Líneas rojas chinas
El frenazo que supone la pandemia no frena la ofensiva contra la autonomía de Hong Kong y la independencia de Taiwán
La crisis desatada por la pandemia del coronavirus es el mayor desafío al que se ha enfrentado China en los últimos años, con un inesperado frenazo en su economía que podría llegar a amenazar su propia estabilidad social. Pero, tal como ha demostrado el primer ministro, Li Keqiang, esto no ha sido óbice para que Pekín acelere su estrategia y endurezca notablemente su discurso en los temas territoriales.
El régimen chino está incrementando la presión legal y política sobre los territorios que considera de soberanía propia pero que o bien son de facto independientes, como en el cas...
La crisis desatada por la pandemia del coronavirus es el mayor desafío al que se ha enfrentado China en los últimos años, con un inesperado frenazo en su economía que podría llegar a amenazar su propia estabilidad social. Pero, tal como ha demostrado el primer ministro, Li Keqiang, esto no ha sido óbice para que Pekín acelere su estrategia y endurezca notablemente su discurso en los temas territoriales.
El régimen chino está incrementando la presión legal y política sobre los territorios que considera de soberanía propia pero que o bien son de facto independientes, como en el caso de Taiwán, o gozan de autonomía, como sucede con Hong Kong. El Gobierno chino ha anunciado que impondrá una nueva ley de seguridad nacional a la excolonia británica. Le servirá para combatir las protestas generalizadas —y en ocasiones violentas— a favor de la autonomía del territorio registradas durante el año pasado, pero también socavar el régimen de libertades y derechos del que disfruta Hong Kong desde que regresó a la soberanía china en 1997. Por lo que respecta a Taiwán, durante el discurso sobre el estado de la nación Li Keqiang advirtió de que China insiste en la reunificación total con la isla. Y aquí es necesario advertir de que por primera vez China ha eliminado de su discurso el adjetivo “pacífico” para lograr esta reunificación.
El primer ministro chino califica estos dos temas como “líneas rojas” para su Gobierno. La comunidad internacional y especialmente la Unión Europea —que tras muchas dudas, finalmente, en un informe oficial declaró el año pasado al régimen chino “rival sistémico”— harían bien en hacer llegar al régimen chino que existen otras “líneas rojas” que no deben ser sobrepasadas. La crisis generada por el coronavirus no puede ser aprovechada para bajar la guardia en la defensa de la democracia en cualquier lugar donde se disfrute ni del diálogo para llegar a la resolución de conflictos territoriales.