‘Dora, la exploradora’ cumple 25 años: “Hablar español en Estados Unidos es un superpoder”
En el aniversario de la serie de dibujos animados, vista en 150 países, sus creadores destacan la importancia de la cultura latina en medio de los ataques de Trump


A finales de los años noventa, Chris Gifford y Valerie Walsh Valdes buscaban obsesivamente crear una serie de dibujos animados que impactara la sociedad y pasara a la historia. Querían darle un carácter interactivo, algo insólito por entonces, pero no tenían claro quién podía ser el protagonista. Pensaron en gatos y conejos. Luego surgió la idea de una niña, Nina, que llevara una mochila a la espalda. La identidad final del personaje llegó cuando la dirección de Nickelodeon les sugirió que esa niña fuera latina, como respuesta a la escasa representación de la comunidad en los medios estadounidenses. Así, el 14 de agosto del 2000 nació Dora, la exploradora, la serie que hoy celebra su 25 aniversario y que sigue siendo un fenómeno global: emitida en más de 150 países, traducida a 32 idiomas y convertida en uno de los programas más vistos por el público preescolar en todo el mundo.
Los creadores viajaron entonces a Latinoamérica para “empaparse” de la cultura y dar vida a Dora. “Nos impresionó mucho la conexión que los latinos tienen con la familia, también con la música y la comida, y tratamos de integrarlo en Dora, donde están presentes su abuela, mami, papi, el primo Diego…”, explica Walsh por videollamada. “Fue difícil mostrar tanto la parte familiar porque la historia de Dora es también el viaje de una heroína independiente, aventurera y extremadamente curiosa”, matiza Gifford.
Para facilitar la inmersión cultural, ellos, que no hablan español, contrataron a un equipo de guionistas, educadores, compositores y asesores culturales latinos, muchos de los cuales al cabo de los años acabaron trabajando o creando sus propias animaciones, en la misma estela de Dora, como los dibujos de PBS, incluida la niña puertorriqueña Alma’s Way o la mexicano-americana Rosie, de Rosie’s Rule. Según comentan, los creadores de animaciones latinas en Estados Unidos son una comunidad; en lugar de rivalizar, permanecen unidos. “En uno de los capítulos de Alma’s Way vi que la protagonista tenía en su habitación una muñeca de Dora, la exploradora”, Gifford pone como ejemplo.
Dora no solo se convirtió en un icono para millones de niños en todo el mundo, consolidándose como uno de los programas infantiles más destacados tras ocho temporadas de emisión, sino que además abrió el camino a producciones con protagonistas latinos. Por eso no sorprende la multitud de premios que ha recibido a lo largo de este cuarto de siglo, entre los que se incluyen Emmy, NAACP, Alma, Latino Spirit, Gracie Allen, Parents’ Choice, Common Sense Media y Television Critics Association. En 2005, Dora se convirtió en la primera figura latina representada en uno de los globos del tradicional desfile de Acción de Gracias organizado en Nueva York por Macy’s y no pasó desapercibida: el globo medía casi 17 metros. Desde entonces, su aparición en el desfile ha sido recurrente, presente incluso en la edición de 2024.
En el contexto político actual en EE UU, donde las traducciones al español han sido eliminadas de las páginas gubernamentales de la Administración de Donald Trump, resulta inevitable preguntarse si una propuesta de este tipo sería ahora aceptada. “Estamos atravesando un momento muy difícil, donde predomina el miedo. Si Dora, la exploradora, puede ayudar a que los niños latinos se sientan más cómodos y orgullosos de su identidad, en lugar de esconderla, maravilloso; estaremos haciendo algo muy bien”, remarca Gifford, asegurando que, de momento, no han sufrido ningún tipo de recorte o censura.
Los detractores de la serie remarcan lo repetitivo de su estructura y cómo no introduce demasiadas palabras en español, ante lo que Gifford y Walsh aclaran que no querían abrumar a los preescolares con más vocabulario del que fueran capaces de digerir, y que su objetivo principal nunca fue enseñar el idioma. “Nuestro cometido desde un principio es que los niños latinos se sientan cómodos hablando su lengua, no avergonzados. Queríamos mostrar que ser bilingüe mola, que hablar español en Estados Unidos es un superpoder”, explica Walsh.
También se barajó la posibilidad de que Dora, originalmente una niña de siete años, creciera. Durante un par de temporadas llegó a tener 10 u 11 años, pero el experimento no terminó de conectar con la audiencia y se optó por devolverla a su edad inicial. En cambio, en las dos películas estrenadas hasta ahora, Dora and the Lost City of Gold (2019) y Dora and the Search for Sol Dorado (2025), la protagonista tiene 16 años.
Ambas producciones han sido éxitos de taquilla: aunque aún no hay cifras definitivas de la segunda por ser un estreno reciente, la primera recaudó 120,6 millones de dólares, más del doble de su presupuesto de producción. Así que el personaje sigue imparable. Sus creadores confiesan no solo no cansarse de ella, sino sentirse muy apegados. “Define quiénes somos en muchos sentidos”, confiesa Gifford. “Dora es un personaje que conmueve, a nosotros y a la audiencia”.
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