Análisis

El negocio del entretenimiento

Mediaset y Atresmedia cierran el curso pasado con un beneficio de 211,7 millones de euros y 118 millones, respectivamente

Kiko Rivera e Isabel Pantoja, en el helicóptero, justo antes de saltar en 'Supervivientes'.TELECINCO

Pocos operadores de televisión en Europa pueden alardear de resultados económicos tan relevantes como los obtenidos por Mediaset-España y Atresmedia en el último ejercicio. Ambos conglomerados celebran tres décadas en el aire, un tiempo en el que se han convertido en una maquinaria perfectamente engrasada para amasar beneficios. Solo las nuevas plataformas de Internet consiguen arrebatarles cuota de audiencia, pero de momento el negocio no solo aguanta sino que se agranda. Su fórmula pasa por ...

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Pocos operadores de televisión en Europa pueden alardear de resultados económicos tan relevantes como los obtenidos por Mediaset-España y Atresmedia en el último ejercicio. Ambos conglomerados celebran tres décadas en el aire, un tiempo en el que se han convertido en una maquinaria perfectamente engrasada para amasar beneficios. Solo las nuevas plataformas de Internet consiguen arrebatarles cuota de audiencia, pero de momento el negocio no solo aguanta sino que se agranda. Su fórmula pasa por el entretenimiento, una materia prima rentable. Como apunta el filósofo surcoreano Byung-Chul, todo en nuestros días parece impregnado de entrenimiento: Infotainment, edutainment, servotainment, confrotainment.

Con esta visión empresarial, Mediaset ha vuelto a la senda anterior a la crisis global de 2008, para cerrar el curso pasado con un beneficio de 211,7 millones, cifra que no recordaba desde hace 12 años. La empresa que pilota Paolo Vasile asienta su negocio sobre unas bases sólidas: una oferta de programas desacomplejada, de ajustado presupuesto y con la vista puesta en distraer a la audiencia. Telecinco, su buque insignia, ha encontrado en la telerrealidad y las tertulias de cotilleo (o esos formatos híbridos que explotan ambos géneros a la vez y se retroalimentan) la fórmula magistral. Umberto Eco ya decía que la televisión estimula una sociedad de mirones y convencer a Isabel Pantoja para que se embarque en Supervivientes tiene su mérito. Y cuando la ley obliga a invertir una parte de los ingresos en producciones europeas, siempre queda el recurso de hacer una serie con José Coronado.

Con sus siete canales, Mediaset logró el año pasado el 28,9% de cuota de pantalla, por delante de su gran rival, Atresmedia, que consiguió el 26,2% con un canal menos en su órbita. Esta compañía terminó el curso con un beneficio de 118 millones, un 33,8% más que el año anterior. Al hacer balance, el grupo liderado por Planeta DeAgostini, destaca que su división de cine recaudó el 33% de la taquilla española. Estrenó la cinta más taquillera, Padre no hay más que uno, con el sello de Santiago Segura, y produjo la cinta de animación Klaus, candidata al Oscar. Para el día a día, Antena 3 confía en el tirón de sus concursos. Cada uno va enfocado a un público concreto. Aunque en algunos los participantes sean mayoritariamente jóvenes (en parte parta evitar roturas de cadera al abrirse la trampilla hacia el vacío) su audiencia objetiva peina canas. Arturo Valls conduce en Ahora caigo a un público entusiasta, en cuyas gradas abundan octogenarios que demuestran una incombustible fidelidad.

Ese es el secreto de todo producto televisivo: generar hábitos en la vida cotidiana de los espectadores y entrar a formar parte de su rutina.

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