Delta, la última variante del coronavirus que inquieta a México: “No hay que relajarse ni apanicarse”
La OMS advierte de que esta nueva versión del virus, encontrada en la India y presente en más de 70 países, se encamina a convertirse en la dominante en todo el mundo
La variante delta es el nuevo foco de atención mundial de la pandemia de covid-19. Más contagiosa y más resistente a las vacunas, esta versión del virus, conocida también por el nombre científico B.1.617 y encontrada en la India en octubre pasado, ya circula en México y más de 70 países, según la Organizaci...
La variante delta es el nuevo foco de atención mundial de la pandemia de covid-19. Más contagiosa y más resistente a las vacunas, esta versión del virus, conocida también por el nombre científico B.1.617 y encontrada en la India en octubre pasado, ya circula en México y más de 70 países, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). “No hay que relajarse ni tampoco apanicarse”, advierte Andreu Comas, investigador en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí y uno de los expertos consultados por EL PAÍS para desentrañar las características de la variante que está en camino de convertirse en la predominante en el mundo, según la OMS, sus riesgos y algunas razones para la calma y la cautela.
¿Qué es delta?
Delta es una de las cuatro variantes que la OMS ha clasificado desde mayo pasado como “de preocupación”. A principios de mes, el organismo internacional decidió renombrar las variantes con letras griegas para simplificar los complicados nombres científicos y evitar el estigma hacia ciertos países donde se descubrieron primero estos cambios en el coronavirus. Las otras variantes de preocupación son alfa, beta y gamma, antes conocidas como las variantes británica (B.1.1.7), sudafricana (B.1.351) y una de las brasileñas (P.1).
¿Por qué han causado preocupación las mutaciones de la variante delta?
Hay que recordar que los virus mutan todo el tiempo y que, a partir de cierto número de mutaciones, se habla ya de variantes: cuando hay suficientes cambios para que tenga otro tipo de características respecto de su versión original. Hay muchas variantes, pero solo unas cuantas son clasificadas primero como “de interés”, porque su aparición está detrás de una serie de contagios o brotes comunitarios, y después como “preocupantes”, porque se propagan más, provocan otro tipo de síntomas a los conocidos o porque las medidas que se han adoptado no son tan eficaces para contenerla. En México, por ejemplo, la variante más común es la B.1.1.519, que está detrás de un 80% de los casos en el país, pero que no ha sido clasificada como variante de interés ni de preocupación ni renombrada por la OMS, explica Alejandro Sánchez, investigador del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
“Las mutaciones encontradas en la variante delta hacen que el virus se transmita más rápido y eludan con mayor facilidad nuestro sistema inmune”, señala Sánchez, parte del Consorcio Mexicano para la Vigilancia Genómica, un grupo de investigadores que busca apoyar los esfuerzos de las autoridades sanitarias para rastrear las nuevas variantes en el país. Comas agrega que tiene una mayor fuerza de infección, por lo que provoca se contagia con mayor facilidad: “En varios rincones del planeta ha causado brotes de forma más rápida y expansiva”.
¿Las vacunas nos protegen ante esta variante?
Un estudio que se publicó recientemente en la revista científica The Lancet apunta que delta es más resistente a las vacunas que la variante alfa y también tiene un mayor riesgo de provocar hospitalizaciones. La investigación, que analizó más de 19.500 en Escocia, también concluyó, sin embargo, que el riesgo bajaba sustancialmente cuando se aplicaba la segunda dosis de las vacunas de Pfizer y AstraZeneca. “Dos dosis de la vacuna o una dosis durante 28 días reducen aproximadamente el riesgo de ser admitido en el hospital en un 70%”, dijo a la prensa Chris Robertson, uno de los autores del estudio.
“El principal beneficio que tienen las vacunas es que evitan las formas graves de la enfermedad”, dice Comas, pero todavía no tenemos una vacuna que sirva para evitar la transmisión de la covid-19″. Sánchez recuerda que los prototipos que ahora se distribuyen contra la covid se desarrollaron en el primer tramo de la epidemia, por lo que no tenían información sobre las variantes que han surgido. “Es como tener un arsenal reducido a la mitad”, comenta el investigador, sobre la eficacia reducida de algunas vacunas frente a ciertas variantes. La buena noticia es que la inmunidad inducida por las vacunas no es la única respuesta inmune del organismo frente a la covid. Están también por ejemplo las células T, que protegen al cuerpo. “Estamos en una carrera armamentística: nosotros tenemos las vacunas y los virus, las mutaciones”, señala. En los próximos meses, las vacunas seguirán llegando y adecuándose a las formas del virus que vengan. Por ahora, es prueba y error con las dosis que están disponibles y se estudia cuáles son más efectivas frente a algunas variantes.
¿Es más mortal?
Mucho de lo que ha salido en medios en relación con las variantes es que pueden ser más mortales que versiones anteriores del virus. Sánchez matiza que, desde un punto de vista epidemiológico, no se trata de que sean “fulminantes”. “No es que el virus sea más letal, es que cuando hay mayor cantidad de gente infectada, las probabilidades de que algunas personas contagiadas mueran aumentan”, explica. El especialista enfatiza que es importante avanzar en la vacunación porque a medida que una parte de la población es más resistente a ciertos linajes, el virus cobra más fuerza y afecta más a quienes no se han vacunado. ¿Cómo se ve esto? La población mayor a 60 años, el grupo de edad más vulnerable frente a la pandemia y el cohorte prioritario en la distribución de las vacunas en México, ya no es el más afectado por la aparición de nuevas variantes, ahora los más susceptibles son quienes superan los 50 años: no todos vacunados y con mayor movilidad y menor propensión a quedarse en casa.
¿Cómo llegó esta variante a México?
Los primeros casos de la variante delta se dieron a conocer en San Luis Potosí durante la primera semana de mayo. La Secretaría de Salud estatal dijo que hubo 34 casos relacionados a la B.1.617. El origen fue la llegada de un trabajador indio que acudió a una capacitación en una empresa: hubo una decena de extranjeros contagiados, otros 11 trabajadores mexicanos se contagiaron. El resto fueron familiares de los empleados locales. El brote ya se contuvo.
A mediados de ese mes, las autoridades sanitarias de Sinaloa informaron de que dos tripulantes de un buque petrolero se infectaron con la variante encontrada en la India y unos ocho, con la que se descubrió en el Reino Unido. Microreact, uno de los portales en los que los genetistas comparten sus hallazgos, dice que hay muestras tomadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social de casos de delta en Ciudad de México, Puebla, Baja California Sur, Nuevo León y Guerrero. “Hay muy pocos casos en México, por eso no se habla tanto de esta variante”, comenta Sánchez y dice que su equipo ha encontrado que en algunas zonas predominan más otras: gamma se ha visto más en la península de Yucatán, mientras que épsilon (una variable de interés identificada en California) empieza a aparecer más en el norte del país. “Estamos viendo apenas una pequeña muestra de lo que hay, por supuesto que hay más casos”, comenta Comas. La secuenciación de pruebas toma tiempo y requiere de recursos, por lo que es muy probable que haya un subregistro, dice el académico.
¿Cómo protegerse de las variantes?
Los especialistas llaman a la calma. Comas reitera que es común que surjan variantes en un ciclo que a grandes rasgos se puede resumir así: una versión del virus predomina en una población; después cede y bajan los casos; comienza un periodo de transición y aparecen nuevas variantes, y finalmente una versión más apta vuelve a dominar los contagios hasta decaer. “Independientemente de las características de las variantes, el contagio y el daño de todas ellas se reduce significativamente con las medidas generales: uso de cubrebocas, higiene de manos, sana distancia, ventilación de espacios comunes, evitar sitios cerrados o concurridos, identificar a los enfermos y sus contactos -aislamiento voluntario de ellos por 10 días prevenir-, así como complicaciones en los enfermos”, señala Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión de la UNAM para covid-19, que insiste en que no hay que automedicarse en vez de buscar atención médica oportuna.
Sánchez recurre a una metáfora. “Cuando hablamos de protección contra el coronavirus hay que recordar el modelo del queso suizo”, dice el investigador. El uso de cubrebocas, explica, es una rebanada que nos protege pero tiene agujeros. “Al agregar más capas de protección como el distanciamiento social o las vacunas es posible que los agujeros de las rebanadas solas se tapen con las otras que ya hemos puesto”, explica el académico, que sugiere mantener las medidas sanitarias hasta mediados del próximo año. “Más que estar preocupados, hay que estar conscientes de que esto no se ha terminado”, concluye.
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