América Latina, una región tan privilegiada como llena de retos en un mundo de oportunidades
El simposio del Consejo de las Américas 2024 celebrado en Miami ha reunido a cientos de líderes empresariales para debatir acerca del presente y futuro crecimiento de la región
Las reflexiones sobre el futuro de América Latina han salido de las oficinas de dirección de algunas de las más grandes empresas de la región este miércoles en Miami. En el Simposio del Consejo de las Américas (COA), en el marco de los 29º Premios de Negocios BRAVO, alrededor de 500 líderes empresariales se reunieron para hablar sobre el presente y el futuro de la región. Las charlas, que variaron en temas desde la transición energética, la digitalización o la inversión en el continente, se centraron en la abundancia de oportunidades de la zona, teniendo muy en cuenta la realidad geopolítica y tecnológica global. Los numerosos retos de una región muy desigual y con problemas de infraestructura tampoco quedaron de lado. “Es una nueva era de oportunidades para América Latina, que refuerza su papel como un jugador global significativo”, resumía María Lourdes Teran, vicepresidenta del Consejo de las Américas, al comienzo del día.
Al poner énfasis en la importancia de estas discusiones internacionales que, valora, son ahora más cruciales que nunca, ella misma puso las bases de lo que sería la jornada. “Nos encontramos a apenas días de las elecciones estadounidenses, en un año crítico en la historia global, en el que la mitad del planeta ha emitido su voto. El resultado de estas elecciones se unirá a otros retos electorales de nuestra región en el último año. En el ámbito económico, América Latina ha tenido un crecimiento moderado, pero el mundo se enfrenta a tensiones crecientes en Ucrania y el Medio Oriente, y la distancia y relativa neutralidad de la región está atrayendo más inversión internacional”, aseguró Teran.
Aparte de las comparativas ventajas geopolíticas, el contexto de la región mejora todavía más por su potencial en el ámbito de la transición energética, tema central de varias de las charlas de la jornada, aunque sobrevoló todas las conversaciones. En más de una ocasión se mencionaron datos como que la región tiene el 40% de los minerales y recursos críticos para la energía renovable del planeta, o que es el hogar de la Amazonía, crucial en el balance climático global. Entre los empresarios lo tienen claro: no habrá un futuro verde sin América Latina. No es casualidad que señalaran también que la región es protagonista en la acción política climática con la actual COP16 celebrándose en Colombia o la COP30 en Brasil el próximo año.
Con todo, el potencial es enorme. “América Latina puede alimentar y propulsar el mundo”, afirmaba Juan Pablo Mata, CEO del grupo Mariposa, empresa guatemalteca de distribución alimentaria, en un panel sobre la inclusión digital en la región.
Pero los retos también son enormes. La deficiente infraestructura, común denominador de la región, o la profunda desigualdad, que genera enormes hoyos de oportunidad y de educación, están reteniendo de manera crónica a toda América Latina. Por ejemplo, el potencial de generación de energía limpia es muy grande, pero las redes eléctricas son deficientes y necesitan ser actualizadas; la implantación de las comunicaciones digitales es muy alta, incluso en zonas remotas, pero en muchos países no hay una red de transporte que esté a la par; o, como mencionó la consejera delegada de PepsiCo para la región, Paula Santilli, hay miles de buenos puestos de trabajo, pero muy pocas personas suficientemente preparadas para llenarlos.
También falta una visión a largo plazo entre los gobiernos de la región, aseguró Andrés Cadena, socio de la consultora McKinsey. “El futuro empieza en América Latina. Para poder construir ese 80%, 90% de valor agregado creado en el mundo, todos, desde el sector aeroespacial, a los vehículos eléctricos, a la próxima ola de comercio digital, todo lo demás, necesitarán nuestros recursos. Necesitan nuestro litio, nuestra energía, nuestra agua, nuestros alimentos. Somos el continente rico, solo no estamos capturando el valor de esa riqueza. Y eso es algo que tenemos que cambiar. Es una perspectiva a largo plazo de cómo América Latina debe pensar geopolíticamente y trabajar junta para entrar en la conversación global. China lo hace, India lo hace, el Medio Oriente lo hace; Estados Unidos, ni hablar. No hay ninguna razón para que nosotros también pensemos así”.
“El futuro empieza en América Latina. Somos el continente rico, solo no estamos capturando el valor de esa riqueza. Y eso es algo que tenemos que cambiar”Andrés Cadena, socio de McKinsey, durante el Simposio del Consejo de las Américas
La productividad de la región es otro obstáculo para la satisfacción de su potencial, aseguró en otro panel Paula Bellizia, vicepresidenta para América Latina de Amazon Web Services, subsidiaria de la gigante Amazon especializada en ofrecer soluciones digitales: “En los mercados desarrollados continuamente aceleran la productividad. ¿Por qué? Porque adoptan tecnología más rápido. En América Latina estamos creciendo al 20% en comparación al resto del mundo”. Para Bellizia la solución tiene que ver, además de con la tecnología, también con la preparación del capital humano: la gente no puede adoptar nuevos sistemas si no sabe cómo. Las empresas, asegura, también deben jugar un papel en esa educación para poder cumplir con el potencial.
El cofundador y socio de Riverwood Capital, Francisco Álvarez-Demalde, galardonado por COA con el premio BRAVO de inversor del año, cree que, a pesar de los desafíos, las condiciones son mayoritariamente positivas. “Piensa en dónde estamos. Fuimos de ser una región que estaba desconectada a tener conectividad de internet. Y no solo eso, ahora tenemos computadores y celulares, y estamos digitalizados con las fintechs. Eso ha creado una infraestructura de adopción digital. Yo diría que una persona en la mitad de Brasil está más conectada que una persona en la mitad de Arkansas. Y esa conectividad está creando oportunidades de más y más innovación”, aseguró, admitiendo que es un optimista por naturaleza.
Pero no fue el único. Haim Israel, estratega global para Bank of America, pintó la imagen de un futuro cercano, a poco más de una década, radicalmente diferente. Fue una enumeración de algunas de las quimeras futuristas que siempre se han prometido, pero que ahora sí están en el horizonte más cercano: energía limpia infinita con la fusión nuclear, una red eléctrica mucho más capaz y confiable con superconductores y un sinfín de oportunidades más gracias a una inteligencia artificial generativa que va mucho más allá de ChatGPT y ya es capaz de crear nuevas medicinas revolucionarias en cuestión de horas o descubrir materiales nuevos para hacer baterías baratas y eficientes. Y en el centro de todo esto podría estar América Latina. Solo hay que tener visión.