Un funcionario fuera del lugar
Hablar de transición energética sin hablar de los minerales que la hacen posible es como hablar de la noche sin mencionar a la luna y las estrellas. Es negar lo lógico, faltar a la verdad o, tal vez, hacerse el ciego
Para hacer las baterías que usan los vehículos eléctricos se necesita litio o níquel. Para construir los inmensos generadores eólicos hay que conseguir hierro, aluminio, molibdeno y manganeso. Para conectarlo todo, para hacer esos cables que transportan la electricidad de un lado a otro y que hoy están por doquier, se necesita cobre. En Colombia se sabe que hay algunos de estos minerales, pero aún falta mucha exploración y prospección para definir si en algunos lugares, donde no se afecte a comunidades enteras y pueda desarrollarse una explotación minera, hay presencia de yacimientos que pueda...
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Para hacer las baterías que usan los vehículos eléctricos se necesita litio o níquel. Para construir los inmensos generadores eólicos hay que conseguir hierro, aluminio, molibdeno y manganeso. Para conectarlo todo, para hacer esos cables que transportan la electricidad de un lado a otro y que hoy están por doquier, se necesita cobre. En Colombia se sabe que hay algunos de estos minerales, pero aún falta mucha exploración y prospección para definir si en algunos lugares, donde no se afecte a comunidades enteras y pueda desarrollarse una explotación minera, hay presencia de yacimientos que puedan ser explotados ya sea por la nación o por privados.
El Servicio Geológico Colombiano es la entidad gubernamental encargada por ley para adelantar la investigación científica que permite identificar los recursos del subsuelo. En pocas palabras, es el organismo que tiene que definir dónde hay minerales y de qué tipo, para así proyectar un mapa claro sobre nuestra riqueza subterránea. Sin embargo, desde hace unos meses, en el Servicio Geológico Colombiano poco se habla de ese tema y cunde la preocupación porque se estaría desconociendo el Plan Estratégico del Conocimiento Geocientífico del Territorio Colombiano, aprobado en 2022 y con vigencia de 10 años.
La situación se atribuye a Julio Fierro, el director que fue nombrado el pasado mes de octubre y quien, antes de llegar a su despacho en el Servicio Geológico, se dedicaba a adelantar investigaciones y consultorías contrarías al desarrollo minero del país a través de la Corporación Geoambiental Terrae.
De hecho, el listado de trabajos realizados para comunidades en distintas zonas del país para argumentar oposición a proyectos mineros es larga: evaluación del proyecto minero de oro en Jericó (Antioquia); evaluación del posible impacto de la minería en el agua de Santurbán; evaluación geoambiental de las zonas con potencial minero en Cajamarca; el listado sigue e incluye más investigaciones contrarías a la minería de oro, cobre o de hidrocarburos.
Antes de su nombramiento, el geólogo Fierro expresaba abiertamente su oposición al desarrollo de proyectos mineros en el país, hecho que pareciera ir en contravía de la misión que debe cumplir la entidad que dirige pues, aunque esta no tiene responsabilidad alguna en el otorgamiento de licencias, sí es la oficina que debe revelar el potencial de los recursos del subsuelo de nuestro territorio.
¿Está incurso en inhabilidad o en algún conflicto de interés el director del Servicio Geológico Colombiano?
Quienes detestan la minería dirán que eso no importa, que hay que acabar con todo tipo de explotación minera. Un razonamiento que nos llevaría de regreso al siglo XIX porque si no hay más y más minerales de los que mencioné al comienzo, olvídese de la transición energética, de su celular, su computador, su televisor y hasta de la luz eléctrica.
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