Paso olímpicamente

Cuelgo el mono de trabajo y entrego mis lorzas a los vestidos sueltos y los pantalones de gomillas, que ya llegará la hora de volver a caber en las cinturillas de la vida y del oficio

Varias personas disfrutan de un día soleado en la playa en las Teresitas en Santa Cruz de Tenerife.Alberto Valdés (EFE)

De justificarme por haber reservado una semana de vacaciones en un piso turístico, pese a creer como creo que, sin más brida que la oferta y la demanda, los pisos turísticos arrasarán las ciudades. De mentir diciendo que he pasado mala noche para no mandar al carajo a quienes, de buena mañana, me informan amablemente de que tengo mala cara al ver los estragos del tiempo en mi jeta de 57 años sin más retoque que el maquillaje y la hidratante. De meterme, o que me metan, en competiciones y comparaciones personales y profesionales que tengo perdidas de antemano por mucho que, íntimamente, crea que puedo ganarlas. De sentirme culpable por cobrarme yo misma en una caja automática para ahorrarme una cola de tres personas, pensando como pienso que es un chantaje del capitalismo para destruir empleo. De explicar por qué opino que la causa judicial contra la esposa del presidente del Gobierno tiene clarísimas intenciones políticas, a la vez que creo que recibir a un potencial cliente en la sede de la presidencia del Gobierno no está bonito, por mucho que sea tu casa. De tener, en fin, que ser coherente todo el rato o, al menos, parecerlo en estas líneas. Paso.

Aprovecho que empiezan los Juegos Olímpicos para anunciarles que paso olímpicamente de todo eso porque me voy a quitar de en medio hasta septiembre y, de aquí a entonces, no voy a mojarme más que el culo en la playa, ni a chapotear en más charcos que los de las tormentas de verano, ni a airear mis contradicciones más que en las sobremesas de las comilonas con amigos y familiares. Cuelgo el mono de trabajo y entrego mis lorzas a los vestidos sueltos y los pantalones de gomilla, que ya llegará la hora de volver a caber en las cinturillas de la vida y del oficio. Pues ya estaría, cielos, que dicen los chavales cuando dan algo por concluido. Hasta aquí la chapa de los jueves del curso 2023-24. Nos leemos a la vuelta. Ojalá, para entonces, haya ampliado aún más mi amplio espectro de dudas. Para certezas absolutas, palabra de dioses y enseñanza de rectos caminos ya están otros colegas.

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