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Detenido uno de los presuntos asesinos del sacerdote Bertoldo Pantaleón en México

Las autoridades capturan a Miguel Ángel N en Chilpancingo, la capital del Estado de Guerrero. Fuentes federales señalan que era un “amigo” del religioso

La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana ha anunciado este viernes la detención de Miguel Ángel N, “copartícipe” en el asesinato del sacerdote Bertoldo Pantaleón, esta semana, en el Estado de Guerrero. La dependencia no ha dado detalles sobre el tipo y grado de implicación del detenido. En un comunicado, ha señalado que “tras realizar recorridos de seguridad en el municipio de Chilpancingo, los efectivos [de seguridad] lo ubicaron, le marcaron el alto y tras corroborar su identidad, lo detuvieron”.

El titular de la dependencia, Omar García Harfuch, dijo hace unos días que todo apuntaba a que el “chofer” del sacerdote era responsable del asesinato. En el transcurso de la semana, personas cercanas a Pantaleon, párroco de la comunidad de Mezcala, en el municipio de Eduardo Neri, señalaron, sin embargo, que el religioso no tenía chofer. Este viernes, fuentes federales han indicado a EL PAÍS que el detenido era “amigo” del sacerdote.

La palabra copartícipe, incluida en el comunicado, certifica que más de una persona participó en el ataque contra el párroco. Originario de Tierra Caliente, en el noroeste del Estado, Pantaleón desapareció el sábado, cuando salía de dar misa en un poblado a 20 minutos de Mezcala. Nadie supo de él hasta el lunes, cuando su cuerpo apareció, muerto a balazos, junto a una carretera, en la misma zona.

Las declaraciones de Harfuch esta semana y el matiz aportado hoy sobre la identidad del detenido –“amigo” del sacerdote– arrojan el caso a la incertidumbre. ¿El asesinato de Pantaleón responde a algún tipo de desencuentro con el mundo criminal? Y si sí, ¿de qué tipo? O, por el contrario, ¿el ataque contra el religioso tiene que ver con una cuestión personal? ¿Cuál?

Sea como sea, el homicidio de un religioso, en Guerrero, y en México en general, habla de la facilidad con que el crimen hace y deshace en el país, la sencillez con que cualquiera se hace con un arma para cometer un atentado, la simpleza con que se anima a hacerlo. Los religiosos han sido víctimas de la violencia en México, igual que periodistas, campesinos, abogados... En Guerrero, donde los grupos criminales manejan regímenes mafiosos, extorsivos, en muchos municipios, al menos diez religiosos han sido asesinados desde 2009, según cifras de la Conferencia Episcopal Mexicana.

Durante el último año, la violencia homicida se ha reducido en el país más de un 30%, según el Gobierno federal, que preside Claudia Sheinbaum. Pero esa reducción esconde el peligro real de las mafias en estados como Guerrero, donde manejan un poder creciente, apoyado en la extorsión o, peor aún, en el control de actividades productivas lícitas, como el comercio en mercados, el transporte público, o la construcción.

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