Cartas al director

Enseñanzas del virus

La pandemia nos ha enseñado que somos una sociedad muy vulnerable, que somos capaces de vencer a las adversidades más imprevistas y somos interdependientes para lo bueno y para lo malo, que en los momentos graves, todos (empresas y particulares) nos volvemos hacia el Estado; y en los momentos decisivos solo la razón, representada por la ciencia, nos puede echar una mano. Quizá sea el momento de repensar si nuestra moral comunitaria no nos está conduciendo hacia el precipicio. La seguridad y la pertenencia son igual de importantes, y a veces más, que la autonomía personal. Hemos visto que lo má...

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La pandemia nos ha enseñado que somos una sociedad muy vulnerable, que somos capaces de vencer a las adversidades más imprevistas y somos interdependientes para lo bueno y para lo malo, que en los momentos graves, todos (empresas y particulares) nos volvemos hacia el Estado; y en los momentos decisivos solo la razón, representada por la ciencia, nos puede echar una mano. Quizá sea el momento de repensar si nuestra moral comunitaria no nos está conduciendo hacia el precipicio. La seguridad y la pertenencia son igual de importantes, y a veces más, que la autonomía personal. Hemos visto que lo más frágil en toda crisis son los derechos humanos, que la Tierra hay que cuidarla. Las grandes catástrofes son el momento idóneo para introducir cambios profundos en el sistema y para realizar los más fabulosos negocios por parte de los carroñeros, los que se alimentan de la desgracia y el caos. Todo comienza de nuevo y eso es una situación turbulenta.

Miguel Ángel Rabazo García. Madrid

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