Análisis

¿A quién votan los fans de Taylor Swift? Así son por sexo, edad e ideología

En EE UU se especula con que la artista apoye al demócrata Biden en una carrera electoral contra Trump

Taylor Swift, en una actuación del Eras Tour en Chicago, en junioShanna Madison (Getty Images)

Este artículo es un envío de la newsletter de Kiko Llaneras, un boletín para suscriptores de EL PAÍS: apúntate aquí.

¿Puede influir Taylor Swift en las elecciones estadounidenses de noviembre? Esta pregunta —un tanto extraña— se repite hace semanas en EE UU. El ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Este artículo es un envío de la newsletter de Kiko Llaneras, un boletín para suscriptores de EL PAÍS: apúntate aquí.

¿Puede influir Taylor Swift en las elecciones estadounidenses de noviembre? Esta pregunta —un tanto extraña— se repite hace semanas en EE UU. El motivo es sencillo: la artista es ultraconocida, tiene millones de fans, interpela a un electorado relevante (los jóvenes blancos), y además, a diferencia de otras celebridades a menudo discretas, la artista podría volver a apoyar en público a un candidato, al demócrata Joe Biden, como ya hiciera en 2020.

He buscado datos para indagar este asunto, empezando por lo básico: ¿qué sabemos de los fans de Swift?

Sabemos bastante. Lo primero es constatar que son muchos. El 6% de los estadounidenses se declara “fan” de la cantante; y hasta un tercio de la gente se dice al menos “algo fan”, según las encuestas de YouGov. En el gráfico muestro esos mismos datos para distintos grupos:

Si nos fijamos en los fans declarados —morado oscuro—, vemos que hay más de ellos entre los jóvenes, las rentas medias-altas, y en el noreste del país, que es la región de origen de Taylor Swift. Pero es interesante comprobar que sus fans no se destacan entre la población blanca, y que hay casi tantos entre hombres como entre mujeres. Los seguidores casuales son todavía más heterogéneos: una de cada cuatro personas de 65 años se dice “algo fan”.

La cantante de Pensilvania tiene seguidores variados. También cuando nos metemos en el terreno ideológico. Taylor Swift dijo en 2020 que votaría por Joe Biden, lo que evidentemente la acerca a los demócratas, pero eso no impide que tenga fans republicanos:

Un 10% de los votantes demócratas dicen ser “fan” de Swift, pero también un 6% de los republicanos. Es mucha gente en ambos lados del espectro político. Y más aún: entre sus fans habría casi tantos votantes de Donald Trump como de Biden en 2020.

Es curioso ver que el sesgo ideológico es mayor entre los “algo fan”. ¿Cuál es mi hipótesis? Por un lado, imagino que muchos de sus seguidores verdaderos lo serán desde hace años, quizás de antes de que la cantante apoyase a Biden, y no han renegado después por eso. Al mismo tiempo, puede que haya algunos demócratas que se animan a declararse “algo fan” porque la cantante apoyó a su partido.

Por último, pensemos en la posible influencia de Taylor Swift en las elecciones del mes de noviembre.

Lo primero importante es recordar que la artista es popular: el 54% de los estadounidenses tienen una opinión favorable de ella. Su cifra es mejor que las de Biden (48%) y Trump (41%), aunque no tan buena como las de otras celebridades, como Morgan Freeman (80%), Will Smith (62%) o Michelle Obama (60%).

Además, la tabla anterior refleja una tendencia. Este invierno Swift parece haber perdido popularidad entre los republicanos y los independientes. Posiblemente, al politizarse su figura con este debate sobre su apoyo (o no) a un candidato, las simpatías que despierta se han polarizado.

Su valor como activo electoral se mantiene en cualquier caso. Primero, porque ese proceso de polarización no es completo (la mitad de los encuestados aseguran no saber si Taylor Swift es republicana o demócrata). Y segundo, porque incluso si la cantante solo interpelase a los segundos, todavía podría beneficiar los intereses demócratas, favoreciendo la participación y empujando a votar a simpatizantes desconectados de las elecciones, o jóvenes fríos con un candidato que concurrirá a las elecciones con más de 80 años.

Taylor Swift, durante un concierto en Sidney, Australia.Foto: DON ARNOLD/TAS24 | Vídeo: EPV

Entonces, ¿influirá si Taylor Swift pide el voto por Biden?

Me atrevo a decir que sí. Por los datos anteriores, y también por este: un 15% de los demócratas y un 4% de los republicanos reconocen directamente que si Taylor Swift apoya a alguien, eso hará más probable que ellos voten por esa persona.

Otras historias

📝 1. El precio de apellidarte Zhang o Zhu

Después de obtener un doctorado en Estados Unidos, los economistas chinos con apellidos del final del alfabeto —los Zhang o Zhu— tienen un 20% más de probabilidades de volver a su país en lugar de hacer carrera en EE UU. ¿El motivo? Un sesgo injusto: en economía, los autores de una investigación la firman por orden alfabético, sin que importe el mérito, pero eso no impide que los primeros firmantes luzcan más. Los Zhang firman al final, por ninguna razón, y eso penaliza sus carreras. Lo cuenta este estudio que compartió Marta Suárez-Varela.

🏡 2. Buscamos 40 alquileres en Idealista. Todos son más caros que la nueva referencia del Gobierno

El recién estrenado Sistema Estatal de Referencia de Precios de Alquiler de Vivienda retrata un mundo paralelo que no cuadra con el mercado actual del alquiler. Hemos comparado 40 anuncios de Idealista para Madrid y Barcelona con los precios orientativos del ministerio: todos se ofertan más caros en el portal, hasta el doble.

No es una sorpresa que el índice de precios apunte a la baja. Primero, por la naturaleza del cálculo. Pero también porque una de las finalidades potenciales del sistema es precisamente limitar el precio. Podría usarse para imponer un precio máximo a los alquileres en áreas que se declaren tensionadas. De momento, solo Cataluña ha dado ese paso.

📜 3. Una IA para descifrar papiros

Hace 2.000 años, una erupción volcánica sepultó la Villa de los papiros, convirtiéndola en la única biblioteca de la antigüedad que sobrevive íntegra. Pero abrir sus secretos presenta un doble problema: no solo hay que descifrar la grafía, antes hay que acceder al contenido de los rollos de papiro sin que se desintegren.

Ahí entra en juego un concurso, el Vesuvius Challenge 2023, que reunió una comunidad de competidores (y colaboradores) para tratar de resolver este reto con visión artificial y aprendizaje automático.

Y un equipo ha triunfado: “Hoy estamos felices de anunciar que nuestro loco proyecto ha tenido éxito. Después de 2.000 años, por fin podemos leer los rollos”, dice uno de los promotores del premio. En la imagen, la parte final del primer pergamino leído, que contiene un texto inédito del mundo antiguo. El autor, dicen, es probablemente el filósofo epicúreo Philodemus, que escribe aquí sobre la música, la comida y cómo disfrutar de los placeres de la vida. En la sección de cierre, ataca a unos adversarios ideológicos sin nombre, ¿tal vez los estoicos?, que “no tienen nada que decir sobre el placer, ya sea en general o en particular”.

Texto de un papiro enrollado nunca visto en 2.000 años y ahora descifrado gracias al uso de tecnología de visión artificialVesuvius challenge

¿Me ayudas? Reenvía este boletín a quien quieras, y apúntate aquí a la ‘newsletter’ de Kiko LLaneras. Es un boletín exclusivo para suscriptores de EL PAÍS, pero cualquiera puede recibirlo durante un mes de prueba. También puedes seguirme en Twitter y en Threads, o escribirme con pistas o comentarios, a kllaneras@elpais.es.

Sobre la firma

Más información

Archivado En