Un cuadro de Brueghel para ilustrar el sumario

El nombre de la operación policial quiere plasmar la compleja constelación que rodea los negocios de patrocinios del yerno del Rey

Primera página de un informe del Cuerpo Nacional de Policía, en la que se puede ver el cuadro de Brueghel.

El caso judicial que alude a Iñaki Urdangarin es la Operación Babel en el argot de la policía judicial. Una estampa a colores de la torre babélica del gran cuadro de Brueghel figura sobre cada uno de los archivadores en los que se acumula la cuantiosa documentación incautada en las sedes de las empresas de la trama supuestamente corrupta. La policía de Palma agota sus recursos imaginativos bautizando, con metáforas y claves, sus investigaciones sobre escándalos: Maquillaje, Cloaca, Vo...

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El caso judicial que alude a Iñaki Urdangarin es la Operación Babel en el argot de la policía judicial. Una estampa a colores de la torre babélica del gran cuadro de Brueghel figura sobre cada uno de los archivadores en los que se acumula la cuantiosa documentación incautada en las sedes de las empresas de la trama supuestamente corrupta. La policía de Palma agota sus recursos imaginativos bautizando, con metáforas y claves, sus investigaciones sobre escándalos: Maquillaje, Cloaca, Voltor (buitre) o Picnic son el mostrador la corrupción de Unió Mallorquina. En este caso de tanto eco, la nomenclatura recoge un mito de los orígenes y pretende reflejar el magma de cientos de facturas y nombres de sociedades sobre los que se trabaja.

Operación Babel quiere plasmar la compleja constelación que rodea los negocios de patrocinios del yerno del Rey, el instituto, asociación y consultoría Nóos, su inmobiliaria Aizoon S.L., más las sociedades vinculadas Virtual Strategies S.L., Shiriaimasu, Intuit Strategy Innovat, De Goes Center For Stakeholder Management. Las investigaciones se desarrollan en las ciudades de Palma, Barcelona y Valencia. Todo un periplo geográfico y de códigos comerciales.

Cinco años atrás -tres antes del estallido del escándalo matriz, el caso Palma Arena-, el diputado socialista Antonio Diéguez destapó en Palma el asunto pero de manera discreta. Denunció el primer convenio de Nóos con el Gobierno de Jaume Matas, del PP, que costó 1,2 millones. Y no nombró, adrede, a Iñaki Urdangarin, esposo de la infanta Cristina. Dijo que se trataba de un "pésimo ejemplo de administración de los dineros públicos" y detalló los grandes sueldos que se asignaron para un eventos de dos días: director de publicaciones, 40.000 euros; director de la red de regiones, 50.000 euros.

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