Cartas al director

Cómo cuesta respirar

En este tiempo tan terrible de pandemia resulta difícil respirar y no morir en el intento. Nunca respirar fue tan caro y peligroso como ahora. De seguir así, pronto saldremos a la calle con escafandra, traje de neopreno y una botella de oxígeno a cuestas.

¡Ay!, respirar, ¡cómo cuesta respirar! No solo porque tengas problemas respiratorios y te obliguen a llevar mascarilla. También les cuesta respirar a los perseguidos por las deudas, a los que no encuentran o pierden el empleo o a los que se ven obligados a cerrar sus negocios. Y qué decir del irrespirable ambiente político —nacional e ...

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En este tiempo tan terrible de pandemia resulta difícil respirar y no morir en el intento. Nunca respirar fue tan caro y peligroso como ahora. De seguir así, pronto saldremos a la calle con escafandra, traje de neopreno y una botella de oxígeno a cuestas.

¡Ay!, respirar, ¡cómo cuesta respirar! No solo porque tengas problemas respiratorios y te obliguen a llevar mascarilla. También les cuesta respirar a los perseguidos por las deudas, a los que no encuentran o pierden el empleo o a los que se ven obligados a cerrar sus negocios. Y qué decir del irrespirable ambiente político —nacional e internacional— cargado de ambiciones y miserias asfixiantes.

Respirar parece fácil, pero solo cuando te quitan el zapato opresor de encima; cuando los problemas de la vida no te ahogan y cuando la atmósfera social es sosegada y aceptablemente limpia.

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Pedro Serrano. Antoñán del Valle (León)

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