Editorial

Gobierno israelí

Netanyahu puede ahora tratar de impulsar la estrategia de anexión unilateral de territorios palestinos prometida en las elecciones y respalda por Trump

Benny Gantz Y Benjamín Netanyahu, ayer en la Knesset, el Parlamento israelí.AMOS BEN GERSHOM (AFP)

Benjamín Netanyahu conformó ayer un Gobierno de emergencia nacional que, según lo firmado con sus socios de Ejecutivo, le permitirá seguir en el cargo de primer ministro al menos durante 18 meses. Tendrá así la posibilidad de llevar a cabo el plan para Oriente Próximo respaldado por Donald Trump que incluye la anexión prácticamente unilateral a Israel de territorios palestinos.

La formación de Gobierno es una nueva demostración de supervivencia política del mandatario derechista que ha tenido que lidiar a la vez con tres factores: la situación creada por la covid-19, una parálisis polí...

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Benjamín Netanyahu conformó ayer un Gobierno de emergencia nacional que, según lo firmado con sus socios de Ejecutivo, le permitirá seguir en el cargo de primer ministro al menos durante 18 meses. Tendrá así la posibilidad de llevar a cabo el plan para Oriente Próximo respaldado por Donald Trump que incluye la anexión prácticamente unilateral a Israel de territorios palestinos.

La formación de Gobierno es una nueva demostración de supervivencia política del mandatario derechista que ha tenido que lidiar a la vez con tres factores: la situación creada por la covid-19, una parálisis política —que ha incluido tres elecciones generales en un año— y un proceso abierto contra él por soborno, fraude y abuso de poder. La primera ha sido gestionada eficazmente. Para solucionar la segunda, Netanyahu ha dinamitado la coalición centrista que amenazaba su permanencia en el cargo ofreciendo una presidencia rotatoria del Gobierno cada año y medio y formando un Ejecutivo compuesto por nada menos que 36 ministros y 16 viceministros. Respecto a la tercera, Netanyahu ha logrado que se aplace y que el Tribunal Supremo le garantizara inmunidad para formar Gobierno.

Aun siendo complicadas y todavía vigentes estas tres variantes, Netanyahu puede ahora tratar de impulsar la estrategia de anexión unilateral de territorios palestinos prometida en las elecciones y respaldada por Trump bajo la apariencia de un plan de paz que la Autoridad Palestina ha rechazado. Una tentadora huida hacia delante que crearía una convulsión regional e internacional que eclipsaría los problemas —sobre todo los judiciales— del líder de Likud. La advertencia realizada por Abdalá de Jordania —país cuyas relaciones con Israel atraviesan su peor momento desde la firma de la paz en 1994— muestra los peligrosos efectos de esta estrategia. En palabras de su monarca, Jordania estudia “todas las opciones” como respuesta a una anexión que llevaría a un “conflicto descomunal”. Un conflicto que Netanyahu parece ignorar.


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