‘Dom’, la miseria y el lujo de Río de Janeiro

La serie brasileña es la compleja historia de un policía especializado en la lucha antidroga y la de su hijo, que lidera una banda de atracadores

El actor Gabriel Leone en un fotograma de 'DOM', serie de Amazon Prime Video. En vídeo, el tráiler.Foto: AMAZON PRIME VIDEO

No deja de ser curioso el que en numerosas series se especifique antes de los títulos de crédito “basado en hechos reales”, por más que inmediatamente después se señale que se han modificado los nombres de los personajes y algunas situaciones para respetar la intimidad. Se supone que si está basado en hechos reales la serie alcance un grado mayor de verosimilitud cuando en realidad el espectador lo que busca, esencialmente, es entretenimiento y guiones imaginativos, algo que enganche desde un primer momento, sea real o no.

Dom (...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

No deja de ser curioso el que en numerosas series se especifique antes de los títulos de crédito “basado en hechos reales”, por más que inmediatamente después se señale que se han modificado los nombres de los personajes y algunas situaciones para respetar la intimidad. Se supone que si está basado en hechos reales la serie alcance un grado mayor de verosimilitud cuando en realidad el espectador lo que busca, esencialmente, es entretenimiento y guiones imaginativos, algo que enganche desde un primer momento, sea real o no.

Dom (Amazon Prime Vídeo) es una serie brasileña que, al parecer, se basa en personajes preexistentes: es la compleja historia de un policía especializado en la lucha antidroga y la de su hijo, un drogadicto que lidera una banda de atracadores, una especie de yin y yang de las relaciones familiares.

Claro que los ocho capítulos de la serie son algo más: una mirada exhaustiva sobre ese insólito mundo de las favelas, un fenómeno urbanístico, y extraordinario de Río de Janeiro, porque a diferencia de tantos otros barrios de chabolas, las favelas se asientan y expanden al lado de barrios señoriales, lo que a su vez permite a la interesante serie, consciente o inconscientemente, comprobar lo acertado de la frase de Hannah Arendt en La condición humana: “La polis se diferenciaba de la familia en que aquella solo conocía ‘iguales’, mientras que la segunda era el centro de la más estricta desigualdad”, unas diferencias personales y arquitectónicas en un país exuberante, dictatorial en algunos años, en el que no se ocultan las secuelas corruptoras por la ingente cantidad de dinero que mueve la cocaína entre quienes tienen la misión de mantener la ley y el orden.

Puedes seguir EL PAÍS TELEVISIÓN en Twitter o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal.

Más información

Archivado En