Aplausos, sí. Mejores condiciones, también
El coronavirus ha puesto al descubierto el mal trato que las autoridades autonómicas (pues tienen transferidas las competencias) han venido —y vienen— dispensando al sector sanitario, al que han mandado a la guerra sin fusil, sin casco y sin chalecos antibalas. Y con un sueldo al que muchos futbolistas le darían una patada. Y también es lamentable que en medio de esta refriega algunos dirigentes, más que ocuparse de la adecuada dotación de los soldados y del bienestar de los ciudadanos, solo se entretengan en ver cómo sacar rédito político de la tragedia. ¡Vivan los ciudadanos que, desde sus v...
El coronavirus ha puesto al descubierto el mal trato que las autoridades autonómicas (pues tienen transferidas las competencias) han venido —y vienen— dispensando al sector sanitario, al que han mandado a la guerra sin fusil, sin casco y sin chalecos antibalas. Y con un sueldo al que muchos futbolistas le darían una patada. Y también es lamentable que en medio de esta refriega algunos dirigentes, más que ocuparse de la adecuada dotación de los soldados y del bienestar de los ciudadanos, solo se entretengan en ver cómo sacar rédito político de la tragedia. ¡Vivan los ciudadanos que, desde sus ventanas y balcones, aplauden todos los días a estos soldados, que luchan en primera línea y están dejando su alma y su piel en el campo de batalla! Y ojalá que muy pronto podamos decir que vivan nuestros líderes políticos porque hicieron posible que, junto con los aplausos, recibieran unas mejores condiciones laborales y salariales.
Manuel Silva García. Madrid