Carmen Romero y la entrevista que no pudo ser

Es una pena que la charla en ‘La noche en 24h’ se malograra algo, entre tanto señor con corbata. Nos quedamos con las ganas de escuchar más una voz tan poco pródiga en confesiones

Felipe González sigue la jornada electoral el 28 de octubre de 1982 en casa de su asesor Julio Feo. En la imagen, desde la derecha, Felipe González; su secretaria, Ana Navarro; su esposa, Carmen Romero y, detrás, sus escoltas.PABLO JULIÁ

Entrevistó esta semana Xabier Fortes a la traductora de Anna Banti al español, pero no hablaron de literatura, que es uno de sus temas favoritos. Estaban en el Palace, en un programa especial de La noche en 24h del canal de noticias de TVE que conmemoraba esa otra noche de hace 40 años en la que el PSOE hizo historia y cambió la historia. Su aparición fue un acierto de Fortes y todo un acontecimiento televisivo, pues es bien sabido que ...

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Entrevistó esta semana Xabier Fortes a la traductora de Anna Banti al español, pero no hablaron de literatura, que es uno de sus temas favoritos. Estaban en el Palace, en un programa especial de La noche en 24h del canal de noticias de TVE que conmemoraba esa otra noche de hace 40 años en la que el PSOE hizo historia y cambió la historia. Su aparición fue un acierto de Fortes y todo un acontecimiento televisivo, pues es bien sabido que Carmen Romero no se prodiga en estas nostalgias. Por eso es una pena que la entrevista se malograra un tanto, entre tanto señor con corbata. Nos quedamos con las ganas de escuchar más una voz tan poco pródiga en confesiones y que parecía tan bien dispuesta a hacerlas.

Habló Romero del vértigo de aquel 28 de octubre de 1982, y aclaró que era un vértigo de miedo a la muerte. Hubo más de 20 atentados esos días y se desarticuló un intento de golpe de Estado. Contó alguna cosa de la bodeguilla, evocó el entusiasmo ingenuo de la clandestinidad y recordó cómo iba peinada a dar sus clases del bachillerato nocturno porque, al terminar, se iba corriendo a una cena de Estado. Pero cuando más relajada se veía, la entrevista acabó. Es la maldición de la tele con las escaletas rígidas, sin piedad para los personajes que requieren otra conversación. El programa especial de Fortes quería llevarnos de vuelta a 1982, pero cada vez que nos instalábamos en ese año, el guion daba un giro y nos devolvía al presente de las frases cortas y los planos fugaces. “Lo que aquello fue puede seguir siendo”, fue la última frase de Romero, casi un aforismo. Con un par de planos, el realizador la desmintió. Nada puede seguir siendo. Todo se escurre veloz y apenas dedicamos un vistazo a aquello que fue.

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