‘El Bombón asesino’ y los informantes: la polémica detrás del libro de Anabel Hernández
La periodista mexicana ha levantado ampollas entre figuras del mundo del corazón, como Galilea Montijo, señalada como pareja del sanguinario narco Arturo Beltrán Leyva
Un Lamborghini en la puerta como afrenta al marido; un Rolex en prime time que le mandaba un mensaje al amante de que pensaba mucho en él. El último libro de la periodista mexicana Anabel Hernández— con más de 15 años de trayectoria diseccionando al narco mexicano— ha movido el foco hacia las señoras de los capos de la droga. Y en un repaso de decenas de mujeres que tuvieron algo que ver con ellos, entre amantes recurrentes o pasajeras y esposas, ha levan...
Un Lamborghini en la puerta como afrenta al marido; un Rolex en prime time que le mandaba un mensaje al amante de que pensaba mucho en él. El último libro de la periodista mexicana Anabel Hernández— con más de 15 años de trayectoria diseccionando al narco mexicano— ha movido el foco hacia las señoras de los capos de la droga. Y en un repaso de decenas de mujeres que tuvieron algo que ver con ellos, entre amantes recurrentes o pasajeras y esposas, ha levantado ampollas en figuras públicas del mundo del corazón, como Ninel Conde, y especialmente, Galilea Montijo, conductora de uno de los programas de más audiencia de la televisión mexicana. El hombre en común con ellas es el sanguinario capo Arturo Beltrán Leyva, asesinado en 2009. Y Montijo ha aparecido en medio de la polémica llorando en sus redes pidiendo que pare el escarnio.
El último libro de Hernández, Emma y las otras señoras del narco (Grijalbo), que tiene a Emma Coronel, esposa de Joaquín El Chapo Guzmán, como protagonista, cuenta en uno de sus episodios más polémicos quienes fueron dos de los amores conocidos del capo, primo de El Chapo y líder de su propia organización que fundó tras separarse del cartel de Sinaloa, la organización de Los Beltrán Leyva. El episodio llamado Bombón asesino, en referencia al apodo de Ninel Conde en su época dorada como vedete, menciona tanto a Conde y a Montijo como a otros personajes fundamentales de la vida social y política mexicana en reuniones con poderosos narcotraficantes: desde el cantante y compositor Joan Sebastian, al actor Andrés García, hasta el mismísimo expresidente de México, Enrique Peña Nieto (2012-2018), en esos momentos, gobernador del Estado de México.
El principal dilema que plantea el libro —plagado de este tipo de relaciones entre el poder, la farándula y el narco como un ecosistema casi natural— es que las principales fuentes de información que cita la autora para revelar casos tan escandalosos como el de una supuesta reunión en Morelos con los narcos y Peña Nieto o una presunta relación amorosa de dos años entre Montijo y Beltrán Leyva son solo unos informantes anónimos, que según la periodista, formaron parte de la organización criminal.
“Don Arturo estaba muy encariñado con ella”, cuenta uno de los testigos anónimos a la periodista. Otros, le cuentan que creían que el capo estaba “enamorado de ella”. “Él tuvo una relación seria, de mucho tiempo, con Galilea Montijo, de hecho, le ayudó a sacar a su hermana de la cárcel”, señala un testigo. La hermana de Montijo, Paola, fue condenada por posesión de drogas y permaneció en prisión desde 2002 a 2005. “A mí me tocó mirarla tres veces, por eso me consta”, señala el mismo, que fue operador del cartel de los Beltrán Leyva y, según apunta en el libro, era el encargado de prestar la casa y la seguridad donde tenían sus encuentros. Otros le cuentan a Hernández que al narco le encantaba observar cómo la presentadora lucía en su programa un Rolex que él le había regalado.
En mitad del escándalo, Montijo salió hace unos días a desmentir cada línea de ese capítulo. Y ha declarado en un vídeo en su Instagram: “Mi hermana Paola salió de un lamentable e injusto proceso penal con la ayuda del jurídico de aquí de mi empresa [Televisa]. A nadie más le debo el apoyo y esto consta en papeles”. Y termina el mensaje, antes de romper en llanto: “Pido, suplico, que paren los ataques a mi persona. Yo no hablaré ya nada de este tema. Siempre me he callado y aguantado, se me ha acusado de muchas maneras y sin pruebas. Me siento devastada y dolida. Estos temas los llevará un despacho jurídico. Yo seguiré trabajando como siempre. Perdón por ponerme así, pero ya es demasiado”.
Montijo niega en el vídeo que su marido, el empresario y político Fernando Reina Iglesias, fuera suplente del diputado del PRI Tonatiuh González Case, investigado este año por su presunta relación en una red de trata de mujeres liderada por el priista Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, que la autora señala en su libro. Hernández menciona también uno de los últimos escándalos en los que se ha visto envuelto el matrimonio de Montijo y Reina iglesias por su relación con otra actriz, Inés Gómez Mont y su esposo, el abogado Víctor Álvarez Puga, contra quienes pesa una orden de captura, acusados de lavado de dinero y defraudación fiscal.
El episodio Bombón asesino narra además cómo Arturo Beltrán Leyva se atrevió a enviarle un Lamborghini a la famosa cantante y actriz, Ninel Conde, pese a que el que lo recibiera fuera su esposo, el empresario Juan Zepeda Méndez. También, cómo el empresario se reunió con el capo para resolver este asunto y fue secuestrado unos días en una mansión del narco en Morelos, un Estado a media hora en coche del centro de la capital. Y agrega unos documentos de un anónimo que denuncia ante la Procuraduría General de la República los vínculos de lavado de dinero de la cantante con el narcotraficante. También menciona que Conde tuvo una relación con el exsecretario de Gobernación de Peña Nieto, Miguel Ángel Osorio Chong, y cómo esto pudo frenar la investigación en su contra.
En solo un capítulo del libro, en apenas 33 páginas, Hernández dispara contra todos: desde actrices, conductoras, a diputados, secretarios y expresidentes de Gobierno. Y la mayoría de voces que narran el relato son fuentes anónimas, que fueron testigos presenciales de los hechos, según la autora, pero de los que no se conocen sus intereses. La polémica estaba servida. Una apuesta editorial que lleva el escándalo a los mejores puestos de novedades en las librerías.
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