El dibujante fiel a sus seguidores que dejó pintado su entierro

En los últimos 49 años, la tira cómica de Manuel Sánchez Baena, MAN, no faltó a la cita con sus lectores; el día después su muerte no fue una excepción

Última viñeta de MAN, publicada este viernes.Cortesía del diario La Verdad

En 1971, el dibujante Manuel Sánchez Baena, MAN, dio a luz al Tío Pencho, un hombre sencillo de la huerta de Murcia que estaba destinado a vivir durante un año en las páginas del periódico La Verdad analizando la actualidad de la comunidad autónoma. La cosa se fue alargando y ha durado 49 años, ni más ni menos, en los que el Tío Pencho ha desfilado a diario por las páginas del rotativo. El 10 de septiembre, su padre fallecía en Murcia, pero con los deberes hechos: dejó a su familia una viñeta con el deseo expreso de que se publicara al día siguiente. MAN que...

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En 1971, el dibujante Manuel Sánchez Baena, MAN, dio a luz al Tío Pencho, un hombre sencillo de la huerta de Murcia que estaba destinado a vivir durante un año en las páginas del periódico La Verdad analizando la actualidad de la comunidad autónoma. La cosa se fue alargando y ha durado 49 años, ni más ni menos, en los que el Tío Pencho ha desfilado a diario por las páginas del rotativo. El 10 de septiembre, su padre fallecía en Murcia, pero con los deberes hechos: dejó a su familia una viñeta con el deseo expreso de que se publicara al día siguiente. MAN quería seguir siendo fiel a sus lectores incluso cuando él faltara.

Bromeaba a veces el autor con la idea de que no podría enterrar al Tío Pencho para dar más protagonismo a otros personajes de su tira cómica como el Pifanio (su favorito, es el incondicional amigo del Tío Pecho, con quien comenta a menudo la actualidad), la Josefa (la mujer de Tío Pencho), el tío Facorro (el hombre más anciano del pueblo) y Colasico (un joven estudiante de la huerta que se mira en el buen hacer del Tío Pencho).

“La viñeta fue una sorpresa para todos los que formamos el periódico, pero a la vez no lo fue, porque Manuel era un hombre infatigable, jamás faltaba a su cita diaria, tenía una fidelidad a los lectores asombrosa”, explica a EL PAÍS el director de La Verdad, Alberto Aguirre de Cárcer. A pesar de su avanzada edad, 89 años, el dibujante solía ir cada cierto tiempo a la redacción del periódico a llevar los originales de sus ilustraciones y a charlar con los periodistas.

Tal vez esa cercanía ha sido una de las claves para convertirlo en una de las figuras más queridas y respetadas por la sociedad murciana, a pesar de que sus orígenes están en Melilla, donde nació. Él aseguraba sentirse murciano “por los cuatro costados” y, de hecho, el Tío Pencho hacía gala de ello: el panocho, el habla típica de la huerta de Murcia, era el lenguaje utilizado en sus viñetas, que a menudo reflejaban costumbres, tradiciones, floclore, refranes y frases hechas del imaginario huertano.

Pero el humor de MAN iba mucho más allá, porque la actualidad estaba muy presente en el día a día de sus publicaciones. Solía decir que el Tío Pencho era “muy enterao”, así que lo mismo hablaba del deterioro del Mar Menor que de la llegada del AVE. El director del área de Cultura de La Verdad, Manuel Madrid, recordaba en el obituario de Sánchez Baena cómo el dibujante le explicó en una ocasión que su personaje, a lo largo de estos casi 50 años, “ha vivido momentos políticos muy diferentes y siempre ha dicho lo que ha querido y nadie se ha molestado”. El huertano bajito y regordete hacía gala de un humor muy blanco, con formas suaves. Pero sin rehuir de ningún tema.

Porque detrás de la aparente sencillez del Tío Pencho, se encontraba la mente ágil de Sánchez Baena, médico cardiólogo de profesión, que llegó a dirigir el antiguo Hospital de la Arrixaca.

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El Tío Pencho tiene el honor de ser el personaje de tira periodística más longevo de la historia de España. MAN, el de haberse ganado a varias generaciones de murcianos que han inundado las redes sociales recordando cómo se iniciaron en la lectura de periódicos a través de sus viñetas. La Federación de Asociaciones de Vecinos de Murcia lo nombró en 2016 “Vecino Murciano del Año” y el Ayuntamiento de la ciudad había iniciado los trámites para darle el título de hijo adoptivo, que tendrá que recibir ya a título póstumo. Sí vio en vida cómo su personaje iba dando nombre a parques, peñas huertanas, clubes deportivos, bares y un sin fin de pedazos de la realidad de la ciudad de Murcia. MAN se marcha, pero el Tío Pencho se queda en el corazón de los murcianos.

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