De dormir en la calle a diputado símbolo de la diversidad

Diouf, responsable de Política de Refugiados del PSOE, espera ser un referente frente a la política excluyente de la ultraderecha

Luc André Diouf, elegido diputado del PSOE por Canarias. ULY MARTÍN

Luc Andrè Diouf (Senegal, 1965) no se considera un símbolo, pero sus orígenes le convirtieron este martes en una excepción en la constitución del Congreso. Tanto por el tono de su piel, todavía muy poco habitual en instituciones como el Parlamento, como por las penurias que pasó en su busca del sueño europeo. Su historia de superación es difícil de superar: llegó en 1992 a Canarias con un visado de turista que, tras caducar, le convirtió en un inmigrante irregular. Sin papeles pronto le faltó...

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Luc Andrè Diouf (Senegal, 1965) no se considera un símbolo, pero sus orígenes le convirtieron este martes en una excepción en la constitución del Congreso. Tanto por el tono de su piel, todavía muy poco habitual en instituciones como el Parlamento, como por las penurias que pasó en su busca del sueño europeo. Su historia de superación es difícil de superar: llegó en 1992 a Canarias con un visado de turista que, tras caducar, le convirtió en un inmigrante irregular. Sin papeles pronto le faltó el dinero y estuvo mes y medio durmiendo al raso, y tirando con una comida al día, en la playa de Las Canteras de Las Palmas de Gran Canaria, por donde el pasado 28 de abril fue elegido diputado del PSOE. “Creo en esta España plural, en esta España diversa. Es el reflejo que hace que yo esté entre los 123 diputados socialistas”, compartía tras haber prometido el cargo, consciente de que puede ser un referente para los inmigrantes que han obtenido la nacionalidad española, los que aspiran a lograrla y las segundas generaciones que han nacido en España pero pueden sentir la falta de modelos cercanos a sus vidas.

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El debut de Diouf, que pertenece a la dirección del PSOE, donde es el responsable de Política de Refugiados —antes formó parte del denominado Gobierno del cambio de Pedro Sánchez en la campaña de las elecciones generales de 2016—, ha coincidido con la irrupción de Vox en el Congreso con 24 diputados. Un motivo más que engrandece el significado de su estreno en la Cámara Baja. “Es una tristeza, en otros países de Europa donde la inmigración es mucho más densa como en Francia o Italia, [otras fuerzas] ni siquiera aceptan o abrazan a la extrema derecha. “España siempre ha sido acogedor y ha sido y es un país de emigrantes”, recuerda antes de trasladar que no cree que “la estancia de Vox dentro del Parlamento tenga al final tanta influencia”. Como ejemplo, pone el trato que tuvo en los momentos más duros: “Cuando llegué me puse enfermo de pasar tanto tiempo durmiendo en la calle y contraje una neumonía. Pero tuve una atención hospitalaria que agradezco. Como la formación que recibí”. Tras cursar estudios de Económicas en su país de nacimiento, en España completó su formación con un Máster en Microcrédito. También ha tenido un papel muy activo como sindicalista: fue secretario de Inmigraciones de CC OO casi una década en el archipiélago canario. En esta comunidad fue asesor en inmigración y se ganó el reconocimiento como activista.

Su objetivo en la legislatura es que los movimientos migratorios “sean fluidos para evitar las muertes y los problemas de las vallas de Ceuta y Melilla”. Y trabajar para que la UE “asuma la responsabilidad” ante el drama migratorio en su frontera sur. “No tiene sentido que estas responsabilidades caigan en Grecia, Italia y España. La UE se tiene que implicar más para que la inmigración no sea un problema”, zanja. “Los partidos xenófobos se nutren de la inmigración. Cualquier acto xenófobo, racista, homófobo y antifeminista debe ser denunciado”, concluye Diouf, que tiene muy claro que no se pueden hacer concesiones a la extrema derecha.

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