Macarena Olona no puede contra Juan y Medio
No sorprende que en Vox prometan lo que, por suerte, no pueden llevar a cabo, son expertos en la materia. Sorprende un poco más la desconexión con el pueblo al que se jactan de representar
Anoche participó en el debate de las elecciones andaluzas en Canal Sur la representante de un partido político que quiere cerrar Canal Sur, mira si son democráticas las instituciones públicas. Escribo esto horas antes, así que no sé si Macarena Olona tuvo el cuajo de manifestar en la cadena q...
Anoche participó en el debate de las elecciones andaluzas en Canal Sur la representante de un partido político que quiere cerrar Canal Sur, mira si son democráticas las instituciones públicas. Escribo esto horas antes, así que no sé si Macarena Olona tuvo el cuajo de manifestar en la cadena que quiere cerrar sus ganas de hacerlo. Cuajo, digo, no solo por la mala educación frente a su anfitrión; ni siquiera por el hecho de que su jefe de prensa, Álvaro Zancajo, haya sido director de informativos de Canal Sur —fue destituido en 2020—. Cuajo, sobre todo, porque es impracticable y lo sabe. La RTVA está blindada por el estatuto de autonomía de Andalucía para cuya modificación sería necesaria una mayoría de dos tercios. Ni las encuestas más favorables le dan a la derecha esta suma, y Juanma Moreno es contrario a este disparate.
No sorprende que prometan lo que, por suerte, no pueden llevar a cabo, son expertos en la materia. Sorprende un poco más la desconexión con el pueblo al que se jactan de representar. Y no solo por su audiencia —más de 1.700.000 habitantes de Andalucía ven Canal Sur en algún momento del día—, el servicio público y la compañía cercana que ejerce, como buena autonómica. También por su labor de archivo y escaparate de cierto acervo popular que finge defender Vox.
Lo más cerca que ha estado Canal Sur de echar el cierre fue en 2017, en el programa de Juan y Medio —líder de las tardes—, cuando Eloísa, una invitada, se quedó dormida en directo. Juan y Medio le gastó una broma simpática: hizo desalojar el plató y apagar la iluminación para después despertarla y fingir que el programa había terminado. Cuando se despertó, como en el cuento de Monterroso, Vox seguía ahí. Vista así, una broma pesada.
Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.