Montaña o rocódromo: las dos vertientes de la nueva pasión por la escalada
El deporte se estrena en los Juegos Olímpicos de Tokio, un gran impulso para un fenómeno cuya vertiente urbana ya motiva a millones de personas
Chris Sharma es uno de los escaladores más reconocidos del planeta. De sus 40 años, 30 los ha pasado escalando. En 2001 superó la vía más extrema hasta la fecha, graduada como 9a+, y en 2008 elevó un nivel más la máxima dificultad: resolvió un 9b (actualmente el grado más extremo es 9c). Pero en 2015 apostó por abrir el primero de los rocódromos que gestiona en España. “El punto de encuentro con la escalada ya no es la montaña”, afirma Sharma.
En efecto, la escalada se ha convertido en una actividad tan urbana como el skate. En España hay casi dos centenares de estas instalaciones. A ellas acuden nuevos aficionados como el periodista Antonio Lobato. “Mi mujer me regaló un curso de escalada en un rocódromo”, cuenta el narrador de la Fórmula 1. Cuando volvió a casa tras su primera experiencia, confesó que acababa de encontrar “su deporte”.