Renuncia Irene Vélez, la ministra de Minas y Energía de Gustavo Petro
Con su salida ya son 11 los ministros, de 18 que tiene el gabinete, que salen en el primer año de Gobierno. Durante su gestión protagonizó diferentes polémicas que levantaron fuertes críticas y finalmente llevaron a su salida
La ministra de Minas y Energía, la filósofa y académica Irene Vélez, fue un personaje polémico desde el primer día de Gobierno por sus posturas ante la transición energética y la posibilidad de descarbonizar la economía colombiana. Se decía entonces que Gustavo Petro había puesto a una activista ambiental a cuidar el carbón y el petróleo de Colombia. A pocos meses de que termine el primer año de Gobierno, Vélez ha re...
La ministra de Minas y Energía, la filósofa y académica Irene Vélez, fue un personaje polémico desde el primer día de Gobierno por sus posturas ante la transición energética y la posibilidad de descarbonizar la economía colombiana. Se decía entonces que Gustavo Petro había puesto a una activista ambiental a cuidar el carbón y el petróleo de Colombia. A pocos meses de que termine el primer año de Gobierno, Vélez ha renunciado a su cargo. “Quiero agradecer al presidente Gustavo Petro por su confianza, permitiéndome liderar un sector históricamente etnocéntrico y patriarcal”, dice una carta de renuncia que publica en sus redes sociales. “Decido apartarme del cargo de ministra para evitar que las investigaciones en mi contra interfieran con la ejecución del programa de Gobierno”, añade.
Con su salida, ya son 11 los ministros que salen en el primer año, de 18 que tiene el gabinete. Han salido en momentos diversos y por razones muy distintas, varios de ellos por sus posiciones críticas frente a las reformas sociales del Gobierno, como Alejandro Gaviria en Educación, José Antonio Ocampo en Hacienda, y Cecilia López en Agricultura. Pero Irene Vélez es la primera que sale después de que dos entidades de control, la Fiscalía y la Procuraduría, le abrieran investigaciones por posible tráfico de influencias. Primero se supo que la pareja de Vélez, su esposo Sjoerd van Grootheest, obtuvo un millonario contrato con el Fondo Colombia en Paz, adscrito a la Presidencia. Días después, que Vélez llamó a presionar a un funcionario de Migración cuando ella no había firmado un documento requerido para que su hijo pudiera salir del país.
Vélez sobrevivió en este primer año a dos mociones de censura en el Legislativo, y mantuvo el apoyo del presidente Petro incluso cuando su viceministra de Energía, Belizza Ruiz, la acusó de mentir en un informe que señalaba que Colombia conservaría autosuficiencia de gas hasta 2037. Cercana ideológicamente al mandatario, Petro consideraba a Vélez parte de su círculo de confianza, una persona afín cuando se pensaba cómo transformar la matriz energética del país hacia energías renovables —dejando de lado el petróleo, más pronto que tarde, a pesar de que buena parte del presupuesto nacional dependa de las exportaciones de este–. Se le acusó de poner en riesgo a la economía del país, pero el presidente la acompañó ante todas las críticas. Así que no fueron las posiciones políticas de Irene Vélez las que la sacaron del Gobierno, que al final son casi idénticas a las del mandatario. Fueron las acusaciones de nepotismo, un dardo que Petro no tolera fácilmente, los que llevaron finalmente a la salida de la ministra de Minas y Energía.
“Irene se va sin que se haya perdido un peso, con adelanto importante en las tareas normativas para la transición energética y con la elaboración del nuevo código de minas”, escribió el presidente en su cuenta de Twitter agradeciendo la labor de Vélez. “En su administración comenzaron a ser realidad las comunidades energéticas; su retiro voluntario se debe a hechos anteriores a mi Gobierno. Suerte y muchas gracias”, añadió.
La carta pública de renuncia de Vélez, de cuatro páginas, es al mismo tiempo una rendición de cuentas a lo que ella propuso en la cartera y un símbolo de su talante activista. “Hemos buscado romper con las inercias de un sector pensado para el lucro privado antes que para el servicio de los usuarios”, dice. Ella quiso, asegura, trabajar para “la gente de a pie, de los barrios y las laderas, de las veredas bellas y olvidadas, de la juventud rebelde y creativa, de las mujeres diversas y empoderadas”.
Entre los 35 logros que cita en su carta, menciona por ejemplo ampliar la red eléctrica del país a zonas apartadas, apoyar programas de energía solar en zonas como la Guajira, impulsar alianzas estratégicas con otros países andinos, y convocar a los pequeños mineros del país para actualizar la caduca legislación que les atañe con respecto a asignación de títulos o obligaciones ambientales.
“Han buscado desmoralizarnos y deslegitimarnos para evitar que cambiemos las estructuras de poder dominante”, dice la carta. “¡Pero somos semilla! Somos paridad, antirracismo, progresismo y transición”, añade. Aunque ya no esté en el gabinete, insiste, seguirá apoyando al gobierno de Gustavo Petro.
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