Choque en el Banco de México: la temporalidad de la inflación enciende el debate entre sus miembros
Las minutas de la última reunión de la junta de Gobierno del banco central muestran una discusión sobre cuánto durará el alza inflacionaria en el país y la efectividad de subir la tasa de interés para frenarla
El Banco de México puso sobre la mesa la posibilidad de que la alta inflación que vive el país (junto con el resto del mundo) no sea meramente producto de una transición temporal, de acuerdo con las minutas de la última reunión de la junta de Gobierno publicadas este jueves. El 29 de septiembre, la mayoría de los subgobernadores del banco central coincidieron en que, en general, las presiones sobre la inflación derivan de choques que se espera que sean transi...
El Banco de México puso sobre la mesa la posibilidad de que la alta inflación que vive el país (junto con el resto del mundo) no sea meramente producto de una transición temporal, de acuerdo con las minutas de la última reunión de la junta de Gobierno publicadas este jueves. El 29 de septiembre, la mayoría de los subgobernadores del banco central coincidieron en que, en general, las presiones sobre la inflación derivan de choques que se espera que sean transitorios, pero algunos cuestionaron el impacto de largo plazo que esta inflación tendrá.
La palabra “transitorio” se ha vuelto el dolor de cabeza de los jefes de bancos centrales en todo el mundo. Cuando, a partir de la pandemia, inició esta alza en los precios, autoridades monetarias y analistas de la economía explicaron que se debía a factores propios de una transición en la economía global. Ahora, mientras la inflación se muestra persistente, se sabe que los cuellos de botellas en las cadenas de suministro globales y los estímulos al gasto son razones de fondo. Es difícil estimar cuándo se estabilizarán estos factores, por lo que argumentar que la inflación es transitoria se ha vuelto difícil de respaldar.
De acuerdo con las minutas de la última reunión en México, un miembro comentó que “las presiones han continuado agravándose debido a factores externos e internos, por lo que su carácter transitorio parece cada vez menos plausible”, dice el texto. “Opino que si la inflación se mantiene elevada por un tiempo prolongado, los agentes económicos lo incorporan en sus expectativas sin distinguir entre aumentos transitorios o permanentes ni entre aquellos provenientes de choques de oferta o demanda, con lo que las presiones inflacionarias tienden a arraigarse”.
Otro miembro de la junta sostuvo que los cambios en precios originados por los nuevos patrones de consumo posiblemente no se revertirán en un largo tiempo y que la inflación también enfrenta diversos “factores estructurales” que limitarán la baja de los precios en los próximos meses. “Las presiones inflacionarias apuntan a un problema estructural e inercial de la inflación subyacente que difícilmente puede considerarse transitorio”, dicen las minutas. La inflación subyacente refiere a los precios de productos de consumo que no incluyen a los energéticos o a los alimentos, ya que estos suelen fluctuar.
En la reunión se discutió también la posibilidad de que, por el amplio rango de los precios afectados, por la magnitud de los aumentos de precios y el extendido horizonte de tiempo en que han afectado a la inflación, se impacte la manera en que empresas estimen un precio para sus productos. “Si bien se prevé que los efectos de los choques sean predominantemente transitorios, los riesgos para la formación de precios a nivel global son al alza”, dijo el miembro de la junta según las minutas.
El banco central tiene, como su herramienta más poderosa, la tasa de interés interbancaria a un día, la cual funciona como referencia para créditos y transacciones en el sistema financiero. Una tasa alta ahuyenta el crédito y, por lo tanto, evita que la economía se expanda a un ritmo insostenible, generando inflación. Una tasa de interés baja funciona como un incentivo al crédito, estimulando la economía. En la reunión del 29 de septiembre, cuatro de los cinco subgobernadores votaron por aumentar la tasa en 0,25% a 4,75%.
En la reunión previa del 12 de agosto, fueron dos los miembros de la junta que votaron en contra del alza en la tasa. Esto refleja la creciente preocupación del banco central por la inflación, la cual alcanzó el 6% en septiembre, muy por encima del rango base de la institución que es de entre 2% y 4%. El salto sorprendió a muchos analistas.
El subgobernador Gerardo Esquivel fue el único disidente el 29 de septiembre. “Considero que aumentar la tasa de interés en esta coyuntura es inefectivo e ineficiente”, dice el texto de la minuta. “Es inefectivo porque una mayor tasa no resuelve los factores que originan las presiones inflacionarias: aumento en precios internacionales de los insumos y disrupciones en las cadenas de suministro”.
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