El expresidente George W. Bush felicita a Joe Biden: “Es un buen hombre que se ha ganado esta oportunidad”

El mensaje del último presidente republicano llega mientras los principales nombres conservadores corean la teoría de la conspiración y se niegan a aceptar la derrota de Trump

El expresidente George W. Bush, en un acto público en California en 2017.MARK RALSTON (AFP)

George W. Bush, el último presidente republicano antes de la llegada de Donald Trump, felicitó este domingo a Joe Biden como presidente electo tras la proyección de resultados del sábado: “Aunque tenemos diferencias políticas, sé que Joe Biden es un buen hombre que se ha ganado la oportunidad de unir y liderar nuestro país”. El comunicado del expresidente sería apenas una cortesía en cualquier ot...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

George W. Bush, el último presidente republicano antes de la llegada de Donald Trump, felicitó este domingo a Joe Biden como presidente electo tras la proyección de resultados del sábado: “Aunque tenemos diferencias políticas, sé que Joe Biden es un buen hombre que se ha ganado la oportunidad de unir y liderar nuestro país”. El comunicado del expresidente sería apenas una cortesía en cualquier otra elección, y no especialmente relevante. Pero Bush difundió su felicitación mientras los líderes republicanos en el Capitolio coreaban la teoría conspirativa de Trump de que le han robado las elecciones. A mediodía de domingo, Bush era el republicano más importante de Estados Unidos que ha dado los comicios por terminados.

“Acabo de hablar con el presidente electo de Estados Unidos, Joe Biden”, comienza el comunicado, enviado a los medios el domingo a las 11.30, hora de Dallas (18.30 en la España peninsular), donde Bush tiene su residencia. “Le he dado mi enhorabuena y le he dado las gracias por el mensaje patriótico que dio anoche [por el sábado]. También he llamado a Kamala Harris para felicitarla por su histórica elección como vicepresidenta”, señaló. Bush destacó además que “el presidente electo ha reiterado que, si bien se ha presentado como demócrata, va a gobernar para todos los estadounidenses”.

Bush vivió la elección más disputada que recuerda Estados Unidos, cuando ganó las presidenciales de 2000 al imponerse en Florida por 537 votos al demócrata Al Gore. Las evidencias de errores en las papeletas de ese Estado desataron una fenomenal batalla judicial por el recuento de las papeletas que llego hasta el Tribunal Supremo. Después de más de un mes de intriga, el Supremo detuvo el recuento de los votos y otorgó de facto la presidencia a Bush.

Aquel precedente es el que pretende utilizar ahora Trump para cuestionar el escrutinio que le ha dado la victoria a Biden en varios lugares claves, en un recuento muy lento (la tarde del domingo seguía sin conocerse el nombre del ganador en cuatro Estados) debido a la cantidad sin precedentes de votos por correo y adelantados. El equipo legal de Trump está presentando demandas en todos los Estados en los que el resultado ha sido ajustado (Pensilvania, Georgia, Michigan, Arizona y Nevada) en busca de supuestos “votos ilegales” que no deberían contarse. En cinco días no han conseguido ofrecer ni una sola prueba de sus afirmaciones, pero el republicano se agarra a esa teoría de la conspiración para negarse a aceptar el resultado, algo inaudito en la democracia norteamericana.

Bush alude directamente a esta cuestión en su comunicado del domingo. Primero, felicita a Trump por sacar más de 70 millones de votos y asegura que “sus voces serán escuchadas”. Pero a continuación advierte: “El presidente Trump tiene el derecho a pedir recuentos y presentar objeciones en los tribunales, y cualquier cuestión no resuelta será decidida de forma apropiada. La gente puede confiar en que esta elección ha sido justa en lo fundamental, se ratificará su integridad, y el resultado está claro”. Y concluye: “Pedimos a todos los estadounidenses que se unan a nosotros para desear lo mejor a nuestros próximos presidente y vicepresidenta mientras se preparan para hacerse cargo de sus importantes obligaciones”.

Las palabras de Bush llegaron a los medios de comunicación justo después de que las principales voces del Partido Republicano en Washington se alinearan con la teoría de la conspiración que trata de promover el presidente para negarse a asumir el resultado.

Trump comenzó a avivar la idea de que la elección es un “robo” cuando el escrutinio del voto adelantado comenzó el miércoles a favorecer a Biden. El sábado, después de las proyecciones de resultados de los principales medios dando ganador a Biden tras imponerse en Pensilvania, se negó a reconocer la derrota, dijo que el proceso “está lejos de haber terminado” y prometió pelear cada papeleta que, según su criterio, es “ilegal”. La jornada de domingo amaneció con una nueva ristra de mensajes de Trump en Twitter en los que muestra que no ha cambiado de opinión. Los senadores Lindsey Graham, de Carolina del Sur, y Ted Cruz, de Texas, junto con el líder republicano en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, acudieron a la cadena Fox News para dirigirse a los seguidores del presidente y dejar claro su apoyo a Trump. Cruz, que se presenta como experto en la Constitución y formó parte del equipo de abogados de Bush en Florida, sostuvo: “En este punto aún no sabemos quién ha ganado la elección”. Y presentó esta situación inaudita como si fuera una cuestión rutinaria: “Tenemos que dejar que se desarrolle el proceso legal y, cuando termine, en cuestión de semanas, sabremos el resultado”.

Los Estados tienen hasta el 8 de diciembre para certificar la lista de compromisarios que enviarán al Colegio Electoral y que son los que votarán al próximo presidente.

Graham, presidente del Comité de Justicia del Senado, lanzó un mensaje mucho más agresivo en el que puso su voz y su rostro a los tuits del mandatario. “Esta elección está en disputa”, dijo el hombre encargado de cuestiones tan importantes en Washington como dirigir la confirmación de jueces federales. Llegó a asegurar que tiene pruebas de que 15 personas muertas han votado en Pensilvania, donde Biden lleva 43.000 votos de ventaja. “Si no peleamos y cambiamos el sistema electoral de EE UU, jamás volverá a haber un presidente republicano. El presidente Trump no debe conceder la derrota”, abundó.

Graham puede permitirse políticamente ese lenguaje. El martes ganó su reelección como senador por Carolina del Sur, aparentemente sin votos ilegales, y tiene el puesto asegurado los próximos seis años. Sobrevivirá a Trump, y seguramente a Biden, pase lo que pase a medio plazo.

Kevin McCarthy ha conseguido ganar cinco escaños para su grupo en la Cámara de Representantes en estos comicios, contra pronóstico y también aparentemente sin votos ilegales. Opinó que el éxito republicano en esa Cámara alimenta las dudas de que Trump haya perdido la elección presidencial.

Todo ello se produce en un contexto de incertidumbre para los republicanos. Si bien han conseguido mantener su mayoría en el Senado de momento, las dos elecciones de senadores de Georgia se decidirán en una votación especial en enero. Georgia ha demostrado que está al borde de votar demócrata por primera vez este siglo. Si esos dos escaños pasan a manos demócratas, los republicanos no podrán oponerse en Washington a nada que quieran aprobar sus rivales. Trump ha sumado más de 71 millones de votos y mantener activos a esos votantes al menos dos meses más puede ser fundamental para defender esos escaños.

Sobre la firma

Más información

Archivado En