¿Cuál es el momento perfecto para tener un segundo hijo?

Los padres primerizos suelen enfrentarse con frecuencia a la misma pregunta, antes incluso de que se hayan planteado ellos la respuesta: ¿y el hermanito para cuándo? Tanto si los hermanos se llevan poco como mucho tiempo, ambos casos tienen sus pros y contras

La OMS recomienda que entre el parto y un siguiente embarazo haya un intervalo de mínimo dos años para reducir el riesgo de efectos adversos maternos, perinatales e infantiles.Catherine Delahaye (Getty Images)

Ana, que prefiere no dar el apellido porque no quiere que familiares o amigos se ofendan, recuerda cómo recién salida del hospital casi lo primero que tuvo que hacer fue responder a la pregunta: ¿y para cuándo el segundo? “A los pocos días de nacer mi hija quedamos con unos amigos para que la conocieran y un par de ellos me preguntaron que si buscaríamos darle un hermanito pronto, en ese momento no supe qué responder”, prosigue Ana. “Todavía no se me habían caído los puntos del parto, no había pasado la cuarentena, ni me había dado tiempo a tomarme una cerveza y ya me estaban planteando una nueva gestación”, añade esta madrileña de 35 años.

Esta mujer reconoce que entonces ni se le pasaba por la cabeza poner una fecha para volver a quedarse embarazada. Y esa ocasión no fue la única en la que le plantearon la misma pregunta. “Recuerdo que varios familiares nos la hicieron durante los primeros meses de ser padres, dando por hecho que querríamos tener otro hijo rápidamente”, relata. Para Ana esta situación era estresante al principio, pero a medida que ha pasado el tiempo ha aprendido a lidiar con ella, aunque la pregunta no cesa. Su hija tiene dos años y medio y considera que no tiene por qué decidir ya cuando tendrá un hermano, ni siquiera si lo tendrá o no.

La Organización Mundial de la Salud recomienda que haya un intervalo entre el parto y un siguiente embarazo de mínimo dos años para reducir el riesgo de efectos adversos maternos, perinatales e infantiles. Sin embargo, un estudio elaborado por la Universidad de British Columbia y el instituto de salud pública de Harvard en 2018, titulado Asociación del intervalo corto entre embarazos con los resultados del embarazo según la edad materna, revela que el intervalo ideal es de 18 meses, algo inferior a la recomendación de la OMS.

La psicóloga infantil y psicoterapeuta Milena González, por su parte, recuerda que estas recomendaciones se realizan basándose en una perspectiva teórica, pero cada mujer tiene sus tiempos. Y añade que también es importante tener cierta estabilidad económica si se quiere ampliar la familia y estar en sintonía a nivel de pareja: “Para buscar un nuevo embarazo es necesario estar preparada tanto física como emocionalmente y que ambos padres crean que es el momento adecuado”, apunta antes de comentar las ventajas e inconvenientes de que los hermanos se lleven más o menos años. “Me gustaría destacar que uno puede buscar un embarazo, pero nunca sabe cuándo va a llegar, por eso no hay que obsesionarse con que sea mejor, o no, que se lleven poco. Cada momento tiene su lado positivo, y llegue cuando llegue el nuevo bebé tendrá sus ventajas igual que sus inconvenientes”.

Cuando los hermanos se llevan menos de dos o tres años es más fácil que jueguen entre ellos y que sean más cómplices.Fly View Productions/Getty Images

Ventajas e inconvenientes de que los hermanos se lleven poco tiempo

“Cuando los hermanos se llevan menos de dos o tres años es mucho más fácil que los niños jueguen entre ellos y que sean más cómplices. Se ayudan entre ellos y se entrenan en habilidades sociales. Si tienen un hermano muy cercano en edad, tienen asegurado un amigo para jugar”, señala la psicóloga. Para los padres, a largo plazo es más fácil, según explica, porque los niños son autónomos al mismo tiempo y pasan por las mismas etapas a la vez.

“Entre las desventajas, desde la óptica de los padres, que sus hijos sean muy seguidos es más estresante. Aparece la culpa por no poder dedicar más tiempo al mayor, se descansa mucho menos y durante los primeros años el nivel de demanda y exigencia es muy alto”, sostiene González. “Los niños perciben todos los cambios, pero son malos interpretando. Para ellos el bebé es un desconocido y cuando se convierten en hermanos mayores siendo aún muy pequeños pueden sentirse desplazados. Por eso es importante hacerle partícipe en las tareas que implican al nuevo bebé”, añade.

Los pros y contras de que se lleven más tiempo

“Cuando los hijos se llevan más entre ellos, como progenitores es más óptimo porque a la madre le ha dado tiempo a recuperarse completamente del primer embarazo y parto”, señala la experta. Además, según informa, los hijos mayores al tener más edad están más preparados para entender la llegada del bebé: “Se le puede preparar y se le pueden explicar mejor las cosas”. Y añade que a muchos niños les gusta sentirse mayores, pero no se puede olvidar que siguen siendo niños: “Por otro lado, en la edad adulta llevarse cinco o seis años no es gran cosa, pueden ser amigos y los hermanos mayores se convierten en referentes y modelos a seguir”.

Entre los inconvenientes, Milena González menciona que para los hijos mayores es más aburrido porque no pueden jugar con el bebé y pasarán años hasta que pueda hacerlo: “Y el hecho de que sean más conscientes de todo lo que ocurre tiene la desventaja de que suelen tener más celos del pequeño y pueden sentirse menos queridos. Ellos ven cómo el nuevo bebé les quita tiempo a sus padres de estar con él como lo estaban antes, y les cuesta gestionarlo”.

Puedes seguir Mamas & Papas en Facebook, X o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter quincenal.

Sobre la firma

Más información

Archivado En