Cartas al director

La mayoría, entonces y ahora

Sin pretender banalizar el impacto que la actual crisis tendrá en las nuevas generaciones, querría partir una lanza por la generación de nuestros padres y madres, que supuestamente han vivido mejor de lo que los jóvenes lo harán: su infancia transcurrió marcada por la posguerra; su educación social, sentimental y laboral sucedió bajo una dictadura nacionalcatólica; no olvidaron el miedo a expresar sus ideas sin mirar en torno a ellos hasta el final de su juventud. Aún recuerdo acudir a la puerta de la escuela nocturna, donde mi madre cursaba el bachillerato siendo yo niño; o ir a buscar a mi p...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Sin pretender banalizar el impacto que la actual crisis tendrá en las nuevas generaciones, querría partir una lanza por la generación de nuestros padres y madres, que supuestamente han vivido mejor de lo que los jóvenes lo harán: su infancia transcurrió marcada por la posguerra; su educación social, sentimental y laboral sucedió bajo una dictadura nacionalcatólica; no olvidaron el miedo a expresar sus ideas sin mirar en torno a ellos hasta el final de su juventud. Aún recuerdo acudir a la puerta de la escuela nocturna, donde mi madre cursaba el bachillerato siendo yo niño; o ir a buscar a mi padre a la salida de un segundo empleo que ayudó a pagar la hipoteca. Mi hermano y yo poseemos títulos universitarios que ellos nos costearon, pero que nunca tuvieron. Tal vez la diferencia principal entre esa generación y la nuestra estribe en que, entonces, nada se daba por supuesto.

Ángel de la Rubia. Bruselas (Bélgica)

Archivado En