Residuos para mover el mundo
Los biocombustibles avanzados se producen a partir de desechos orgánicos y son una de las alternativas para hacer más sostenible la movilidad. Coches, barcos, camiones e incluso aviones, como el que viajó de Madrid a Washington el pasado junio, ya incorporan un porcentaje en sus motores
Quizá su coche se mueva en estos instantes gracias al aceite que sirvió para freír unos huevos en la sartén. Si levanta la vista al cielo, el avión que pasa puede estar propulsado por restos de maderas. Mientras, en la carretera, un camión de mercancías se desplaza impulsado por huesos de aceituna. Un nuevo tipo de carburante se abre paso como alternativa sostenible para los vehículos de tierra, mar y aire. Son los biocombustibles avanzados, aquellos que toman los residuos y los convierten en alimento para los motores de combustión. Son un ejemplo de economía circular y, tanto su uso como su producción, coinciden los expertos, conllevan una menor huella de carbono.
Esta nueva generación de biocombustibles nace de materias primas que sorprenden por su cotidianidad. Pueden ser aceites usados de fritura, ramas de una poda, restos de cultivos agroalimentarios, celulosa, estiércol. Son elementos de origen modesto, pero que consiguen mover un avión, como ya ocurrió en junio en un vuelo de Iberia entre Madrid y Washington. “Empleando estos residuos de origen biológico se pueden producir biocombustibles avanzados que permiten reducir las emisiones netas de CO2 en un 90%”, contextualiza Dolores Cárdenas, gerente de diseño de productos de Repsol Technology Lab.
Aprovechar los residuos y reducir la dependencia energética
Los biocombustibles juegan un importante papel en la economía circular, el canon que dicta que los residuos ya no son basura, sino recursos con infinitas vidas. Esos carburantes se fabrican con lo que la sociedad desecha, materiales que en muchos casos acabarían en el vertedero. La fórmula palía la extracción de nuevos recursos. En palabras de Ion Arocena, director general de la Asociación de Empresas de Biotecnología de España (Asebio): “Podemos hablar incluso de una bioeconomía circular en la que se aprovechan recursos biológicos para crear productos de alto valor añadido. Y con un valor económico eficiente, sostenible y respetuoso con la naturaleza”.
Los expertos aseguran que estos combustibles sostenibles también ayudarán a destensar la correa energética de algunos países europeos. Andreu Puñet, director general de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), subraya su potencial: “No son solo una oportunidad para descarbonizar la movilidad. También lo son para aumentar la independencia energética de España y de Europa. Para producirlos se usan materias primas autóctonas, a diferencia del petróleo o los minerales críticos que se requieren para la fabricación de baterías”.
Ya en los motores actuales
Las propiedades de los biocombustibles son similares a las de los carburantes tradicionales, lo que facilita un encaje directo en los motores que utilizan la mayor parte de vehículos actuales. “Son compatibles con los motores que utilizamos hoy en coches, camiones, aviones y barcos”, detalla Dolores Cárdenas, de Repsol.
Su logística y distribución tampoco es distinta a la ya existente. Además, estos combustibles renovables “son especialmente relevantes en aquellos segmentos de la movilidad que, como el transporte marítimo o aéreo, necesitan altas autonomías para realizar sus desplazamientos” prosigue.
Su uso en el transporte por carretera ya está democratizado porque las mezclas actuales incorporan un 10% de combustible de origen renovableAndreu Puñet, director general de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP)
Hoy, los biocombustibles están ya presentes en los depósitos de nuestros coches y camiones. La ley obliga a que los productores introduzcan una parte de estos biocombustibles en la gasolina y diésel habituales, explica Andreu Puñet, de AOP: “Su uso en el transporte por carretera ya está democratizado porque las mezclas actuales incorporan un 10% de combustible de origen renovable”. La AOP estima que por cada punto porcentual de combustibles sostenibles añadido a los carburantes de toda la vida se evita al año la emisión de 800.000 toneladas de CO₂.
Para que el despegue de estos nuevos carburantes sea completo, Puñet reclama más inversión y ayudas por parte de la Administración: “Para llenar el depósito a 100%, los centros de producción van a necesitar cuantiosas inversiones para acometer esta apuesta tecnológica”.co
La Agencia Internacional de la Energía es optimista con este mercado. Prevé que la demanda de biocombustibles sea mayor este año respecto a niveles prepandémicos, y augura un aumento de la producción mundial del 7%. Ion Arocena, de Asebio, dibuja un contexto favorable para estos carburantes de origen renovable: “Con la crisis energética, los fondos Next Gen [procedentes de la Unión Europea] y la transición verde estamos ante una oportunidad sin precedentes para crear instrumentos de I+D que hagan crecer y desarrollar la industria de los biocombustibles en nuestro país”.
Otros combustibles sostenibles
Existen otras variedades de carburantes en desarrollo que también se producen de forma sostenible, y que van a jugar un papel clave en la descarbonización de la movilidad. Una de ellas son los combustibles sintéticos (e-fuels), que se podrán emplear en todos los vehículos ya existentes utilizando los sistemas actuales de repostaje. Se fabrican usando carbono retirado de la atmósfera e hidrógeno renovable obtenido del agua mediante la tecnología de electrólisis, es decir, aplicándole electricidad eólica o solar.
Podríamos fabricar tantos combustibles sintéticos como necesitáramos. Serían un complemento ideal para los biocombustibles.Miguel Ángel García Carreño, gerente senior de Economía Circular y Transformación Industrial de Repsol Technology Lab
Miguel Ángel García Carreño, gerente senior de Economía Circular y Transformación Industrial de Repsol Technology Lab, está convencido de que los efuels “serán uno de los protagonistas de la transición energética en el sector del transporte, ya que son cero emisiones netas. Es decir, el CO₂ que se libera durante su uso se compensa con el capturado antes para su fabricación. De esa manera generamos un círculo de reutilización y no se añade CO₂ adicional a la atmósfera”.
Además, el investigador afirma que esta variedad de combustibles no tiene techo de producción: “Podríamos fabricar tanto como necesitáramos. Los combustibles sintéticos serán un complemento ideal para los biocombustibles”.