La AUGC pide sancionar al comandante que dio una paliza a un empresario

Los hechos sucedieron hace dos fines de semana, en la madrugada del viernes 23 de marzo al sábado 24, en Melilla. Rafael López-Furgells, segundo jefe de la Comandancia de Ávila, se acercó a un empresario de la ciudad autónoma que regresaba a su coche después de haber acompañado al suyo a una mujer (que resultó ser la exesposa del guardia civil) y le propinó una paliza. En ese momento no estaba de servicio. El empresario, según informó El Faro de Melilla, tenía tres puntos de sutura en la cara y diversos moratones por los go...

Los hechos sucedieron hace dos fines de semana, en la madrugada del viernes 23 de marzo al sábado 24, en Melilla. Rafael López-Furgells, segundo jefe de la Comandancia de Ávila, se acercó a un empresario de la ciudad autónoma que regresaba a su coche después de haber acompañado al suyo a una mujer (que resultó ser la exesposa del guardia civil) y le propinó una paliza. En ese momento no estaba de servicio. El empresario, según informó El Faro de Melilla, tenía tres puntos de sutura en la cara y diversos moratones por los golpes y patadas que le dio el comandante, al parecer, por una cuestión de celos.

Agentes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional acudieron al lugar. El comandante fue detenido, posteriormente puesto en libertad, y un juzgado de Melilla abrió unas diligencias por los hechos. Un portavoz de la Dirección General de la Guardia Civil señala que, como se hace siempre, en este caso se abrió una información reservada para investigar lo sucedido, pero que para que pueda producirse una sanción disciplinaria es necesario que primero acabe la investigación penal.

La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) pide, sin embargo, que se tome una decisión de inmediato sobre el comandante por lo que califican de hechos muy graves que atentan contra la dignidad del Cuerpo, y asegura que no se trata de un hecho aislado, sino que el comandante ha tenido comportamientos similares en el pasado. Señalan que el 26 de junio de 2005 fue denunciado por la policía local de San Bartolomé de Tirajana, Gran Canaria, por escándalo público y por falta de respeto a la autoridad; y que el 18 de diciembre de 2006 estrelló un coche oficial camuflado de la Guardia Civil en la Avenida Marítima de las Palmas de Gran Canaria a pesar de que en ese momento su destino era Melilla y no tenía autorización para usar ese vehículo oficial.