Satisfyer, no; crueldad con los animales, sí
Un año más la cadena pública le da a los Sanfermines un trato preferente y entusiasta a la altura del que recibe la Eurocopa. Veremos morir las festividades feroces y despiadadas basadas en el maltrato animal, pero qué largo se está haciendo su adiós
Cuando uno de los organizadores de aquella orgía que no lo fue en Villarrobledo dijo que España era un país “sexófobo” nos cachondeamos porque la nuestra no es una sociedad pacata, razón por la que chirrían tanto sobrerreacciones como la que ha sufrido Nocilla por incluir un Satisfyer en una de sus campañas publicitarias. Les aporto contexto, en el brevísimo anuncio, destinado a las redes sociales, una adolescente mira a cámara mientras de fondo su abuelo trata de tomarse la temperatura con el artefacto.”Cuando le digas a tu abuelo que eso no es un termómetro, díselo con Nocilla” remata una voz en off. No hizo falta más para que la turba conservadora pidiese el boicot de la crema untable a la que acusan de corromper y degenerar la sociedad y de mancillar las mentes juveniles. Todo esto por un aparato que se vende en supermercados, pero ya sabemos que en esta peripecia los niños importan un pimiento, es mera guerra cultural. Una lid en la que la primera víctima siempre es el sentido común.
Si les preocupase realmente el correcto desarrollo de las mentes infantiles estarían alarmados por la campaña de la Maestranza de Sevilla: “Una entrada, un niño gratis” que pretende fomentar la afición a los toros, perdón, la afición a ver como asesinan toros, entre los menores de ocho años, o por los encierros “simulados” para niños del ayuntamiento de Valencia. Y para evitar que tuviesen acceso a imágenes como las que se han visto en Godelleta —sin son sensibles no las busquen— exigirían prohibir el acceso de los menores a fiestas basadas en el maltrato animal. La lacra de cada verano. La sangre, la agonía y la muerte no se pueden disfrazar de entretenimiento jamás. Tampoco les importa que durante una semana de julio puedan disfrutar gracias a TVE de un nada simulado acoso a seres vivos por las calles de Pamplona. Un año más la cadena pública le da a los Sanfermines un trato preferente y entusiasta a la altura del que recibe la Eurocopa, con los pizpiretos comentaristas de Vive San Fermín alabando el buen entrenamiento y la destreza de los astados, como si al final del recorrido les esperase una copa, una prima y unas vacaciones en Ibiza y no una muerte cruel. Veremos morir estas fiestas feroces y despiadadas, pero qué largo se está haciendo su adiós.
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