La vital y desconocida labor que se realiza en el aeropuerto de Málaga

La ONG Envera, que emplea a 21 trabajadores con diversidad funcional, recoge y clasifica los residuos para su correcto reciclaje en la terminal malagueña y otras zonas que prestan servicios aeroportuarios

Dos trabajadores de la ONG Envera separan residuos en el aeropuerto de Málaga.Miguel Berrocal

Es una suerte poder volar a Málaga en estas fechas. Lo es por su clima benévolo en invierno y porque su aeropuerto internacional permite que los viajeros concienciados continúen con la práctica de reciclar ejercida a lo largo del año en sus casas. Y lo es también porque cuando un ciudadano, todos en realidad, deposita el papel de aluminio que protege un bocadillo en una de sus 100 papeleras amarillas que sirven para separar los residuos está cuidando del planeta y está garantizando que “21 trabajadores con discapacidad tengan una vida plena y autónoma”, en palabras de Virginia Rodenas, directora de Comunicación de Envera, una ONG fundada hace 45 años que firmó un acuerdo con Ecoembes en 2008 para recoger y separar los desechos que se generan en el aeropuerto Internacional de Málaga-Costa del Sol para su correcto reciclaje. “Muchos son padres y madres de familia que sin esta oportunidad estarían en riesgo de exclusión social”, afirma Rodenas.

Envera recogió, segregó y compactó 350.000 kilos de residuos para reciclar en 2019, el último año en que la actividad aeroportuaria transcurrió con normalidad. La estrella de los desechos corresponde al papel-cartón (230.000 kilos), le siguen los envases fabricados en PET (50.000 kilos) y el vidrio (otros 50.000 kilos). Para los primeros, los azules, cuenta con 250 papeleras y 35 contenedores repartidos entre los puntos limpios del aeropuerto y la zona de segregación. Para los residuos amarillos dispone del mencionado centenar de papeleras, 125 contenedores y 50 cubos distribuidos en la zona de controles, a donde van a parar los envases de más de 100 mililitros con los que no se permite viajar en cabina.

Los desechos de los viajes

Durante todo viaje se generan desechos con pequeñas variaciones según el medio de transporte. Hay residuos nuevos como el envase de las toallitas desinfectantes que la tripulación de los aviones facilita a los pasajeros o el plástico en el que se entregan envueltos los cubiertos en la cafetería del AVE. Hay residuos de siempre como las botellas de plástico o los envases de comida que se adquieren en una gasolinera cuando el viaje se realiza en coche. Y residuos que provienen de casa como el papel de aluminio que envuelve un bocadillo o la piel de una mandarina y que, aunque se esté de viaje, conviene reciclar igual que se hace en casa o en el trabajo.

Estos pañuelos desechables que sirven para desinfectar las manos se han de depositar en el contenedor gris, el que pertenece a la fracción resto, y en ningún caso se deben arrojar en el inodoro.

Como cualquier envase de plástico se ha de depositar en el contenedor amarillo. En el caso de que los auxiliares de vuelo no separen los residuos, se aconseja guardarlos y depositarlos en alguna de las papeleras amarillas existentes en los aeropuertos.

El envoltorio que protege los sándwiches o bocadillos suele estar compuesto de cartón y plástico. Conviene separar ambos elementos y depositarlos en los cubos habilitados según corresponda.

Las latas se depositan en el cubo amarillo a pesar de no estar fabricadas en plástico. Son envases y como tal se han de reciclar. Tanto las características latas de 330 mililitros como las botellas de plástico se depositan en el mismo contenedor.


Envase de los auriculares: contenedor amarillo

Si no se van a utilizar o el pasajero cuenta con sus propios auriculares conviene rechazarlos cuando los ofrece el personal a bordo del tren. En el caso de que se haga uso de ellos, el envase de plástico que los protege se debe depositar en el contenedor amarillo. Se debe extender el uso de los auriculares lo máximo posible y cuando estén inservibles se han de llevar a un punto limpio.

Los cubiertos y la servilleta se entregan en ocasiones dentro de un plástico protector, que ha de depositarse en el cubo de la basura amarillo. Si no lo hubiera en el tren, conviene guardarlo hasta llegar a la estación o incluso a casa. Es un envase que no mancha, no ocupa y no pesa. En el caso de que no se utilicen los cubiertos, se pueden entregar de vuelta al personal puesto que el plástico los mantiene intactos para otro cliente.

Algunos de los desayunos o almuerzos que se venden en la cafetería de los trenes se sirven en platos desechables de cartón. Aunque estén ligeramente manchados de grasa o de restos de comida se deben arrojar en el cubo azul.

Lo aconsejable es viajar con una botella de agua rellenable y reutilizable, un termo. En el caso de que se compre una mineral, se ha de depositar en el contenedor amarillo. Si no existiera en el medio de transporte, se puede aplastar para que no ocupe y guardar en la maleta para depositarla en la estación o en uno de los 388.174 contenedores amarillos existentes en España.


Aunque se fabrique con papel de aluminio, este protector de los alimentos se debe depositar en el contenedor amarillo, el de los envases. Si no existieran cubos de reciclaje a la vista, conviene preguntar al trabajador de la estación de servicio, que al conocer la zona sabrá dónde se ubican los contenedores más cercanos para reciclarlo de forma correcta.

Las estaciones de servicio suponen un buen lugar para deshacerse de los residuos que se acumulan en un viaje en coche. Las propias gasolineras se encargan de instalarlos o los Ayuntamientos de los municipios en las que están ubicadas. Las servilletas de papel se han de depositar en el contenedor azul aunque estén manchadas.

Del mismo modo que cuando un ciudadano va al campo guarda la basura en una bolsa y la deposita en los contenedores habilitados, en los viajes en coche conviene esperar hasta encontrar una zona con cubos de diferentes colores para deshacerse de los residuos de forma adecuada. El contenedor marrón, donde se deben arrojar los restos de comida como la piel de la fruta, cada vez tiene más presencia en España.

Antes de utilizar unos guantes de plástico desechables conviene preguntarse si son realmente necesarios. En el caso de que se usen, se deben depositar en el cubo de la basura normal porque no son envases.

Aeropuertos, gasolineras y puertos

En España existen 388.174 contenedores amarillos y 229.594 contenedores azules en la calle y 45.000 más extra en lugares de gran concurrencia como aeropuertos, estaciones de servicio o puertos, que están instalados gracias a la colaboración entre Ecoembes y distintas organizaciones públicas y privadas. Con la naviera Baleària firmaron un acuerdo en 2019 para reciclar de los envases, latas y briks que se generan tanto a bordo como en las estaciones marítimas. En lo que se refiere a aeropuertos, Ecoembes mantiene colaboraciones con Aena en el mencionado aeródromo de Málaga, en el de Madrid, Barcelona, Alicante y Valencia, entre otros.

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