Felipe VI desprecia la “visión perversa y monolítica” del terrorismo

El Rey ha expresado este miércoles su “rechazo y desprecio al terrorismo”, cuyo único fin, ha dicho, es “someter al mundo a su visión perversa y monolítica y cuyos enemigos son las convicciones democráticas, la libertad en el ser, en el sentir, en el creer y en el querer”. En su primer discurso ante el cuerpo diplomático acreditado en España y dos semanas después de los ataques yihadistas de París, Felipe VI ha lanza...

El Rey ha expresado este miércoles su “rechazo y desprecio al terrorismo”, cuyo único fin, ha dicho, es “someter al mundo a su visión perversa y monolítica y cuyos enemigos son las convicciones democráticas, la libertad en el ser, en el sentir, en el creer y en el querer”. En su primer discurso ante el cuerpo diplomático acreditado en España y dos semanas después de los ataques yihadistas de París, Felipe VI ha lanzado un “mensaje de firmeza” ante el terrorismo, al que no ha querido poner adjetivos, quizá para no excluir a las víctimas de ningún tipo de violencia o tal vez para evitar su asociación con una creencia religiosa.

“Frente al terror y el fanatismo solo hay una respuesta posible: la fuerza implacable de la razón ejercida en libertad en el marco del Estado de Derecho y del respeto a la dignidad y a los derechos de todos los ciudadanos”, ha añadido el Rey, quien se ha mostrado convencido de que esta última “prevalecerá y se impondrá, sin ninguna duda, sobre el odio y el mal”.

A la tradicional recepción en el Palacio Real han asistido 117 embajadores o encargados de negocios de otros tantos países acreditados en Madrid, así como representantes de una quincena de organizaciones internacionales. Los Reyes, que los han saludado a todos, han estado acompañados por el presidente, Mariano Rajoy, y el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo. El nuncio del Vaticano, Renzo Fratini, en nombre de todos sus colegas, ha tenido palabras de recuerdo para el rey Juan Carlos y ha alertado, citando al Papa, del peligro de la “globalización de la indiferencia” ante la proliferación de las catástrofes humanitarias y el enquistamiento de los conflictos.

Felipe VI ha reconocido que la crisis económica ha generado “mayor desigualdad, desempleo y pobreza” y ha abogado por adoptar “medidas eficaces, graduales y equitativas” para superar sus secuelas. En el caso de España, ha hecho suyo el diagnóstico del Gobierno de que “con cinco meses consecutivos de crecimiento, nuestra economía ha salido de la recesión y ha empezado a crear empleo”.

En su discurso, ha pasado revista a las zonas del mundo prioritarias para España: ha calificado de “valiosas aunque no suficientes” las medidas adoptadas por la UE para crear empleo y ha pedido “más profundización en la integración europea”; ha abogado por el retorno de “la confianza y el respeto mutuos” en la relación con Rusia, preservando la integridad territorial de Ucrania; ha calificado de “esperanzadoras” las perspectivas de paz en Colombia y la normalización de relaciones entre EE UU y Cuba; y ha apoyado “con firmeza” las negociaciones para un acuerdo de libre comercio entre Washington y Bruselas.

Finalmente, el Rey ha agradecido a los países representados por sus representantes diplomáticos el apoyo para que España se convirtiera, a partir del pasado 1 de enero, en miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU y ha prometido que, desde esta responsabilidad, contribuirá “al mantenimiento de la paz y seguridad internacionales, el desarme y la no proliferación [de armas de destrucción masiva]; a la lucha contra el terrorismo; a la promoción de los derechos humanos, de la igualdad de género y el fortalecimiento de la diplomacia preventiva”, sin olvidar su aportación al “diseño de respuestas colectivas a los desafíos globales, como el cambio climático, la ciberseguridad o el crimen transnacional organizado”.