“Solo Aznar me impone y da miedo”

Si se le ocurre algo, lo suelta. Si llega a la sede de EL PAÍS, la califica de “territorio enemigo”,

Desinhibida. La presidenta madrileña es una política a la que le encanta la conexión con la calle, sin el corsé de muchos de sus compañeros y sin la vergüenza para plantearse cualquier reto en la exposición de su imagen en público. Ha facilitado grandes imágenes para televisión y fotografías. Habla, además, bastante por derecho, es decir, sin tapujos, tanto en público como en privado. Su lenguaje puede llegar a ser crudo, en caliente. Si se le ocurre algo, lo suelta. Si llega a la sede de EL PAÍS, la califica de “territorio enemigo”, si se encuentra con un periodista que cree no afín le tacha ...

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Desinhibida. La presidenta madrileña es una política a la que le encanta la conexión con la calle, sin el corsé de muchos de sus compañeros y sin la vergüenza para plantearse cualquier reto en la exposición de su imagen en público. Ha facilitado grandes imágenes para televisión y fotografías. Habla, además, bastante por derecho, es decir, sin tapujos, tanto en público como en privado. Su lenguaje puede llegar a ser crudo, en caliente. Si se le ocurre algo, lo suelta. Si llega a la sede de EL PAÍS, la califica de “territorio enemigo”, si se encuentra con un periodista que cree no afín le tacha sencillamente de “rojo”, si quiere despachar a un rival le adjetiva como “comunista”.

Su relación con los periodistas es directa. Con los amigos y los enemigos. Así se fraguó su accidentada entrevista con Germán Yanke en Telemadrid, previa a su sustitución, y su enfrentamiento abierto con el director de Abc, José Antonio Zarzalejos, hasta que fue relevado.

También era así hasta hace poco en las reuniones internas del PP al más alto nivel, para pavor de Rajoy y su entorno. Por cómo se expresaba sobre la excarcelación del etarra Bolinaga o sobre la subida del IVA.

Solo “temía” y le “imponía” José María Aznar, con el que apenas despachó en La Moncloa cuando era su ministra y que le daba más miedo que acudir a una recepción en la Casa Blanca o al Palacio de Buckingham.

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