Cómo preparar nuestro cuerpo para estar sanos y con energía este otoño
El cambio de estación puede provocar en nuestro cuerpo síntomas de cansancio, irritabilidad o somnolencia. De la mano de la parafarmacia Welnia repasamos cuáles son los aspectos fundamentales para mitigar estos síntomas y reforzar nuestro organismo con una dieta saludable.
El otoño es esa época del año en la que a medida que los días van perdiendo horas de luz, la piel se va despidiendo del bronceado de los meses del verano, la agenda se va llenando con las tareas del nuevo curso y el cansancio empieza a hacer mella en nuestro cuerpo, que parecía invencible al regreso de vacaciones. La vuelta a los madrugones, el descenso de las temperaturas y las comidas en veinte minutos frente al ordenador son algunas de las causas de la conocida como astenia otoñal. Según afirma un estudio publicado en la revista ...
El otoño es esa época del año en la que a medida que los días van perdiendo horas de luz, la piel se va despidiendo del bronceado de los meses del verano, la agenda se va llenando con las tareas del nuevo curso y el cansancio empieza a hacer mella en nuestro cuerpo, que parecía invencible al regreso de vacaciones. La vuelta a los madrugones, el descenso de las temperaturas y las comidas en veinte minutos frente al ordenador son algunas de las causas de la conocida como astenia otoñal. Según afirma un estudio publicado en la revista British Journal of Nursing, el cambio de estación provoca ligeras alteraciones en el estado anímico acompañadas de la sensación de falta de energía.
“Nuestro cuerpo reacciona a los cambios estacionales con un mayor cansancio, irritabilidad, debilidad y somnolencia. Estos síntomas son pasajeros, pero podemos ayudar a mitigarlos con una dieta equilibrada, ejercicio físico y una buena higiene del sueño”, resume a S Moda la farmacéutica Rocío de Toro Jiménez. Siguiendo sus pautas y en colaboración con la parafarmacia online Welnia, hemos desarrollado cuáles son los principales aspectos que debemos tener en cuenta para afrontar los meses que tenemos por delante con energía desbordante y mejor salud. Al mal tiempo, buena cara, que diría el sabio refranero español. Y buenos cuidados extra.
En la alimentación está la clave
A pesar de tener la suerte de vivir en un país en el que seguir la famosa dieta mediterránea durante todo el año es parte de su cultura, demasiadas veces las prisas o la falta de voluntad nos hacen pecar consumiendo productos poco beneficiosos para nuestra salud y alejados de la ingesta recomendada de nutrientes y vitaminas. Desde el desayuno, primera comida del día, vale la pena cuidar qué incorporamos a nuestro organismo y cómo lo hacemos.
“Debe ser la comida más energética para afrontar la jornada con buena actitud”, apunta De Toro. Según la experta, un buen desayuno puede estar compuesto por varias piezas de fruta acompañadas de pan integral con aguacate y queso fresco. “Otra opción es apostar por yogur con avena o frutos secos, aportando así hidratos de carbono de calidad”, añade. Si se prefiere una opción dulce lo más importante es prescindir de la bollería industrial e invertir un poco de tiempo en preparar una receta casera. Eso sí, evitando al máximo grandes cantidades de azúcar y harinas refinadas y eligiendo ingredientes que endulzan de forma natural como el dátil, la canela o diferentes frutas.
La naturaleza es sabia y los productos de temporada están especialmente indicados para aportar la energía extra que necesitamos calentando el cuerpo y protegiendo el organismo frente a la bajada de temperaturas. Tal y como explica la farmacéutica, en octubre dejamos a un lado las refrescantes frutas del verano como el melón o la sandía para dejar hueco a otras como las mandarinas y las naranjas, muy ricas en vitamina C. También encontramos en esta temporada otros alimentos como castañas, espinacas, calabaza, berenjenas o puerros; todos ellos fuente de vitaminas, minerales y fibra. “Y no olvidemos las setas y pescados como almejas, sardinas y sepia, que aportan gran contenido de vitaminas y minerales de calidad. Todos estos nutrientes nos ayudarán a mantener nuestro sistema inmune en buenas condiciones”, recuerda la experta.
Una ayuda extra
Para paliar la bajada de defensas que frecuentemente se produce en esta época del año debemos incorporar a nuestro organismo una generosa cantidad de vitaminas del grupo B y vitamina C, así como minerales como el magnesio, el zinc y el hierro. Tal y como indicábamos en el punto anterior, la dieta es fundamental para lograrlo: las vitaminas del grupo B están presentes en carnes (especialmente vísceras), huevos, cereales y legumbres; la vitamina C en frutas como las naranjas o las mandarinas; podemos encontrar magnesio en frutos secos y legumbres y el hierro en lentejas o espinacas. “En otoño es especialmente importante un buen aporte de hierro para no empeorar los síntomas de la astenia otoñal como el cansancio o la fatiga. Un truco para absorberlo adecuadamente es que vaya acompañado de vitamina C, al igual que no conviene juntarlo con alimentos con cafeína o taninos (vino), ya que reducen la absorción”, aconseja De Toro.
Sin embargo, cuando la alimentación no aporta todos los nutrientes necesarios, los complementos alimenticios son muy útiles para completar la dieta. Tal y como detalla la farmacéutica De Toro, algunos de los que incluyen estos nutrientes son Pharmaton Complex®, Redoxon®, Neuralex® e Inmunoferon®; todos ellos disponibles en Welnia. Su utilización ayudará a reducir el cansancio y la fatiga, aunque no hay que olvidar la importancia de vigilarse muy bien durante cada estación del año y recurrir a un profesional sanitario, como tu farmacéutico de confianza, para pedirle consejo.
Dormir como un bebé
En esta época del año (y siempre) es primordial cuidar el descanso y seguir las pautas recomendadas para una correcta higiene del sueño. A saber: cenas ligeras, siestas cortas, cero alcohol antes de dormir (puede ayudar a conciliar el sueño, pero también provoca despertares durante la noche), hacer ejercicio físico como mínimo tres horas antes de irse a la cama y evitar sustancias estimulantes como el café; entre otras recomendaciones que pueden consultarse en El Instituto del Sueño.
Precisamente uno de los mayores enemigos del correcto descanso es el café. Son muchos los que afirman eso de “no soy persona hasta que no me tomo el primero”, pero la cafeína es un estimulante del que no conviene abusar. “Un exceso de consumo de café puede provocar insomnio. El té tampoco podemos considerarlo como sustitutivo, ya que los componentes estimulantes provocan el mismo efecto. Lo más recomendable es reducir su ingesta”, explica la farmacéutica. En la cara opuesta, las infusiones relajantes a base de valeriana, melisa o pasiflora serán buenas aliadas para combatir el nerviosismo y descansar mejor. El complemento alimenticio Aquilea Sueño®, disponible en Welnia, también favorece el sueño gracias a una innovadora fórmula que libera sus ingredientes de forma progresiva y a lo largo de la noche.
El agua, compañero necesario
Por obvio que pueda parecer, beber agua es fundamental para que el organismo funcione correctamente. “El agua interviene en todos los procesos que ocurren en nuestro cuerpo, incluso en el proceso de obtener energía de los alimentos. Más del 80% de nuestra sangre es agua, fundamental para transportar el oxígeno y los nutrientes a los músculos”, recuerda la experta. De ahí que sea imprescindible beber la cantidad recomendada o hidratarnos a través de alimentos con gran porcentaje de agua como la fruta o los zumos naturales. Para los olvidadizos, los expertos recomiendan tener al lado una botella o vaso de agua mientras se está trabajando e incluso existen aplicaciones para el móvil que te recuerdan cuándo debes beber.
Muévete (sin excusas)
Otro ingrediente que no puede faltar en la fórmula de la vida saludable es el ejercicio. Debemos practicarlo durante todo el año, pero especialmente en otoño. “Aunque parezca contradictorio, el deporte nos ayudará a sentirnos con más vitalidad y, por lo tanto, menos cansados. Activa nuestro cuerpo y, además, ayuda a mantener un sistema inmune fuerte y una buena salud mental. También reduce el estrés y mejora nuestra autoestima y humor”, afirma De Toro.
Si eres de los que te acabas borrando del gimnasio después de haber pagado la cuota de seis meses y haber ido un par de ocasiones contadas, o de los que no le encuentran el sentido a correr sin rumbo fijo, busca actividades que te motiven. El baile, los deportes en equipo o hacer ejercicio en pareja o con amigos pueden ser buenas opciones. Y, por supuesto, camina o utiliza la bicicleta para moverte siempre que puedas y sustituye el ascensor por las escaleras. Todo cuenta.