Cartas al director

Reflexiones desde la ventana

Miedo a vivir o miedo a no haber vivido. Si bien es cierto que el tiempo es relativo, también la responsabilidad es el usarlo de la manera más correcta y no dejar que pase sin más. Hemos vivido un año duro en todos los aspectos, un año que nos ha privado de un gran número de experiencias, oportunidades y personas. Pero también nos ha dado una gran lección: que nuestra vida puede cambiar de un segundo a otro. Una vez más nos damos cuenta de lo vulnerables que somos y de la cantidad de cosas que se escapan de nuestro control. Pocas cosas hay que agradecer a esta pandemia, pero gracias a ella nos...

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Miedo a vivir o miedo a no haber vivido. Si bien es cierto que el tiempo es relativo, también la responsabilidad es el usarlo de la manera más correcta y no dejar que pase sin más. Hemos vivido un año duro en todos los aspectos, un año que nos ha privado de un gran número de experiencias, oportunidades y personas. Pero también nos ha dado una gran lección: que nuestra vida puede cambiar de un segundo a otro. Una vez más nos damos cuenta de lo vulnerables que somos y de la cantidad de cosas que se escapan de nuestro control. Pocas cosas hay que agradecer a esta pandemia, pero gracias a ella nos hemos dado cuenta de la importancia de nuestros seres queridos, y de lo rápido que se nos puede arrebatar todo aquello imprescindible a lo que no le damos importancia. Hemos necesitado una pandemia y un fuerte temporal para entender que somos simples invitados a merced de la naturaleza, y que esta nos da, nuevamente, otra oportunidad para vivir respetándola y cuidándola.

María Fernández García. Madrid

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