Cómo ‘Élite’ ha conseguido sobrevivir a ‘Élite’
La serie española, uno de los mayores éxitos globales de Netflix, estrena en abril su quinta temporada bajo el lema “todo vale”
Carlos Montero y Jaime Vaca lo tenían claro: tras dos años de pandemia, era el momento de entregarse al hedonismo. Al menos, en la ficción. Antes de enfrascarse en la habitual e intensa ronda promocional, los máximos responsables de la quinta temporada de la serie Élite charlan sentados en una de las salas de reuniones de las oficinas de Netflix en...
Carlos Montero y Jaime Vaca lo tenían claro: tras dos años de pandemia, era el momento de entregarse al hedonismo. Al menos, en la ficción. Antes de enfrascarse en la habitual e intensa ronda promocional, los máximos responsables de la quinta temporada de la serie Élite charlan sentados en una de las salas de reuniones de las oficinas de Netflix en Madrid sobre el éxito juvenil que firman, Montero como productor y cocreador junto a Darío Madrona, y Vaca, guionista desde la segunda temporada, como productor y máximo responsable del guion desde la cuarta entrega.
Con cada nueva tanda de capítulos (la quinta se estrena el 8 de abril), la historia de los estudiantes de Las Encinas tiene que afrontar el complejo reto de mantener el interés del público y no defraudarlo, dándoles un poco más (sexo, relaciones cruzadas, venganzas, pasiones desatadas, más sexo...) en cada ocasión. Además, las necesidades obligan a renovar su reparto: de todos los protagonistas de la primera temporada, ya solo se mantienen Itzan Escamilla (Samuel) y Omar Ayuso (Omar). Los otros nueve actores que empezaron la serie ya no están, lo que ha hecho necesario incluir nuevos rostros.
En esta quinta entrega, el objetivo era consolidar a los personajes que se incorporaron en la tanda anterior. “Élite tiene una cosa maravillosa, que fagocita cada personaje nuevo y parece que lleva toda la vida ahí”, dice Carlos Montero. “Había que trabajar desde el sentido de que Élite no son estos personajes, sino un universo. Los personajes entran en ese universo, pero debe mantenerse sus normas”, añade Jaime Vaca, guionista curtido en los equipos de series como Los Serrano, Velvet, Las chicas del cable, Física o química (creada por Carlos Montero) y creador de La otra mirada.
La quinta temporada amplía su foco internacional con la argentina Valentina Zenere, que interpreta a Isadora, una gran heredera del imperio del ocio nocturno de Ibiza, y el brasileño André Lamoglia, Iván en la ficción, hijo de un famosísimo y fiestero futbolista. “Nos apetecía mucho el personaje del hijo de un jugador de fútbol. Ya que hablamos de millonarios, nos faltaba hablar de ese mundo, un mundo tan heterosexual. Nosotros hemos sido siempre mucho más bisexuales en nuestros personajes, y traer el referente masculino por antonomasia nos hacía mucha gracia”, explica Montero, que adelanta que en la sexta temporada, ya en rodaje, esa trama ganará relevancia.
Por supuesto, el curso en Las Encinas empieza con un asesinato. “Cuando empezamos la cuarta temporada nos planteamos olvidarnos del asesinato o el crimen, como hicieron en Big Little Lies con la segunda temporada, pero se equivocaron totalmente. Nosotros hemos decidido que la gente que nos va a ver sabe que en cada temporada va a haber un asesinato o un crimen”, dice Montero. “Es el código. Si te pones a quitar elementos, al final estás cambiando la serie”, añade Vaca. “Y eso que era tentador, porque ¿qué padre va a mandar a sus hijos a esa escuela, que encima de que es carísima, sabes que corren el riesgo de morir?”, bromea Montero.
Jaime Vaca menciona en varias ocasiones en la charla el hedonismo como seña de identidad tanto de la serie en general como de esta temporada en particular. El segundo episodio, por ejemplo, tiene en su centro una gran fiesta en la que el lema es “todo vale”. “Queremos romper con la época que hemos pasado, con el covid, y dar un golpe en la mesa y empezar la nueva normalidad desde la alegría, el disfrute”, dice Vaca sobre una temporada que aseguran que habría sido muy diferente sin la pandemia en el mundo real.
Otros dos conceptos que repite Vaca cuando habla de Élite son la aspiración y la honestidad. Lo aspiracional es uno de los sellos propios de la serie, según sus responsables, junto al juego, al deseo y “no tener reparos en tratar los temas hasta el final”, dice Montero. “Podemos ser muy apasionados, exagerados, en este universo cabe. Nos tachan a veces de que los diálogos son increíbles, pero si entras en ese código, sí que encajan. A veces nos pasa con guionistas o actores nuevos, que vienen del naturalismo y les cuesta entrar en este código, porque es un melodrama del siglo XXI, pero no deja de ser un melodrama con un componente hedonista muy fuerte. Hay que entrar ahí, y una vez que lo haces, es muy divertido y gustoso”, cuenta Montero.
Pero, ¿es sano aspirar al estilo de vida y los cuerpos perfectos que Élite propone? “Creo que es sano aspirar a la libertad. Nosotros no aleccionamos, dejamos que nuestros personajes lleven su libertad lo más al final posible, y luego que sufran las consecuencias o no las sufran, pero no ponemos el ojo juzgador ni tenemos un personaje al lado dando lecciones”, dice Jaime Vaca. “Si solo existiera una serie en el mundo y fuera Élite, claro que sería insano, pero lo bueno es que está dentro de una amplia opción. Si nuestros hijos o sobrinos tuvieran que educarse con Élite sería una desgracia, pero no es el caso”, añade Montero. “En la serie tenemos muchos estilos de vida, llevamos hablando de la diversidad desde el principio. ¿Los cuerpos físicos? Tal vez llegue más diversidad o tal vez no, hasta ahora no lo hemos necesitado porque es otro tipo de serie, pero estamos abiertos a todo, desde luego”, completa Montero.
Más allá de ese carácter aspiracional, los dos guionistas y productores defienden la honestidad en la que se apoya su ficción. “Hay muchas cosas en la serie que son nuestras de verdad, está contada desde dentro. La serie donde conocí a Carlos [Montero] fue Física o química, y tuvo mucho que ver en mi proceso de aceptación para la salida del armario. Élite abraza mucho eso. Yo habría agradecido tener Élite cuando tenía la edad de los chavales. Darles ese producto a chicos que tienen esa edad me da satisfacción”, dice Jaime Vaca. “Estamos en unos tiempos con mucho filtro, mucha careta, y nosotros vamos con todo el equipo para adelante, y eso se agradece”, añade Vaca. “Siempre hemos tratado a los personajes con mucha seriedad. Aunque todo sea muy frívolo, lo que contamos es fruto de nuestra experiencia, nuestros anhelos, y eso es muy real y conecta con el público”, añade Montero.
En ese “todo vale” que domina la temporada y que, según Montero y Vaca, podría ser también el lema de la sala de guionistas de Élite (“no pasaríamos ningún filtro de lo políticamente correcto en esas reuniones”, aseguran los dos), también surge el miedo a ir demasiado lejos. “Sí que está ese miedo, yo soy muy atrevido, pero a la vez muy temeroso de pasar ese límite”, confiesa Montero. “Y Jaime, con razón, siempre dice que es mejor estar en el límite, aunque nos pasemos a veces, que quedarnos muy atrás. El público ya no nos permitiría ser modositos. Incluso aunque se quejen, si diéramos una serie más pegada a la realidad, como Merlí, que es maravillosa, dirían que para eso ya tienen Merlí. Aquí hemos venido a otra cosa”, remata el cocreador de la serie.
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