La presidenta Sheinbaum afronta la tragedia del Tren Interoceánico como remate de un año complicado
La mandataria ha hecho balance de 2025 y ha destacado la fortaleza de la economía, la disminución de la pobreza y la reforma judicial
La tranquilidad de fin de año se rompió a las 9:28 horas del domingo, cuando el descarrilamiento de un tren en el Corredor Interoceánico alertó a todo el gobierno federal. La tragedia, en la que fallecieron 13 personas, ensombreció la narrativa de optimismo con la que la presidenta Claudia Sheinbaum cerraba, pese a los retos y problemas, el año 2025.
“Nos tocó tiempos especiales”, ha dicho la presidenta en la conferencia matutina de este lunes, en la que ha retomado el ritmo habitual de su administración, en el que los descansos son pocos y la exigencia mucha. Al hacer un balance del año, Sheinbaum ha reconocido que 2025 fue “complicado”, sobre todo por las tensas negociaciones con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump y las nuevas condiciones impuestas por la Casa Blanca a los mercados mundiales.
Sin embargo, en su balance Sheinbaum ha destacado los triunfos: la fortaleza de la economía, la fuerza del peso frente al dólar, el auge del turismo, el aumento al salario mínimo, la recaudación histórica de 500.000 millones de pesos, la disminución de la pobreza, los avances en el Plan de Energía y hasta la reforma judicial que dio pie a la primera elección de jueces, magistrados y ministros.
“¿Qué nos sostiene? El amor a la gente, al pueblo, la cercanía, el estar siempre ahí, cumpliendo... Y, frente a situaciones como lo que ocurrió ayer con el tren, es afrontarlo, con responsabilidad, con sensibilidad y con justicia; ése es nuestro sello en la cuarta transformación: siempre afrontar, afrontar, afrontar”, ha comentado Sheinbaum ante las preguntas de periodistas que querían conocer su estado de ánimo luego del accidente y sobre el uso político que, desde el domingo, se le ha comenzado a dar a la tragedia.
El accidente interrumpe la “tregua” navideña
Sheinbaum ha aparecido este lunes en el Salón Tesorería del Palacio Nacional con el semblante serio y ha dedicado los primeros minutos de la conferencia matutina al descarrilamiento del tren. Ha enviado el pésame a los familiares de las personas fallecidas, ha pedido a su equipo un reporte pormenorizado de los hechos y de las acciones para atender a las víctimas. Y, concluida la mañanera, se ha trasladado a la zona del Istmo de Tehuantepec para visitar los hospitales donde se atiende al centenar de heridos.
La tragedia en Oaxaca sorprendió al Gobierno con la guardia baja e interrumpió las vacaciones decembrinas de muchos de los funcionarios que han tenido que salir a dar la cara en las últimas horas. No fue el caso del gobernador de Oaxaca, Salomón Jara, quien no visitó la zona del accidente el domingo, tampoco apareció en el enlace que se hizo en la conferencia matutina con los funcionarios federales que se desplazaron al lugar, ni acompañó a la presidenta en su visita a los hospitales donde se atiende a los lesionados.
La semana pasada, Sheinbaum decidió cancelar la conferencia del viernes 26 y, con ello, abrió una tregua inusual en la 4T: cinco días de descanso informativo que varios funcionarios aprovecharon para tomar unos días de asueto. Ella misma se fue a Acapulco y sólo usó sus redes sociales para subir el video de su mensaje navideño y para mostrar algunos aspectos de la nueva Costera Miguel Alemán. El fin de semana, subió un par de videos sobre avances de obras en el Estado de México y una visita que hizo en días pasados al Parque Ecológico de Texcoco, donde se estaba construyendo el aeropuerto cancelado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Todo transcurría con la calma habitual de las fiestas de fin de año.
Fue a las 11:00 horas del domingo cuando la Secretaría de Marina publicó un primer comunicado confirmando el accidente de un tren con 241 pasajeros a bordo en la línea Z del Corredor Interoceánico, a la altura de Nizanda, Oaxaca. La presidenta lo subió a sus propias redes a las 12:30 PM, con un comentario: “Estamos atentos a los trabajos de la Secretaría de Marina para apoyar a usuarios del Corredor Interoceánico. Participan SICT, IMSS-Bienestar y el gobierno del estado. Conforme tengamos más datos ampliaremos la información”.
Para ese momento, los teléfonos de los funcionarios de las áreas encargadas de atender la emergencia no dejaban de sonar. Se trasladaron a Oaxaca el secretario de Marina; el director del IMSS, Zoé Robledo; el director del IMSS Bienestar, Alejandro Svarch, y el subsecretario de Derechos Humanos de Gobernación, Arturo Medina. A las tres de la tarde, la SEMAR reportó 20 lesionados y, dos horas más tarde, confirmó el saldo de 13 personas fallecidas y 98 lesionadas, cinco de ellas de gravedad.
Ya en Palacio Nacional, la presidenta pasó la tarde y la noche recibiendo noticias y girando instrucciones para atender los hechos con tres prioridades: primero, atender a las víctimas y sus familias; segundo, investigar las causas del descarrilamiento para deslindar responsabilidades y, tercero, verificar las condiciones de operación antes de reanudar el servicio. Este lunes, la presidenta ha tenido que modificar su agenda para visitar los hospitales de Matías Romero, Juchitán, Ciudad Ixtepec y Salina Cruz, donde se atiende a los heridos, y para reunirse con los familiares de las personas fallecidas. Antes, dedicó largos minutos al tema en la conferencia matutina, en la que ha detallado las acciones que se han puesto en marcha y, de paso, ha afrontado las críticas que se ciernen sobre su Gobierno.
Evitó enredarse en las declaraciones de figuras de la oposición como el dirigente del PRI, Alejandro Moreno, quien el domingo acusó al Gobierno de jugar con la vida de cientos de pasajeros con las “obras insignia”, a las que señaló de no contar ni con mantenimiento ni control. “No voy a debatir con el presidente del PRI”, ha zanjado Sheinbaum la discusión. La presidenta ha descartado que este accidente vaya a afectar su ambicioso plan de construcción de trenes, una de las principales apuestas de su Gobierno, basada en la creación de una Agencia Reguladora de Transporte Ferroviario, a cargo de Andrés Lajous, su colaborador desde el gobierno de la Ciudad de México, y en la construcción y modernización de más de 3.000 kilómetros de vías férreas.
Apenas la semana pasada, la presidenta había hecho un recorrido en el tren que conectará la estación Lechería con el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles y había mostrado su entusiasmo con la construcción y rehabilitación del sistema ferroviario que México había abandonado en las últimas décadas, y que su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, decidió rescatar y convertir en un emblema de la 4T, con obras como el Tren Maya.
“Este es parte del proyecto de rescate de trenes de pasajeros de la Cuarta Transformación. En el periodo neoliberal se privatizaron los trenes, se abandonaron los trenes de pasajeros; ayer estuvimos en el tren México-Querétaro, increíblemente obras que se hicieron para trenes de pasajeros se quedaron abandonadas y ahora las estamos recuperando con el Tren Maya, el Tren Interoceánico, el Tren Ciudad de México-AIFA, AIFA-Pachuca, el Tren México-Querétaro y los trenes del Norte”, dijo la presidenta durante su visita a esa obra. La presidenta se ha anticipado a la crítica y ha anunciado que todas las obras en marcha continuarán, con los requerimientos técnicos tanto en la construcción como en la operación. También ha dicho que tres días de descanso fueron suficientes y que pasará el resto de la semana trabajando al ritmo habitual de la presidencia.