaciones (TIC), Mauricio Lizcano, fue el encargado de la subasta. Era su gran meta de este año, tras pasar de la dirección del Departamento Administrativo de la Presidencia a manejar esa cartera en abril de este año. Al abrir la subasta, el ministro dejó muy clara la meta de recaudo: “El despliegue de esta tecnología es importante para la reactivación económica, ya que se espera un ingreso de $3,3 billones con las bandas que se están subastando”, anunció sobre las 9 de la mañana, justo antes de que los periodistas y otros visitantes salieran del City Hall Maloka de Bogotá, donde se realizó la puja.
Menos de siete horas más tarde, el resultado era muy inferior. Tanto, que el ministro cambió de criterio para calificar el resultado: ya no los billones de pesos, sino el aumento sobre el precio base. “Es un gran logro del Gobierno del Cambio. De los cuatro bloques subastados, hubo un incremento del 29,2% del precio de reserva, una muestra más de la confianza que tuvo este proceso”, explicó Lizcano a través de X. En concreto, la subasta era sobre cuatro bloques de la banda que usa la tecnología 5G, cada uno con un precio base de 318.305 millones de pesos (unos 80.000 millones de dólares). La alianza entre Tigo y Movistar logró un bloque con una oferta apenas superior a esa cifra: 318.306 millones de pesos. Telecall consiguió el suyo por 318.340 millones de pesos; WOM ofreció 318.333 millones y Claro sí pagó sustancialmente más, 411.384 millones.
Con esas asignaciones, la telefonía 5G debe iniciar pronto. “El primero de febrero de 2024, los cuatro operadores empezarán el despliegue de la tecnología, luego de que realicen pruebas técnicas en enero”, explicó el ministro. Iniciará en las grandes ciudades y aumentará su cobertura a lo largo de los 20 años por los que fueron subastadas las frecuencias. Las inversiones requeridas son sustanciales —el Gobierno las tasa en alrededor de 2,8 billones de pesos anuales durante los próximos 10 años— y la utilidad de la nueva tecnología, que promete más velocidad y menos latencia, está enfocada en el mundo de los negocios, con gran potencial como el llamado Internet de las cosas, la realidad aumentada, el metaverso o los carros autónomos, pero no es necesaria para los servicios más conocidos. Por eso, se calcula que solo el 4% de la población colombiana tendría acceso a esta tecnología en dos décadas.
Además del dinero que recibirá el Estado para sus políticas de conectividad de la población más marginada, los operadores se comprometieron a hacer inversiones por otros 389.711 millones de pesos para conectar a 1.191 escuelas y 700 kilómetros de vías con el sistema de telefonía celular, en un país en el que la red móvil suele tener vacíos. Sin embargo, una vez más lo logrado se quedó corto frente a la meta, que era lograr esos compromisos para 2.326 instituciones educativas de zonas apartadas y 2.114 kilómetros de carreteras.
En suma, la subasta logró que haya operadores de telefonía 5G en Colombia, su principal objetivo, pero en las metas específicas se quedó corta frente a las estimaciones del Gobierno.
La subasta también buscaba entregar segmentos del espectro electromagnético para que los operadores tengan mayor capacidad en la tecnología actual, la de 4G. Justamente, Lizcano resaltó que Claro, el operador más grande del país y que en 2021 fue calificado como dominante por la entidad reguladora del sector, adquirió un bloque para esa tecnología. Ofertó otros 157.057 millones de pesos, 200 millones por encima del precio mínimo, lo que le dará más margen técnico para ofrecer servicios.
La otra gran novedad, la llegada de Telecall, es por ahora una incógnita. La empresa brasilera está enfocada en proveer servicios para otros operadores, como su trabajo en el despliegue de la infraestructura necesaria para operar la 5G del operador TIM. En las próximas semanas seguramente se conocerá su plan para utilizar la inversión que ha hecho en Colombia, algo que podría animar el mercado como lo ha hecho recientemente la irrupción de WOM.
Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS sobre Colombia y aquí al canal en WhatsApp, y reciba todas las claves informativas de la actualidad del país.