Columna

Giro de guion

Para el espectador estadounidense, la correa de transmisión entre los canales de noticias y la serie 'Watchmen' parece bien engrasada

Una imagen de la serie 'Watchmen'.

La serie que acumula más nominaciones a los Emmy es Watchmen, una secuela del cómic de 1986. Para el espectador estadounidense, la correa de transmisión entre los canales de noticias y la serie parece bien engrasada: hay tensiones raciales, disturbios, grupos supremacistas blancos, perversas conspiraciones, héroes que renuncian a sus poderes y un buen número de policías, muchas mascarillas también. Con sus ocho episodios Watchmen ha logrado abrir esas improbables grietas, que tanto...

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La serie que acumula más nominaciones a los Emmy es Watchmen, una secuela del cómic de 1986. Para el espectador estadounidense, la correa de transmisión entre los canales de noticias y la serie parece bien engrasada: hay tensiones raciales, disturbios, grupos supremacistas blancos, perversas conspiraciones, héroes que renuncian a sus poderes y un buen número de policías, muchas mascarillas también. Con sus ocho episodios Watchmen ha logrado abrir esas improbables grietas, que tanto gustan, en el muro que separa realidad y ficción.

Convengamos que, con Putin, Trump, Bolsonaro, algoritmos, teorías conspirativas en alza y una pandemia, los mundos de los viejos cómics de villanos y superhéroes han vuelto con furor, como si hubiera en ellos algo presciente. ¿No parece propio de esas viñetas un presidente con semejante tupé que difunde vídeos donde, la misma doctora que habla de esperma demoniaco y vacunas para controlar la devoción religiosa sostiene que el tema de las mascarillas frente a la covid-19 es una patraña? La doctora se llama Stella Immanuel y ese vídeo, lleno de mentiras, tuvo una difusión apabullante y tardó ―como siempre— más de la cuenta en ser retirado de las redes.

Además, ha habido un nuevo giro en la trama, que no por esperado ha sido menos impactante. Esto mismo comentaba hasta el creador de The Wire, David Simon, al ver el tuit del presidente. Y es que mientras cae a plomo en las encuestas de intención de voto, Trump apuntó en Twitter que las elecciones presidenciales de noviembre serán las más “fraudulentas” y dejaba flotando la pregunta de si habría que retrasar los comicios hasta que la gente pueda “votar de forma segura”. No, él no tiene poder para posponer los comicios, y el Congreso no aprobará semejante medida, pero sí puede abrir una crisis constitucional apoyado por el Departamento de Justicia, y puede empezar desde ya a sembrar dudas sobre la fiabilidad de los resultados futuros. A esta estrella de la telerrealidad metido a presidente costará sacarle de la Casa Blanca. Atentos a los próximos episodios.

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