Un secreto muy personal
Cada vez que cojo el coche me pregunto si el conductor que me antecede será uno de esos que ocultan dónde van a girar hasta el último momento (o para siempre). No entiendo el porqué de esa aviesa conducta que solo puede aumentar las posibilidades de tener un accidente. Y el caso es que la probabilidad de encontrarme con uno de esos aficionados a la ocultación parece aumentar día a día, sin que ninguna autoridad se moleste en sancionar —o mejor, en corregir— esa dañina conducta.
Arnaldo Gutiérrez González. Cartagena (Murcia)
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Cada vez que cojo el coche me pregunto si el conductor que me antecede será uno de esos que ocultan dónde van a girar hasta el último momento (o para siempre). No entiendo el porqué de esa aviesa conducta que solo puede aumentar las posibilidades de tener un accidente. Y el caso es que la probabilidad de encontrarme con uno de esos aficionados a la ocultación parece aumentar día a día, sin que ninguna autoridad se moleste en sancionar —o mejor, en corregir— esa dañina conducta.
Arnaldo Gutiérrez González. Cartagena (Murcia)