Rajoy cambia su precampaña ante el auge de Ciudadanos

El objetivo es mostrar que Rajoy no solo promete sino que hace, tiene experiencia de gestión y no es un aventurero

De izquierda a derecha, Antonio Silván, Mariano Rajoy, Ana Pastor y Juan Vicente Herrera, en la inauguración del AVE en León.Claudio Álvarez

El PP ha tenido que introducir cambios de última hora en su modelo previsto para la larga precampaña hasta las generales de diciembre. El objetivo es que su candidato, Mariano Rajoy, pueda difundir más sus teóricos puntos fuertes presidenciables ante el aumento del voto útil del centro derecha español a Ciudadanos, constatado en las elecciones catalanas. Rajoy protagonizará más inauguraciones y estará en más actos de partido exhibiendo su capacidad de gestión frente al perfil nuevo y fresco de Albert...

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El PP ha tenido que introducir cambios de última hora en su modelo previsto para la larga precampaña hasta las generales de diciembre. El objetivo es que su candidato, Mariano Rajoy, pueda difundir más sus teóricos puntos fuertes presidenciables ante el aumento del voto útil del centro derecha español a Ciudadanos, constatado en las elecciones catalanas. Rajoy protagonizará más inauguraciones y estará en más actos de partido exhibiendo su capacidad de gestión frente al perfil nuevo y fresco de Albert Rivera, "pero de solvencia desconocida".

La preocupación en el PP y entre sus estrategas en estos momentos poco o nada tiene que ver con los periódicos y recurrentes "berrinches" del expresidente José María Aznar —que se dan ya por descontados en la cúpula del partido y que apenas molestan a Rajoy—, sino en la exhibición de fuerza que registró Ciudadanos el pasado domingo en Cataluña. El principal rival político para Rajoy y el PP en las generales de diciembre siguen siendo el PSOE y Pedro Sánchez, porque se da mucha importancia a quien puede quedar primero tras esa disputa, ya que inicia la hipotética nueva ronda para formar Gobierno. Pero los populares se enfrentan también ahora a un reto inédito para esta formación en la disputa del mismo electorado ideológico.

El primer problema con el que lidian en el PP al analizar la fuerza emergente de Ciudadanos es que muchos de sus propios dirigentes actuales se confiesan amigos o incluso hasta admiradores del líder de esa formación, Albert Rivera. Rajoy ronda los 60 años y será el candidato de más edad en la próxima contienda. Rivera tiene 35 y su imagen es joven y, sobre todo, nueva, pese a llevar varias legislaturas en el Parlamento catalán.

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La precampaña de Rajoy ya estaba en ejecución, pero ha sido modificada. Responsables del PP mantuvieron este mismo martes una charla con el presidente-candidato durante su viaje de inauguración del nuevo tramo del AVE a León y contrastaron ideas ante el diferente escenario político. En el PP inquieta Ciudadanos porque compite en su espacio pero con algunas bazas mejores.

La conclusión de los estrategas populares pasa no tanto por denostar o atacar las virtudes de Rivera —que puede llegar a ser incluso un socio necesario tras las elecciones si el PP baja de los 140 escaños— sino por exponer más y mejor las cualidades del presidente. Fuentes de la dirección de campaña del PP admiten así que, a partir de ahora, habrá más actos de Rajoy en inauguraciones de obras y proyectos bien visibles (el puente de La Pepa en Cádiz, el AVE a León o el tramo final de la autovía de Granada a La Junquera) y también en mítines enfocados a glosar los méritos del Gobierno (el sábado en Valencia). El protagonista de esos eventos será Rajoy, casi todos los fines de semana hasta las elecciones, pero también otros ministros, como Alfonso Alonso o Fátima Báñez, que deben publicitar al máximo las políticas sociales, que en teoría debe permitir la recuperación económica, y el crecimiento del empleo.

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El objetivo es mostrar que Rajoy no solo promete, sino que hace, tiene experiencia de gestión y no es un aventurero. Y, por contraposición, que Rivera aún tiene todo por demostrar.

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