#stopinvasiónmigratoria
Un individuo alineado con la agenda de un partido ultra propaga un bulo para generar miedo y desde el miedo, el odio a un colectivo
Esta es la historia de un bulo que nace y crece en las redes sociales. Un ejemplo de cómo un individuo alineado con la agenda de un partido ultra propaga el miedo y desde el miedo, el odio a un colectivo. La secuencia es triste porque muestra que, a veces, la mentira tiene más éxito que la verdad.
Sábado, 23.37. Metro de Madrid advierte en Twitter: “Circulación interrumpida en L3 entre las estaciones de Lavapiés y Plaza de España por causas ajenas a Metro de Madrid”.
Domingo, 9.18. Alvise Pérez, que se presen...
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Esta es la historia de un bulo que nace y crece en las redes sociales. Un ejemplo de cómo un individuo alineado con la agenda de un partido ultra propaga el miedo y desde el miedo, el odio a un colectivo. La secuencia es triste porque muestra que, a veces, la mentira tiene más éxito que la verdad.
Sábado, 23.37. Metro de Madrid advierte en Twitter: “Circulación interrumpida en L3 entre las estaciones de Lavapiés y Plaza de España por causas ajenas a Metro de Madrid”.
Domingo, 9.18. Alvise Pérez, que se presenta como “analista” y tiene más de 257.600 seguidores en Twitter y 333.000 en Instagram, reproduce el tuit —lo que llama “la versión oficial”— y añade, de su cosecha: “Realidad: un inmigrante armado con un machete intentaba matar gente en la estación de Lavapiés. Varias personas se vieron obligadas a salir corriendo por el túnel en dirección a la estación de Sol, por lo que se tuvo que interrumpir la circulación de los trenes”.
A preguntas de EL PAÍS, un portavoz de Metro aclara que fue “una pelea entre viajeros” y que nadie sacó “un machete”. Otro portavoz de la Policía Nacional añade: “Identificamos a 12 personas, que huyeron hasta Sol. Eran ocho chicos y cuatro chicas nacidos entre 1998 y 2006. Todos españoles. No hubo armas, ni detenidos, ni heridos”.
El tuit de Metro de Madrid, lo que Alvise Pérez llamaba “la versión oficial”, tenía ayer apenas 170 retuits. El de la mentira, casi 7.400, y motivó mensajes como estos: “¿Qué hay que hacer para poder portar un arma corta? Cada día más convencido de que nos tenemos que gestionar nuestra propia defensa” (Alber); “Aunque parezca que no es normal, esto será la nueva normalidad con la inmigración ilegal. Hay que decirlo: Madrid libre de inmigración ilegal, libre de menas que tienen family” (YoapoyoaToledo); “Tardamos ocho siglos en echarlos. Nuestros antepasados derramaron su sangre para liberarnos de ellos y ahora les ponen una alfombra roja y les dan una paga. Maldigo a todos los que apoyan la inmigración ilegal. Nos condenan a vivir en la barbarie” (Anica); “La normalización del morito y sus costumbres asesinas” (Mr. Bakshi).
Ese domingo y hasta este lunes fue trending topic #quemarlafalla, en protesta por el indulto de la figura de una mezquita. Alvise atacaba de nuevo: “En España retiran cruces, pero en Valencia no queman una falla para no ofender a los musulmanes. En España encerramos ancianos en prisión por legítima defensa, pero dejamos en libertad a violadores y agresores en manada en Formentera o Madrid”.
Vox echa leña al fuego. Jorge Buxadé asegura: “El auge islamista se produce por la entrada de 20.000 ilegales, cuando, ante la presión de una comunidad musulmana para que los falleros no quemen esa parte, no salimos en bloque los partidos e instituciones a decir que la falla se quema. Vox tenía razón. O se ponen en marcha políticas de control de fronteras para garantizar la seguridad nacional o la situación va a ser cada vez peor. Y tenemos la imagen en que fijarnos, no hace falta irse a Francia o Bélgica”. Acompañan sus tuits con #stopinvasiónmigratoria y provocan más comentarios disparatados: “Se empieza no quemando la falla y se acaba lapidando adúlteras” (Aquimalamente); “Están aquí, entre nosotros. A muchos no se les nota que lo son porque están introduciéndose en colegios y hospitales de forma anónima. Cuando queramos actuar, será tarde” (Gele Jofre).
La falla Duque de Gaeta había explicado que, tras dialogar con la comunidad musulmana “desde el cariño y el respeto”, habían decidido indultar la pieza que contenía la mezquita y regalársela. Pero su comunicado quedó sepultado bajo una montaña de tuits.