Thomas Vinterberg convierte a los daneses en refugiados climáticos en su primera serie

El director de ‘Otra ronda’ debuta en la televisión con ‘Familias como la nuestra’, una historia que pone en el centro el amor y la familia. “La empatía humana desaparece en momentos de crisis”, dice el cineasta

Thomas Vinterberg, en una imagen cedida por Serielizados Fest de la participación del director en un acto a mediados de octubre en Barcelona.Foto: Clara Orozco

En un futuro próximo, la subida del nivel del agua por el cambio climático obliga al gobierno de Dinamarca a tomar una decisión radical: evacuar el país. Casi de la noche a la mañana, los cerca de seis millones de ciudadanos del país nórdico se convierten en refugiados en busca de un nuevo lugar en el que instalarse. El punto de partida de Familias como la nuestra, la serie creada por el cineasta ...

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En un futuro próximo, la subida del nivel del agua por el cambio climático obliga al gobierno de Dinamarca a tomar una decisión radical: evacuar el país. Casi de la noche a la mañana, los cerca de seis millones de ciudadanos del país nórdico se convierten en refugiados en busca de un nuevo lugar en el que instalarse. El punto de partida de Familias como la nuestra, la serie creada por el cineasta Thomas Vinterberg (Frederiksberg, Dinamarca, 55 años), que emite Movistar Plus+, es pura ficción. “Es un experimento mental, Dinamarca no está a punto de ahogarse, y según los científicos, llevaría bastante tiempo”, aclara el realizador. Pero esta distopía muy realista le sirve al director de Otra ronda y La caza para hacerse un puñado de preguntas para las que no ha encontrado respuesta: “¿Cómo reaccionaríamos ante una crisis así? ¿Cómo afrontaríamos tiempos en los que la empatía cae y no podemos darnos el lujo de proteger a todo el mundo sino solo a los más cercanos? ¿Cómo de capaces somos los occidentales de reinventarnos en un mundo nuevo?”, piensa Vinterberg en voz alta.

El director visitó Barcelona a mediados de octubre para presentar su serie con motivo del Serielizados Fest. Habla despacio, pensando bien las respuestas mientras reflexiona sobre su propio trabajo. “No estoy seguro de haber entendido mi trabajo todavía, siempre aprendo sobre lo que he hecho mientras hablo con los periodistas sobre él”, dice. Aunque el telón de fondo de su nueva creación es muy ambicioso, la historia se desarrolla poniendo el foco en los problemas que encara una familia concreta en esa situación. Y en particular, el dilema al que se enfrenta una adolescente, que tendrá que elegir entre seguir a su novio, ayudar a su madre o decantarse por la protección que le ofrece su padre.

Aunque el cineasta no ha encontrado respuestas a las preguntas que plantea la serie, sí ha llegado a algunas conclusiones que afectan a sus protagonistas. “He aprendido que la empatía humana desaparece en momentos de crisis. Pero, también, que regresa rápidamente en cuanto la crisis se ha superado. Los humanos somos criaturas sociales de nacimiento, a menos que seas un psicópata, por supuesto. También que tenemos una gran población, especialmente jóvenes, que desean con mucha fuerza cambiar su comportamiento por el clima, pero no lo hacen, no pueden. Vuelan más y más y compran más y más ropa. Un ser humano cambia muy poco en su vida, pero las poblaciones cambian todavía menos. Asumo que hay mucho de sentir que lo que se haga será insuficiente. La gente no lee esas páginas en los periódicos, incluido yo mismo. Hay algo de creer que, si lo ignoras, no existe. Es un poco como estar sentado en primera clase en el Titanic y escuchar que el agua entra en tercera y cuarta clase mientras sigues comiendo. Pero aun así soy optimista por alguna razón nada científica”, reflexiona el director.

El director Thomas Vinterberg (derecha), con la actriz Amaryllis April August en un momento del rodaje de 'Familias como la nuestra'. Imagen cedida por Movistar Plus+.

Familias como la nuestra es el primer trabajo de Vinterberg tras Otra ronda, que ganó el Oscar a la mejor película internacional y con la que estuvo nominado al premio a la mejor dirección. “Siempre, desde que hice mi primera película allá por el siglo XVIII, Celebración, he querido hacer una serie. En este caso, quería quedarme con esos personajes y enseñar las partidas, las despedidas, pero también cómo se reinventaban para mostrar esperanza, tener todo el camino. Necesitaba más tiempo y múltiples personajes”, explica su decisión de tratar esta historia en el formato seriado.

En cualquier caso, no ha variado mucho su forma de trabajar entre rodar una película y una serie, más allá de la extensión del rodaje. “Le añadí algunos cliffhangers y esas cosas que he aprendido de mis amigos del negocio de la televisión. Pero el proceso de continuar trabajando tantos, tantos días, como 110 días frente a los 30 de una película, produce creatividad. En algún momento del proceso te olvidas de tu propia autocensura y te olvidas de ti, no miras atrás y solo quieres rodar y seguir adelante. Esa es una gran posición para favorecer la creatividad. Mi esposa, que es mucho más inteligente que yo y es vicaria de la iglesia luterana, dice que si pones tu mirada en algo que no seas tú mismo, puedes experimentar un gran momento de felicidad, y eso es lo que hacemos cuando creamos”.

Una imagen de la serie 'Familias como la nuestra'.

Para Vinterberg, más allá de los grandes temas en los que se mueve la trama de su serie, subyace la idea de que “mientras que un país desaparece, el amor permanece”. “Es sobre la elección entre el amor narcisista y el amor generoso, sobre el amor en todas sus formas”, añade. La familia es un tema recurrente en la producción del realizador danés. “Es una institución que representa la claustrofobia y, al mismo tiempo, el amor eterno, la lealtad y conflictos, todo a la vez. Es como un crisol que describe la vida al completo. Dramáticamente, es una institución perfecta para investigar a los seres humanos. Yo vengo de una estructura familiar muy inusual, crecí en una comuna hippie, lo que de alguna forma es un gran experimento familiar. Quizá por eso me ha interesado mucho el tema siempre, la solidaridad, los grupos frente al individuo, más que la familia en sí. Si te fijas, Otra ronda es un grupo, una familia de amigos. Eso es lo que me interesa, la unión”, dice.

El próximo proyecto de Vinterberg, creador del movimiento Dogma junto a Lars von Trier, también será una serie, la adaptación del libro Los hermanos Corazón de León, de Astrid Lindgren (Pippi Calzaslargas). Parece que se ha aficionado al medio, como ha ocurrido con muchos otros cineastas en los últimos años. “Por un lado, está la cuestión de dónde puedes contar historias con una cierta integridad y un nivel artístico. Cada vez es más problemático contar dramas desafiantes y llevar a la gente a comprar una entrada de cine para verlos. Creo que hay una crisis profunda en el cine que ha hecho que mucha gente se mueva hacia la televisión. Y luego, por supuesto, encontramos que es un medio muy interesante. Entras en las casas de la gente durante un tiempo largo y sigues con tus personajes durante más tiempo. Pero claro, obviamente pierdes el sentimiento de comunidad de la experiencia en el cine”, explica. ¿Seguirá explorando la televisión o tiene planes para regresar al cine? “Depende de la historia y del material. Aún hay películas que quiero hacer”.

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