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Cartas al director

Gradas vacías

Me cuesta ver en televisión un partido de fútbol con las gradas vacías. Parece una puesta en escena concebida de espaldas a la sociedad. Por si fuera poco, en la pantalla, los jugadores estrechan sus manos, se abrazan... Quizá lo mío sea envidia, quizá sentido común, quizá las dos plantillas se sumergen antes y después del partido en una piscina de gel hidroalcohólico, quizá son jugadores de videojuego y no seres humanos. Quizá, quizá, pero, sin querer emular a Fernando Simón, hay algo aquí que no cuadra.

Slavko Zupcic. Valencia...

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Me cuesta ver en televisión un partido de fútbol con las gradas vacías. Parece una puesta en escena concebida de espaldas a la sociedad. Por si fuera poco, en la pantalla, los jugadores estrechan sus manos, se abrazan... Quizá lo mío sea envidia, quizá sentido común, quizá las dos plantillas se sumergen antes y después del partido en una piscina de gel hidroalcohólico, quizá son jugadores de videojuego y no seres humanos. Quizá, quizá, pero, sin querer emular a Fernando Simón, hay algo aquí que no cuadra.

Slavko Zupcic. Valencia

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