Tribuna

El desafío de la UE en 2021

La crisis provocada por la covid-19 solo puede ser atajada mediante la coordinación y la determinación

La bandera de la UE ondea junto al edificio de la Comisión.KENZO TRIBOUILLARD (AFP)

Uno de mis mentores me enseñó una vez que en política “todo lo que puedas imaginar puede suceder”. Al echar la vista atrás a 2020, creo que conviene añadir que “incluso lo que no puedas imaginar puede llegar a suceder”. Este ha sido un año sin parangón. A finales de diciembre de 2019, cuando China informó a la OMS acerca de una serie de casos de una enfermedad “similar a la gripe”, no podíamos sospechar que, menos de tres meses después, la propia Europa se convertiría en el epicentro de la pandemia. Nadie pudo prever los terribles estragos que esta enfermedad había de causar entre nuestra ciu...

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Uno de mis mentores me enseñó una vez que en política “todo lo que puedas imaginar puede suceder”. Al echar la vista atrás a 2020, creo que conviene añadir que “incluso lo que no puedas imaginar puede llegar a suceder”. Este ha sido un año sin parangón. A finales de diciembre de 2019, cuando China informó a la OMS acerca de una serie de casos de una enfermedad “similar a la gripe”, no podíamos sospechar que, menos de tres meses después, la propia Europa se convertiría en el epicentro de la pandemia. Nadie pudo prever los terribles estragos que esta enfermedad había de causar entre nuestra ciudadanía. Nos ha afectado en todos los aspectos, desde cómo interactuamos a cómo trabajamos y cómo nos planteamos el futuro.

El Eurogrupo es el grupo de ministros de Finanzas que representan a los países que comparten una moneda: el euro. Nos reunimos frecuentemente y estamos en contacto con asiduidad entre nosotros. Nuestra función consiste en coordinar nuestras políticas en beneficio de la ciudadanía europea. Todos sabemos que al actuar conjuntamente logramos más de lo que cada uno de nosotros podría lograr en solitario.

Como presidente del Eurogrupo, he sido testigo privilegiado de la respuesta en materia de política económica a esta crisis a escala tanto nacional como europea. Si 2020 ha sido un año sin precedentes cercanos en el aspecto sanitario, también ha sido un año extraordinario en lo que respecta a las decisiones económicas para luchar contra esta crisis. Nos hemos enfrentado a una enfermedad que no entiende de fronteras nacionales, una pandemia que se propaga a través del contacto y la conectividad. En 2020 hemos recurrido a nuestra interdependencia económica para obtener la fuerza con la que hacer frente a esta amenaza.

En primer lugar, los Gobiernos nacionales reaccionaron con celeridad. Uno de los elementos más importantes fue el recurso a nuestro régimen tributario y a nuestro sistema de protección social para proporcionar una respuesta rápida y eficaz. La decisión de suspender temporalmente las normas presupuestarias transmitió el mensaje claro de que esta crisis, así como nuestra respuesta ante ella, sería diferente; permitió a los Gobiernos aplicar una serie de medidas de apoyo excepcionales (tanto en lo que respecta a su amplitud como a su naturaleza) para salvaguardar el empleo y los ingresos. Estas iniciativas resultaron cruciales para mitigar las consecuencias económicas de las medidas de confinamiento en nuestras economías.

Las instituciones de la UE también se han comprometido de manera colectiva en una serie de apoyos sin precedentes para una crisis sin precedentes. El Banco Central Europeo ha tenido un papel proactivo a lo largo de todo el año gracias a sus medidas estratégicas de apoyo, que han reducido los costes de los préstamos para aquellos que los necesitaran en la UE. La fusión de sus iniciativas y de la actuación gubernamental en apoyo de las economías ha proporcionado una ayuda de enorme importancia para permitir a las comunidades y empresas lidiar con esta crisis.

En abril, el Eurogrupo, junto con los miembros no pertenecientes a la zona del euro, alcanzaron un acuerdo sobre tres redes de seguridad cruciales, por valor de 540 000 millones de euros, que se encuentran ya plenamente operativas. El programa SURE proporciona financiación para ayudar a los países a sufragar sus regímenes de subsidio salarial para asegurar el empleo de la ciudadanía. El Banco Europeo de Inversiones tiene una mayor capacidad para ofrecer préstamos a las empresas, especialmente a las pymes, afectadas por la covid-19. Asimismo, los Gobiernos tienen acceso a una línea de crédito precautoria incondicional del Mecanismo Europeo de Estabilidad.

Además, en julio los dirigentes de la UE alcanzaron un acuerdo sobre un Fondo de Recuperación de 750 000 millones de euros para apoyar a las regiones y sectores más afectados por la pandemia, mediante una combinación de subvenciones y préstamos. Este plan es el núcleo de la estrategia de recuperación de la UE.

Los ministros de Finanzas han llegado a un acuerdo sobre la respuesta a futuras dificultades bancarias, como parte de la estrategia para fortalecer el euro mediante el refuerzo de nuestra capacidad de respuesta ante las crisis.

Por consiguiente, al echar la vista atrás a este año, la Unión Europea ha estado a la altura. Hemos tomado decisiones valientes en ámbitos que hubiesen sido impensables hace tan solo un año.

De cara a 2021, debemos tener presente que, a pesar de que contaremos con vacunas, el proceso de vacunación llevará tiempo. La política presupuestaria tendrá que mantener su apoyo y su flexibilidad durante todo el año en paralelo a la evolución de la situación sanitaria. Tendremos que reducir el endeudamiento en el momento adecuado. Hemos podido responder a esta crisis porque la zona del euro es solvente. Las finanzas nacionales se encontraban en buenas condiciones. El Eurogrupo y todos los socios en Europa emprenderán este trayecto en el momento adecuado.

A pesar de que 2020 ha sido un año extremadamente difícil que no olvidaremos jamás, al menos sí ha conseguido volver a corroborar lo que Europa puede conseguir cuando se enfrenta a una crisis. Las respuestas han sido excepcionales en todos los aspectos.

Creo que si la Unión Europea no hubiese existido antes de esta crisis, estaríamos iniciando el lento proceso para su creación. Las actuaciones más eficaces y poderosas son aquellas que se emprenden conjuntamente. La unidad en cuanto a los objetivos, sobre una base de solidaridad. Nunca es fácil. Sí, las negociaciones y los debates resultan intensos y difíciles. Sin embargo, si eso sucede es precisamente porque estas decisiones son críticas.

Pero sé que ahora hay millones de europeos desempleados que están inquietos por su futuro y su salud. No tenemos tiempo, y no tenemos motivo para la autocomplacencia.

En lugar de ello, tenemos que reconocer la envergadura de la respuesta y recalcar la necesidad de una coordinación y determinación parecidas el año que viene. Creo que Europa volverá a estar a la altura de este desafío, y que podemos completar este viaje juntos. Por ello, para concluir del mismo modo que comencé, ahora puedo imaginar que 2021 será un año mucho mejor.

Paschal Donohoe es presidente del Eurogrupo.

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