El retorno de 350 piezas arqueológicas que muestra el expolio a Colombia
En el vuelo presidencial desde París regresaron este domingo 76 piezas precolombinas que habían sido recuperadas. Ya habían traído 274 de Estados Unidos. Usarán la aeronave para la repatriación de otras 300 que están en embajadas
En el avión presidencial que traslada a Gustavo Petro viajan ahora piezas arqueológicas precolombinas que salieron ilegalmente del país hace décadas y que, a pesar de haber sido recuperadas por el Estado, permanecían en depósitos de embajadas alrededor del mundo.
Colombia ha decidido usar la aeronave para repatriar 737 piezas arqueológicas. Este domingo llegaron desde Francia 76 de ellas que estaban en se...
En el avión presidencial que traslada a Gustavo Petro viajan ahora piezas arqueológicas precolombinas que salieron ilegalmente del país hace décadas y que, a pesar de haber sido recuperadas por el Estado, permanecían en depósitos de embajadas alrededor del mundo.
Colombia ha decidido usar la aeronave para repatriar 737 piezas arqueológicas. Este domingo llegaron desde Francia 76 de ellas que estaban en sedes diplomáticas de La Haya, Berna y París. Y hace dos meses, cuando el mandatario venía de la Asamblea de la ONU en Nueva York, trajo otros 274 bienes recuperados en Estados Unidos. En total han retornado 350 piezas recuperadas en procesos de varios gobiernos anteriores.
“Encontramos que el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh) no tenía los recursos para poder pagar los seguros y traerlas por aerolíneas comerciales y, por el otro lado, que el anterior presidente (Iván Duque) no quiso prestar el avión presidencial para hacerlo”, dice la viceministra de Asuntos Multilaterales, Laura Gil, en conversación con este diario. “Tomamos la decisión de usar el avión cada que viaje el presidente y ya hemos traído la mitad, solo se necesitaba voluntad política”, agrega.
Entre las piezas que se subieron al avión en París hay una máscara de oro, estatuas, vasijas antropomorfas, ollas y alcarrazas de las culturas Tumaco-La Tolita, Calima, Quimbaya, Tolima-Espinal y San Agustín. De acuerdo con el Icahn, que hizo el peritaje, algunas pueden tener más de dos mil años de antigüedad. Los bienes retornados provienen de devoluciones hechas a las embajadas en diferentes fechas. En algunos casos, como el de la máscara de oro de la cultura Tumaco, la recuperación se hizo en 2019 después de una incautación de la Interpol; pero en otros, ciudadanos holandeses y franceses decidieron devolver piezas voluntariamente.
Las once piezas que estaban en Suiza se recuperaron en cuatro casos de cooperación con autoridades de ese país en el marco de un acuerdo vigente desde 2011; mientras las quince de La Haya y las cincuenta de París provienen de cuatro entregas voluntarias de ciudadanos. Uno de ellos escribió un correo electrónico a la embajada y contó que su familia tenía piezas que habían salido ilegalmente en barco en los años sesenta; otra, que un vecino le regaló unas piezas arqueológicas de las que desconocía cómo y cuándo llegaron a Francia, pero que las había recibido de un familiar que trabajó en Colombia; y otra persona informó que había comprado una urna y una tapa en una subasta años atrás.
En el caso de las piezas que se recuperaron en Estados Unidos, la mayor parte estaba en poder de una mujer que las había heredado de su esposo. El hombre había vivido en Cali, en los años 70 y adquirió diferentes muestras de la riqueza arqueológica de Colombia. Para recuperar las otras, fue necesaria la participación de la Embajada de Colombia en los Estados Unidos y del Equipo de Crímenes de Arte del Buró Federal de Investigaciones (FBI).
Eran copas, ollas, sellos, figuras antropomorfas y colgantes de las regiones arqueológicas de Tumaco-La Tolita (hoy sur de Nariño y norte de Ecuador), Quimbaya (en el Cauca medio), Tayrona (Sierra Nevada de Santa Marta), Calima (Valle del Cauca), Sinú (llanuras del Caribe) y Nariño. Ahora permanecen en el Palacio de San Carlos, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores.
La directora del Icanh, Alhena Caicedo, dice que estas piezas habían sido recuperadas desde hace años, pero estaban estancadas en las embajadas, entre otras razones porque las pólizas que se usan para ese tipo de viajes son problemáticas y no había quién asumiera el costo. Por eso, asegura, estas repatriaciones son significativas para la arqueología y los estudios especializados, pero sobre todo “muy importantes simbólicamente para la reconstitución de una narrativa nacional de quiénes somos y para dónde vamos”.
Saqueo cultural histórico
El tráfico ilegal de patrimonio arqueológico de Colombia es histórico. Entre 2001 y 2010 desaparecieron unos 7.812 bienes precolombinos del país. Algunos bienes culturales han sido robados por traficantes y turistas; y otros están en museos de todo el mundo, a donde fueron llevados cuando su salida no se consideraba ilegal.
Francia ha sido uno de los destinos. En 2016, el Icahn encontró que en la galería Casa Cristies, de París, fueron subastadas 21 piezas de diferentes culturas: otras 26 de las culturas Tumaco, Tayrona y Quimbaya, en la Casa Gaia de la capital francesa; mientras en la Casa Millón Asociados, subastaron una de la cultura muisca y 14 de Tumaco.
Los esfuerzos para repatriar el patrimonio suelen ser costosos y muy lentos. Existe un mercado internacional de arte que se lucra de objetos robados y aunque existen acuerdos de entendimiento, los retornos suelen hacerse con enormes dificultades. Una de las repatriaciones más grandes se dio en 2015 cuando retornaron desde España 691 piezas arqueológicas. Los objetos habían sido decomisados en operativos contra el narcotráfico en ese país y quedaron bajo custodia del Museo de América en Madrid. Luego, fueron devueltos a Colombia.
El gobierno de Petro asegura también que aún está definiendo la política para recuperar patrimonio cultural que está en museos. “No buscamos ir como aspiradora por cuanto museo tiene piezas colombianas. Estamos definiendo qué queremos recuperar que sea fundamental para la identidad nacional”, dice la viceministra Gil.
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