Una aventura espacial
A las 23.15 del lunes pasó ante mí la estación ISS fruto de la más peregrina de las casualidades. Apenas tres minutos antes acababa de leer la noticia. Me encaminé a la ventana guiada por la fe, miré hacia la Luna y, casi sin hacerse esperar, apareció frente a mis ojos estupefactos con su breve y luminoso desfile. Nadie más en las ventanas. Solo yo, tan pequeñita, contemplando la escena en toda su magnitud. Sin duda ha sido lo más cerca que estaré nunca de una aventura espacial.
Biqui Cabado Modia. A Coruña...
A las 23.15 del lunes pasó ante mí la estación ISS fruto de la más peregrina de las casualidades. Apenas tres minutos antes acababa de leer la noticia. Me encaminé a la ventana guiada por la fe, miré hacia la Luna y, casi sin hacerse esperar, apareció frente a mis ojos estupefactos con su breve y luminoso desfile. Nadie más en las ventanas. Solo yo, tan pequeñita, contemplando la escena en toda su magnitud. Sin duda ha sido lo más cerca que estaré nunca de una aventura espacial.
Biqui Cabado Modia. A Coruña