El adiós definitivo de ‘Amar es para siempre’: “Hemos contado la historia con verdad, ternura y amor”

La serie, que se ha mantenido en antena 19 años, primero en La 1 y después en Antena 3, termina este miércoles en horario de máxima audiencia. Sus protagonistas echan la vista atrás para hacer balance

Manu Baqueiro e Itziar Miranda, en una imagen de los últimos capítulos de 'Amar es para siempre'.Foto: MANUEL FIESTAS MORENO | Vídeo: EPV

Los vecinos de la Plaza de los Frutos han hecho historia. Con más de 4.400 episodios emitidos sumando sus dos etapas, Amar es para siempre (de 2005 a 2012, llamada Amar en tiempos revueltos y emitida en La 1; a partir de 2013 fue Amar es para siempre en Antena 3) es la producción de ficción española con más capí...

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Los vecinos de la Plaza de los Frutos han hecho historia. Con más de 4.400 episodios emitidos sumando sus dos etapas, Amar es para siempre (de 2005 a 2012, llamada Amar en tiempos revueltos y emitida en La 1; a partir de 2013 fue Amar es para siempre en Antena 3) es la producción de ficción española con más capítulos de la historia. Su trama, que se ha desarrollado entre 1936 y 1982, ha seguido los cambios políticos y sociales en España a través de varias familias. La serie dice adiós siendo líder de su franja (en 2024, roza los 1,2 millones de espectadores de media, con un 11,8% de cuota). Este miércoles se despide en Antena 3 con un episodio en horario de máxima audiencia (22.50). Su hueco en las sobremesas lo ocupará otra serie, Sueños de libertad.

Más de 1.600 actores han pasado por Amar, que ha rodado 41.300 secuencias en 300 decorados. Solo tres intérpretes se han mantenido en la ficción desde el capítulo uno hasta el último. Marcelino, Manolita y Pelayo, la familia que regenta el icónico bar El Asturiano, son Manu Baqueiro, Itziar Miranda y José Antonio Sayagués, que responden a nuestras preguntas por teléfono. Este último asegura que, desde que acabaron el rodaje en octubre, echa de menos despertarse a las cinco de la madrugada. La vida después de Amar les está tratando bien: Itziar Miranda ya tiene varios proyectos de cine y presentará un programa en Aragón TV, Tenía que ser de aquí, y Manu Baqueiro sigue de gira en teatros y estará en la serie ¿A qué estás esperando?, también para Antena 3.

Pregunta. ¿Recuerda su primer día en Amar?

Itziar Miranda. Perfectamente, porque esta noche vamos a ver algo muy bonito y que es muy generoso por parte de las dos cadenas que nos han acompañado, la primera secuencia de Amar, y fue con Manu. El realizador era Eduardo Casanova, que es ahora el director de la serie. Él es de Zaragoza, yo también, y me sentí muy acompañada, muy cuidada… Éramos dos niños queriendo construir estos personajes y recuerdo que pensaba mucho en mi abuela, en cómo era ella, sus gestos…

Manu Baqueiro. Estaba de los nervios. Antes había otro Marcelino, se habían grabado como 10 capítulos, pero no había convencido y me llamaron para que me subiera al carro de un día para otro. Tenía una secuencia en el bar con Pelayo, y me dijo, “vas a ser mi hijo”, y yo le dije, “y tú vas a ser mi padre”. Recuerdo que pensé, empieza a crear este personaje porque vas contra reloj y no hay margen. Conecté enseguida con José Antonio y el equipo, me dieron mucha cancha. Un director me dijo: “Es un tipo que ve el vaso medio lleno. A partir de ahí, estamos en tus manos porque vamos contra reloj”. Creo que lo saldé con buena nota viendo hasta dónde hemos llegado.

José Antonio Sayagués. Era el capítulo 0. Lo hice y al día siguiente se tuvo que repetir porque se cambió el actor, y es cuando apareció Manu Baqueiro. Yo pensé, “buah, debo haberlo hecho muy mal porque tengo que repetirlo”. Después me dieron un paquete de secuencias y no debía haberlo hecho tan mal porque era un paquete grande. Fue un momento como actor muy importante, como si hubiese abierto una puerta. Tenía esa intuición. Cuando iba de Salamanca a Madrid a hacer castings y no me cogían, y otra vez y otra vez, siempre tuve la intuición de que en algún momento, después de dar tantas veces en la herradura, daría una vez en el clavo, y así pasó.

Manu Baqueiro, Itziar Miranda y José Antonio Sayagués, en El Asturiano de 'Amar es para siempre'.Manuel Fiestas Moreno

P. ¿Cómo fue la grabación de su última secuencia?

I. M. Fue absolutamente emocionante. Yo digo la última frase de la serie, y no era capaz de recordarla, fue increíble. Nunca he fallado con el texto, tengo mucha memoria. Pero no era capaz de recordar la última frase. Cuando llegábamos a ese instante, que en cualquier momento podían decir, “corten, ha sido buena, hasta aquí Amar es para siempre”..., mira me emociono al contártelo. No era capaz. Tuvimos que retomar varias veces hasta que por fin la dije.

M. B. Emoción, lágrimas… tuve muchos flashbacks de momentos vividos. Era una secuencia que me llevaba a momentos pasados, con toda la reunión familiar… Yo quería combatir esa emoción para estar centrado y que el desenfreno emocional llegase después, pero fue difícil. Lo recuerdo como una catarsis, salieron todas las emociones, y aunque tardamos más en rodarla, fue un final lleno de cariño y amor. Son tres personajes cargados de amor, y eso ha llegado hasta el final, la última secuencia y la última toma.

J. A. S. Fue una secuencia muy dura, muy difícil de hacer desde el punto de vista interpretativo porque estaba muy imbuida de emoción. Fue con Manu Baqueiro, que para mí es como si fuera mi hijo, y fue muy duro interpretarlo sin dejarse llevar por la corriente emocional. Creo que en nuestra secuencia saltamos el guion, fuimos a la idea, iba más allá de la letra.

Una imagen de los últimos capítulos de 'Amar es para siempre', cedida por Antena 3.Manuel Fiestas Moreno

P. Si tuviera que elegir un momento del recorrido de su personaje en estos 19 años, ¿cuál sería?

I. M. Creo que hubo un antes y un después con la muerte de Marisol. Que a un personaje tan querido se le muera una hija por un asunto de drogas en el Madrid de los años ochenta fue muy bestia. Recuerdo que ese año hubo un momento que me sentía muy triste en mi casa y es porque arrastraba cosas del personaje, pero duro transitar por esas emociones.

M. B. Han pasado tantas cosas… Pero diría que ha aprendido mucho de las mujeres de su familia, de Manolita, de Luisita… Han ido cambiando su manera de pensar, y aceptando muchas cosas que a un hombre de esa época le costaría mucho aceptar. Ha crecido mucho a través de las figuras femeninas de su familia.

J. A. S. El arco es muy grande y con muchas relaciones emocionales, todos los códigos, desde la comedia, la tragicomedia, el melodrama… Todo un caleidoscopio de sensaciones y maneras de hacer. Me quedaría con esa cosmovisión que ha representado para mí navegar en esas aguas tan maravillosas.

Manu Baqueiro, Itziar Castro y José Antonio Sayagués, como Marcelino, Manolita y Pelayo cuando la serie aún era 'Amar en tiempos revueltos'.

P. ¿Por qué Amar ha logrado durar 19 años en antena? ¿Qué tiene que la haya hecho diferente?

I. M. Primero, el mejor público que cualquier ficción podría soñar, absolutamente fiel. Hemos contado la historia de España haciendo un homenaje a nuestros padres, a nuestros abuelos, a esa generación que vivió la Transición, y la hemos contado con mucha verdad, mucha ternura y mucho amor, y también mucho dolor y humor.

M. B. Los guionistas y directores supieron ver una posibilidad muy buena en conservar a unos personajes que se habían afianzado y venían de tapadillo y, para no cansar, ir renovando al resto. Y luego un punto muy bueno en el que sí tuvimos que ver nosotros fue, cuando enfocamos estos personajes, darle un punto de comicidad y frescura en esos primeros años, porque las demás tramas eran muy intensas.

J. A. S. Ha tenido una cabeza rectora importantísima, Eduardo Casanova [director de la serie], un magnífico capitán al mando, y un equipo extraordinario con una gran ventaja, que estábamos todos en el mismo barco, remando en la misma dirección.

Manu Baqueiro y José Antonio Sayagués, en 'Amar es para siempre'.Manuel Fiestas Moreno

P. ¿Qué ha aprendido de su personaje?

I. M. Su arrojo, su fortaleza, su sentido del humor, su sensibilidad… Ha vivido muchas cosas antes que yo, de alguna manera me ha enseñado. Ha sido madre antes que yo, se ha casado antes que yo, ha sufrido pérdidas antes que yo. Hay que agradecer esto a los guionistas, son ellos los artífices, y con Manolita han escrito una joya de personaje.

M. B. Tantas cosas... Su bondad, su amor, su humildad, su parte de Peter Pan, de querer sorprenderse de todo, jugar como un niño con todo… Pero sobre todo, su generosidad, es muy entregado a los demás.

J. A. S. Pelayo es un personaje poliédrico, tiene muchas aristas. Está cimentado sobre bases filosóficas muy profundas como son las estoicas, tiene mucho que ver con el Quijote, Sancho, Séneca, Marco Aurelio, Nietzsche, Heráclito, los clásicos… Todo eso me ha cambiado la vida desde el punto de vista espiritual. Ya no soy el mismo que cuando empecé, mi yo, afortunadamente, es una cosa diferente.

P. ¿Se ha llevado algún recuerdo físico de la serie o del personaje?

I. M. Las gafas de Manolita, las faldas, que estaban hechas a medida, y varias cosas de Manolita.

M. B. El álbum familiar con mil fotos de todos los años, que lo miro en casa y me cae una lagrimita al recordar las temporadas, tanta gente, nuestra evolución. Me he llevado una bufanda del Atleti, y yo soy del Madrid, pero esa bufanda bordada, con lo colchonero que es Marcelino, me la tenía que llevar. Tengo un menú de El Asturiano y alguna otra cosa más.

J. A. S. Las gafas, que es lo emblemático de Pelayo. Son gafas de cerca, graduadas para mí.

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