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La alcaldesa de Los Ángeles levanta el toque de queda tras el descenso de la violencia en las manifestaciones

El club de prensa local presenta una demanda contra la policía por exceso del uso de la fuerza en el control de las protestas

Protestas Los Ángeles
Luis Pablo Beauregard

Los Ángeles recupera algo de calma. Después de una semana de manifestaciones callejeras por las redadas de Donald Trump en la ciudad, la alcaldesa Karen Bass ha dado un respiro levantando el toque de queda que estuvo vigente para una parte del centro. La regidora ha anunciado su decisión la mañana de este martes, horas después de que la tarde del lunes recortara dos horas a la prohibición por la baja de incidentes violentos tras las protestas iniciadas el 7 de junio. “El toque de queda, junto a otras medidas preventivas han tenido éxito protegiendo comercios, restaurantes y zonas residenciales de malos actores a los que no les interesa nuestra comunidad inmigrante”, ha dicho Bass, quien ha advertido que puede reinstalar la medida si la violencia vuelve a calentar las calles.

La alcaldesa ha anunciado su decisión tras siete noches de toque de queda, que había sido originalmente fijado entre las 20.00 y las 06.00, y el lunes recortado a las 22.00. Bass adoptó la medida después de que las movilizaciones contra las redadas federales derivaran en disturbios y saqueos de 23 negocios del centro de Los Ángeles, en los que fueron arrestados unas 14 personas. A lo largo de la última semana, la política demócrata ha tenido que dividir su atención entre los dueños de negocios y empresarios, quienes la presionaban por la inseguridad y por la caída de las ventas, y por las tensiones sociales provocadas por la cacería de indocumentados en una zona con una enorme presencia latina.

El domingo, un día después de la manifestación nacional No Kings, fue el primer día en una semana en la que la policía de Los Ángeles no realizó detenciones por disturbios o por violaciones al toque de queda. Las marchas en respuesta al desfile militar que Donald Trump se organizó en Washington fueron la culminación de una semana de movilizaciones callejeras. En Los Ángeles, la protesta pacífica del sábado dio paso a un nuevo choque entre manifestantes y policías que dejó a tres agentes con lesiones superficiales. Ese día fueron detenidas 35 personas por no respetar el horario del toque de queda.

Protestas Los Ángeles

Jim McDonnell, el jefe de la policía, aseguró que el toque de queda había respondido a una “preocupante escalada del comportamiento ilícito de los manifestantes”. El número de detenciones realizadas por el cuerpo policiaco se elevó drásticamente. Desde las 26 personas detenidas el sábado 7 de junio en las primeras protestas, hasta superar las 200 el lunes 9 de junio. En total, 575 personas fueron arrestadas por diferentes motivos desde el 7 de junio.

Las autoridades han revelado este lunes el gran costo que los últimos días han dejado para la ciudad. Un memorando en manos del Ayuntamiento detalla la onerosa carga a las finanzas municipales, que van desde 16,9 millones de dólares gastados por el Departamento de Policía (11,7 millones se han ido solamente en el pago de horas extras de los uniformados), hasta los 780.000 dólares que se han invertido para desaparecer la gruesa capa de grafiti que cubrió los edificios de los primeros cuadros de la ciudad. Esta cuenta aumentará en los próximos días, han advertido, pues no incluye el despliegue de los elementos el sábado, cuando se reforzó la vigilancia en la marcha de No Kings.

Demanda contra la policía

Los gastos de la policía pueden ser todavía mayores. Los abogados del Club de Prensa de Los Ángeles presentaron este unes una demanda ante un tribunal federal en la que acusan al Departamento de Policía de abuso de poder y exceso de fuerza en el control de los grupos de manifestantes que acudieron al centro de Los Ángeles. “Los recientes ataques policiales a nuestros colegas mientras cubrían las protestas no son solo incorrectos, sino también ilegales”, aseguró la organización en un comunicado. “El periodismo no es un crimen”, ha añadido.

El grupo espera obtener de los jueces una orden judicial que proteja a los periodistas de conductas indebidas por parte de los agentes de policía. Esto después de que las redes sociales se llenaran de videos que mostraban diferentes excesos de los uniformados en el control de las protestas. Los policías dispararon gases irritantes, balas de goma (a veces directamente hacia sujetos) y golpearon con sus porras a varios manifestantes, incluso cargaron contra estos montados a caballo. La grabación de una periodista australiana siendo impactada por un proyectil se hizo viral.

El club ha informado que no está buscando que los tribunales otorguen una compensación económica, sino que es un caso que pretende obtener una resolución que pueda hacer rendir cuentas al poder y a las autoridades. Los abogados están trabajando de manera gratuita y, de momento, la demanda se enfoca en la respuesta de la policía angelina a pesar de que otras fuerzas respondieron al llamado de Bass, entre estas la Oficina del Sheriff del condado de Los Ángeles, y la corporación estatal, la California Highway Police.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
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