Cartas al director

Ambulancias

Vivo en Madrid, desde mi ventana veo el hospital de La Paz. En el mes de marzo hubo silencio en las calles, se escuchaba trinar a los pájaros, pero se oía el más que frecuente ulular de las ambulancias. A nosotros nos tocó el virus, mi suegra falleció en casa, mi mujer y yo la cuidamos y cogimos el virus, lo sabíamos. Ahora tenemos anticuerpos y PCR negativa. Tuvimos suerte, pero hasta ahora, siguen ululando las ambulancias continuamente hacia el hospital. Si mañana y pasado comenzamos a escucharlas menos, muy bienvenidas sean las medidas, el caos era ayer, puede que hoy veamos luz. Gracias po...

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Vivo en Madrid, desde mi ventana veo el hospital de La Paz. En el mes de marzo hubo silencio en las calles, se escuchaba trinar a los pájaros, pero se oía el más que frecuente ulular de las ambulancias. A nosotros nos tocó el virus, mi suegra falleció en casa, mi mujer y yo la cuidamos y cogimos el virus, lo sabíamos. Ahora tenemos anticuerpos y PCR negativa. Tuvimos suerte, pero hasta ahora, siguen ululando las ambulancias continuamente hacia el hospital. Si mañana y pasado comenzamos a escucharlas menos, muy bienvenidas sean las medidas, el caos era ayer, puede que hoy veamos luz. Gracias por eso, pero no olvidemos que es labor de todos que las ambulancias dejen de ulular. Ánimo.

José M. Caballero de Zulueta. Madrid


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