Andrés Guardado, uno de los irrepetibles del fútbol mexicano, anuncia su retiro

El ocaso ha llegado para uno de los grandes futbolistas mexicanos. Andrés Guardado ha anunciado su retiro como futbolista en una fugaz retransmisión en sus redes sociales. El acto, sobre el césped del Estadio de León, no le hace justicia a un futbolista que durante 16 años estuvo en la élite europea. Le apodaron como El Principito, ahora puede marcharse como uno de los reyes del fútbol de México.

La chispa de Andrés Guardado (Guadalajara, 38 años) se apagará cuando termine el campeonato mexicano. El León, última escala para el mediocampista, se juega las últimas oportunidades para clasificar a las rondas finales de la Liga MX, sin embargo, las matemáticas no le favorecen. El último juego de Guardado, salvo sorpresa, será este domingo contra Monterrey. Guardado dejó al Betis y en enero de 2024 se unió al conjunto esmeralda, en una jugada inesperada en el mundo de los fichajes. El aficionado esperaba verle retirarse en el club que lo vio emerger, el Atlas, pero nunca hubo un acuerdo. Seis meses después, Guardado ha dicho adiós de forma definitiva al fútbol.

“¡Qué onda, mi gente! Estoy en la cancha del estadio del León porque aquí quería hacer pública mi decisión de dejar el fútbol terminando esta temporada y dejar de ser jugador profesional después de 19 años”, contó Guardado en un video de menos de siete minutos. “No tengo nada preparado, simplemente quiero que salgan las palabras del corazón, de la cabeza”, comentó.

“Me voy contento de que cierta manera este último mes pude enseñar un poco lo que es Andrés Guardado en la cancha y se lo agradezco a [Eduardo] Berizzo porque me hizo disfrutar este último mes y sentirme útil”, comentó sobre su último entrenador. El futbolista debutó como profesional en agosto de 2005 con el Atlas, una antigua fábrica de grandes jugadores de la talla de Rafael Márquez. En ese entonces, era un velocista por la banda que sorprendía por su capacidad para patear a la portería con gran efectividad y espectacularidad. Eso llamó la atención del Deportivo, en La Coruña, donde jugó cinco temporadas de altibajos. Jugó unos meses en el Valencia, en un rol más defensivo. Lo mismo le ocurrió en el Bayer Leverkusen. Su segundo aire lo encontró en el PSV Eindhoven, donde se erigió como el ídolo de masas que ganó dos Ligas y dos Supercopas. La afición neerlandesa le cantaba el Cielito Lindo para animarle.

En 2017 aceptó el reto del Betis. En aquel tiempo le presentaron con guantes y careta de boxeador. Se unió al equipo andaluz para intentar extender su carrera y vaya que lo hizo al jugar siete temporadas al máximo nivel y como uno de los capitanes. Nunca dejó de pelear. El liderazgo y buen rollo en el vestuario le abrieron las puertas. El mexicano tiene en el recuerdo esa Copa del Rey que ganó el Betis en 2022 tras vencer al Valencia.

El 15 de octubre pasado, Guardado fue homenajeado por la Federación Mexicana de Fútbol cuando jugó sus últimos 18 minutos, el número fetiche del jugador, con la selección mexicana en un amistoso contra Estados Unidos, en Guadalajara. El veterano había asegurado que tras el Mundial de Qatar daría un paso al costado. Lo cumplió y dejó vacante su puesto como uno de los capitanes. Se marchó con un récord prestigioso: cinco Copas del Mundo jugadas.

“Quiero agradecer a mis papás, a don Andrés y a Teresita por hacer tanto para que consiguiera mi sueño. Agradecer a mi hermano Alex porque fue mi primer ídolo y mi ejemplo a seguir. Cuando te iba a ver entrenar soñaba con ser como tú. A mi hermana Ceci por aguantarme”, dijo este jueves un Guardado que ya veía cerca el crepúsculo de su carrera con las lesiones que le achacaban y con una natural baja de rendimiento por la edad. El todoterreno mediocampista deja un legado irrepetible en México.